Empresario español en China: "No se conforman con un sueldo miserable, les tenemos que pagar más, ya no es tan barato"

28.09.2025

MADRID (Uypress)- Adrián Diaz, empresario español que desarrolla su actividad en China desde hace ya casi 20 años, reconoce que muchas empresas se están moviendo a otros países como Bangladesh porque el gigante asiático es demasiado caro tras años de inversión y traslado de fábricas, según consigna el portal El Economista de España.

 

China es uno de los países que más nos afecta en nuestra vida cotidiana, por no decir el qué más. Lo más probable es que la ropa que llevamos puesta, el móvil o el ordenador que utilizamos y multitud de las cosas que nos rodean estén fabricadas en el gigante asiático. Y aún así sabemos poco o nada acerca de su mentalidad, de su cultura del trabajo o de la realidad económica de su mano de obra. Es lo que, a grandes rasgos, afirma Adrián Díaz, empresario español afincado en China en un nuevo capítulo del podcast 'La Fórmula del Éxito', donde charla con Uri Sabat acerca de su experiencia profesional en el país asiático.

Por qué China

De entre los motivos que más le animaron a la hora de emigrar siempre destaca el mismo: "China era el lugar donde el dinero se podía multiplicar mejor y más rápido". Hace dos décadas el gigante asiático era un país donde emprender era fácil y, sobre todo, barato, por lo que atraía mucha inversión. "Creó un marco en el que el capitalismo se pudo desarrollar más y mejor que en ningún otro lugar, por eso los empresarios nos íbamos allí", reconoce mientras desmiente que en China exista una dictadura comunista, más bien todo lo contrario: "Es el capitalismo más salvaje que existe".

Tras varios años de recibir inversión y montar fábricas, se alcanzó prácticamente el pleno empleo. "Con desempleo cero ya no hay trabajadores, hoy nos faltan", admite Díaz. "Cuando recibes inversión y sigues recibiéndola durante décadas y se siguen colocando todas las fábricas del mundo en tu país, todo tiene un límite. En China se llegó al límite cuando se acabaron los trabajadores para abastecer a todas las fábricas que había", añade.

Ante esta situación los empresarios no tuvieron más remedio que "pelearnos por esos trabajadores y subir sueldos". Gracias a esta táctica el país se enriqueció tanto que ahora "deja de ser interesante poner las fábricas en ese país", por lo que muchas de estas empresas están moviéndose y saliendo de China, con especial predilección por el sureste asiático: Bangladesh, Camboya, Indonesia, Malasia, etc., donde la mano de obra es ahora mucho más barata en comparación.

La ostentosