OPINIÓN

De cómo el FMI y EE. UU. ayudaron a saquear y atrapar a Argentina con la deuda

16.10.2025

OTHER NEWS (Por Thomas Palley* – Voces del Mundo*) – Argentina vuelve a ser noticia con una renovada crisis financiera provocada por la mala situación política del presidente Milei. Esa mala situación es el resultado del descontento por los pésimos resultados económicos de Argentina y la corrupción masiva dentro de la administración de Milei, y no augura nada bueno para los resultados de su partido en las próximas elecciones del próximo 26 de octubre.

 

En respuesta, el FMI y Estados Unidos han entrado en acción para salvar al Gobierno de Milei. El FMI ya había proporcionado un rescate de 20.000 millones de dólares en abril de 2025. Ahora, el Gobierno de Estados Unidos ha proporcionado otros 20.000 millones de dólares (en forma de línea de swap de divisas del banco central). Además, Estados Unidos ha expresado su disposición a proporcionar crédito de reserva adicional e incluso a comprar deuda del Gobierno argentino. 

Los medios de comunicación se han centrado en la larga y turbulenta historia financiera de Argentina, la difícil situación de inflación que heredó el presidente Milei y la afinidad política del presidente Trump con Milei. Sin embargo, eso no explica por qué el FMI y Estados Unidos han proporcionado una ayuda tan cuantiosa a Argentina, dada su falta de solvencia crediticia. 

El apoyo a Milei debe entenderse como una continuación de los préstamos concedidos en el pasado a los presidentes Macri (2015-2019) y Menem (1989-1999). El objetivo es afianzar el neoliberalismo en Argentina y atraparla con la deuda en dólares. Cuenta con el apoyo de las élites locales porque son las beneficiarias del neoliberalismo y también pueden saquear el Estado argentino a través del proceso de endeudamiento. 

1. La complicada verdad en Argentina 

Llegar a la verdad en Argentina es como «pelar una cebolla». Primero hay que descubrir la situación económica real, que es fundamentalmente diferente de la que describen los medios de comunicación convencionales. A continuación, hay que introducir la política y sacar a la luz las verdaderas agendas que impulsan los acontecimientos. Después, hay que explicar cómo funcionan esos acontecimientos y sus consecuencias. 

Una vez pelada la cebolla, lo que se ve es que la ayuda financiera del FMI y de Estados Unidos es una injerencia electoral destinada a salvar al presidente Milei y su programa neoliberal extremo, a disminuir la influencia económica de China y a maniatar financieramente a Argentina mediante el endeudamiento en dólares. Además, la ayuda permite el saqueo tácito del Estado argentino por parte de las élites argentinas y las multinacionales estadounidenses. Se trata de un panorama muy diferente al que presentan los principales medios de comunicación y los economistas convencionales. 

2. El mito del milagro económico de Milei 

El punto de partida es el rendimiento económico de Argentina, que los principales medios de comunicación han descrito efusivamente como un «milagro económico». Por ejemplo, The New York Times afirma que Milei estaba «a punto de lograr un milagro económico» antes de la reciente crisis financiera. Ese enfoque es fundamental porque distorsiona la percepción pública y da legitimidad económica a los préstamos del FMI y de Estados Unidos. 

La verdad es que no ha habido ningún milagro. Las políticas de Milei han sido una catástrofe tanto para los argentinos de a pie como para el futuro de Argentina. Esa realidad explica la impopularidad política de Milei, que ha desencadenado el temor de los mercados financieros. 

Milei asumió el cargo en diciembre de 2023 y, desde entonces, Argentina se encuentra en una profunda recesión. Esta recesión ha sido causada por una austeridad fiscal extrema que recortó los servicios públicos y la inversión; un tipo de cambio enormemente sobrevalorado que debilitó la balanza comercial; y una desregulación que aumentó los beneficios a expensas de los salarios. 

La recesión se refleja en el colapso de la producción industrial y el crecimiento del PIB. La producción industrial sigue baja, pero finalmente se ha recuperado algo del crecimiento del PIB (como era de esperar, ya que las economías no se contraen indefinidamente). Sin embargo, la recuperación ha sido débil y la economía se ha contraído. 

Además, el panorama es aún peor porque el PIB no refleja la miseria, el hambre y la inseguridad. La inseguridad alimentaria y el hambre aumentaron inicialmente, y el escorbuto se extendió entre los pobres. La tasa oficial de pobreza ha vuelto a bajar, pero subestima la situación al no reconocer el enorme aumento de los precios del agua, el gas y la electricidad. Las pensiones de los jubilados se han visto diezmadas, los precios de los medicamentos recetados se han disparado y el gobierno de Milei también ha reprimido brutalmente las protestas de los jubilados

Las políticas de Milei no sólo han provocado una recesión económica, sino que también han saboteado el futuro de Argentina. El colapso de la inversión pública y privada significa una menor reserva de capital. El recorte del gasto en educación y salud significa una población menos educada y más enferma. Y el recorte de las ayudas a las universidades y las artes es un ataque a las industrias de alto valor del futuro (como la tecnología de la información, las ciencias médicas y la producción cinematográfica), y ha contribuido a una mayor fuga de cerebros de Argentina. 

Los préstamos extranjeros de Milei también suponen un aumento de los pagos de intereses futuros, lo que supondrá una carga para el presupuesto del Gobierno, limitará las posibilidades de la política económica y supondrá una amenaza permanente de crisis financiera. 

El único resultado económico positivo es la tasa de inflación, que ha bajado significativamente, pero incluso aquí la situación es complicada. La inflación aumentó inicialmente de manera significativa bajo el mandato de Milei. Aunque ha vuelto a bajar, sigue siendo del 35% anual. El anterior Gobierno de Fernández perdió el control de la inflación, pero también heredó una tasa de inflación del 50% del anterior Gobierno de Macri. Además, la inflación sólo se aceleró en 2022, cuando se hicieron notar las consecuencias de la pandemia de la COVID-19. La tasa de inflación de Argentina se multiplicó por cinco, al igual que ocurrió en otros países. Sin embargo, dada la elevada inflación inicial de Argentina y su vulnerabilidad estructural a la inflación, el aumento absoluto fue mucho mayor. 

En resumen, no ha habido ningún «milagro económico». El programa de Milei nunca pudo ni pretendió generar prosperidad compartida en Argentina. Por el contrario, se trata de un programa ultraneoliberal destinado a reducir la inflación mediante una profunda recesión y un tipo de cambio sobrevalorado; a aumentar los beneficios a costa de los salarios mediante la desregulación y el debilitamiento del trabajo; a permitir que el capital explote los recursos naturales de Argentina; y a utilizar la austeridad fiscal para destripar las instituciones sociales que promueven el bienestar y el progreso de la sociedad. 

3. El FMI y EE. UU.: La política del saqueo y la trampa de la deuda 

El carácter desastroso del programa económico de Milei plantea la pregunta de por qué el FMI y EE. UU. se han apresurado a proporcionar un rescate. Eso introduce la política. Para Milei, un rescate financiero es esencial para su futuro político. Las élites argentinas también lo apoyan, ya que son las beneficiarias del programa. Pero ¿qué hay del FMI y los Estados Unidos? 

3.a) El FMI como una herramienta útil para los Estados Unidos 

El FMI es más fácil de entender. Está dominado por los Estados Unidos y ha sido durante mucho tiempo un bastión neoliberal, ayudando a difundir y aplicar el neoliberalismo global durante los últimos cuarenta años. Eso hace que sea fácil apoyar a Milei, que es sumiso a Estados Unidos y está alineado con el neoliberalismo extremo. 

Lo inusual del momento actual es la franqueza de la complicidad del FMI, que ha violado sus propios protocolos de una manera que lo pone en peligro legal en el futuro. Las huellas de la corrupción política están por todas partes en el préstamo de 20.000 millones de dólares del FMI. 

En primer lugar, a pesar de la importante oposición al préstamo dentro del Directorio Ejecutivo del FMI por no cumplir con los estándares crediticios, Estados Unidos y sus aliados lo impulsaron. Si se suma a los préstamos preexistentes, más del 40% del total de los préstamos del FMI se destinará a Argentina, lo que podría poner en riesgo la solvencia financiera del FMI. 

En segundo lugar, el nuevo préstamo se concedió sin las duras condiciones económicas que suelen formar parte de los paquetes de préstamos del FMI. Esa ausencia no se debe a que el FMI haya cambiado su disposición neoliberal. Se debe a que tales condiciones habrían socavado la economía argentina, lo que habría mermado el objetivo político del préstamo, que es ayudar a Milei a ganar las elecciones de octubre de 2025. 

El propósito claramente político del préstamo del FMI queda patente en los comentarios realizados en abril de 2025 por la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, quien declaró públicamente en la reunión anual de primavera del FMI: «El país celebrará elecciones en octubre y es muy importante que estas no descarrilen la voluntad de cambio. Hasta ahora, no vemos que el riesgo se materialice, pero instaría a Argentina a mantener el rumbo». Sus declaraciones incumplen los protocolos básicos del FMI que prohíben la injerencia política. 

3.b) Estados Unidos y la injerencia electoral en Argentina 

La ayuda financiera proporcionada por Estados Unidos no supera las pruebas económicas convencionales y su propósito es político. El objetivo es salvar al Gobierno de Milei, excluir a China y atrapar a Argentina con la deuda en dólares. 

Estados Unidos ha intervenido en favor de Milei porque es ideológicamente proestadounidense y proempresarial, mientras que sus rivales son nacionalistas argentinos pragmáticos. Creen que las empresas (incluidas las multinacionales estadounidenses) deben responder ante el Estado argentino y están dispuestos a negociar con China si ello beneficia a Argentina. Eso es anatema para Washington DC. 

Para Estados Unidos, Milei es «nuestro hombre», que se pone del lado de Estados Unidos y trata favorablemente a las empresas multinacionales estadounidenses. Prestar dinero a Argentina es una injerencia electoral. La esperanza es que un préstamo masivo pueda evitar una crisis financiera hasta después de las elecciones al Congreso de octubre, salvando así al gobierno de Milei. 

Inicialmente, Estados Unidos pensó que podría llevar a Milei a la meta con préstamos del FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Sin embargo, eso ha resultado insuficiente, lo que ha obligado al Tesoro de Estados Unidos a intervenir directamente. 

Entre paréntesis, este proceso de préstamos del FMI (y del Banco Mundial y el BID) con fines de interferencia electoral no es nuevo. La misma táctica se utilizó en 2019 para apoyar al presidente Macri, que era el candidato favorito de Estados Unidos en ese momento. El FMI prestó 40.000 millones de dólares al Gobierno de Macri, lo que supuso el mayor préstamo de la historia del FMI. Macri perdió las elecciones, los 40.000 millones de dólares se evaporaron y la siguiente Administración tuvo que cargar con el peso de esa deuda. 

La animadversión antichina que motiva la política estadounidense es evidente en la condición de que la ayuda de Estados Unidos esté supeditada a que Argentina sustituya su actual acuerdo de intercambio de divisas con China por un acuerdo respaldado por Estados Unidos. El acuerdo de intercambio entre China y Argentina se estableció en 2009. Se basa en la lógica comercial, ya que ambos países mantienen un comercio mutualmente beneficioso a gran escala que incluye productos manufacturados y productos agrícolas argentinos. Estados Unidos quiere sabotear esa relación, ya que protege a Argentina de Estados Unidos, lo que reduce el poder de este último. 

Por último, hay indicios de negocios privados indebidos por parte del secretario del Tesoro estadounidense, Bessent. Se ha informado de que Bessent impulsó tanto el préstamo del FMI de abril como la propuesta estadounidense de septiembre para rescatar a su socio comercial de Wall Street, Robert Citrone, y otros fondos de Wall Street que habían apostado especulativamente por los bonos argentinos. Esas apuestas fracasaron con las crecientes dificultades políticas de Milei. El rescate de Bessent impulsó un repunte del precio de los bonos argentinos que ha salvado y beneficiado a Wall Street. 

4. La mecánica del saqueo y la trampa de la deuda de Argentina 

La parte obvia de estas transacciones es la interferencia electoral y la trampa de la deuda en dólares. La parte menos obvia es la mecánica del saqueo. 

El proceso de saqueo se centra en el tipo de cambio sobrevalorado, que artificialmente hace que el peso sea más valioso. Eso significa que quienes tengan exceso de pesos (es decir, la élite argentina) pueden beneficiarse de la sobrevaloración comprando dólares a un precio subvencionado. La factura la paga el Estado argentino, que vende los dólares que ha pedido prestados y se endeuda en dólares. Este proceso ha sido utilizado repetidamente por los anteriores gobiernos argentinos proempresariales y proestadounidenses. Esto explica cómo el anterior préstamo del FMI de 40.000 millones de dólares al presidente Macri en 2019 se evaporó sin dejar rastro. 

El proceso quedó al descubierto tras el nuevo préstamo del FMI. Argentina suspendió inmediatamente la mayoría de sus controles de capital, lo que permitió a las empresas y a los individuos acaudalados comprar dólares subvencionados

El proceso también quedó al descubierto tras la declaración de apoyo de Estados Unidos. Argentina suspendió temporalmente el impuesto a la exportación de cereales y soja, lo que provocó una avalancha inmediata de exportaciones. Estas exportaciones se realizaron libres de impuestos, lo que benefició a los grandes exportadores agrícolas que apoyan a Milei. El Estado argentino perdió una enorme cantidad de ingresos por impuestos a la exportación, que son fundamentales para las finanzas públicas del país. Dada la debilidad de los controles de capital, esas ventas récord de exportaciones pudieron convertirse en dólares, lo que supuso un doble golpe. Los exportadores agrícolas eludieron los impuestos y compraron dólares subvencionados. El Estado argentino perdió ingresos fiscales y se endeudó en dólares. 

El dólar sobrevalorado también se ha utilizado para saquear a la clase media argentina. Esas familias acumulan dólares como una forma de fondo para «tiempos difíciles». La recesión económica causada por las políticas de Milei les ha obligado a vender dólares para llegar a fin de mes. El tipo de cambio sobrevalorado significa que han recibido menos, y sus dólares han sido absorbidos por aquellos con exceso de pesos. De este modo, ha contribuido a una redistribución de la riqueza aún más adversa dentro de Argentina. 

5. Los préstamos del FMI y de EE. UU. son «deuda odiosa» 

La deuda odiosa, también conocida como deuda ilegítima, es una doctrina del derecho internacional según la cual las deudas contraídas de forma ilegítima no tienen por qué ser reembolsadas. Por lo general, se considera desde la perspectiva del carácter del prestatario, pero el fraude también puede ser cometido por prestamistas y prestatarios que colaboran entre sí. De hecho, es más fácil cuando lo hacen. 

Para garantizar el uso adecuado del crédito, los prestamistas tienen la responsabilidad y el deber legal de asegurarse de que los fondos se utilicen correctamente y de que los prestatarios sean capaces de devolverlos. Los préstamos del FMI y de Estados Unidos no superan esa prueba fundamental, lo que los convierte en deuda odiosa. Los préstamos se han concedido explícitamente con fines políticos y no comerciales, y no superan las pruebas de solvencia adecuadas. 

Además, el préstamo del FMI de abril de 2025 eludió una ley argentina de 2021 que exigía la aprobación del Congreso para los préstamos del FMI. Esa ley se aprobó explícitamente para evitar que se repitiera el saqueo que se produjo con el préstamo del FMI de 40.000 millones de dólares al presidente Macri en 2019. Sin embargo, Milei autorizó las negociaciones mediante un decreto ejecutivo que sólo puede ser anulado por una mayoría de dos tercios en ambas cámaras del Congreso. Tanto el FMI como Estados Unidos son conscientes de esa maniobra política, lo que los incrimina aún más. 

En esta etapa, para detener el saqueo y el endeudamiento en dólares de Argentina, la oposición política debería declarar que las nuevas deudas con el FMI y Estados Unidos se considerarán odiosas y no se pagarán. Aunque la declaración carezca de fuerza legal inmediata, debería desalentar nuevos préstamos y deslegitimar aún más cualquier préstamo adicional que se conceda. 

6. Colonización por deuda: ¿Quo vadis Argentina? 

La historia de Milei es la historia de los presidentes Macri y Menem, sólo que más cruel. Ambos aplicaron políticas neoliberales extremas basadas en un tipo de cambio sobrevalorado, préstamos extranjeros, presión sobre la clase trabajadora y privatizaciones y desregulaciones. 

Cada una de ellas se presentó como un «milagro económico», pero nunca fue así. Cada vez se pintó al Estado argentino como el problema fundamental, y cada vez se saqueó al Estado y se lo atrapó aún más con la deuda en dólares, mientras que su riqueza se transfería a las élites económicas. Y cada vez, el FMI y Estados Unidos fueron facilitadores clave. 

Los presidentes Milei, Macri y Menem forman parte de una historia común. Esa historia es el saqueo neoliberal y el endeudamiento de Argentina. La interferencia del FMI y de Estados Unidos en las elecciones aún puede asegurar la victoria de Milei. Si eso ocurre, Argentina se convertirá en una colonia de deuda de Estados Unidos. También se volverá aún más desigual con un neoliberalismo extremo arraigado. Los principales medios de comunicación y economistas lo describirán como un milagro, pero será la miseria de quienes vivan ese milagro. 

*Thomas Palley es un economista independiente que vive en Washington DC. Fundó Economics for Democratic & Open Societies. Es coeditor de la revista Review of Keynesian Economics. 

*Originalmente publicado en CounterPunch. 

 

Imagen: celag.org

 

Economía
2025-10-16T18:34:00

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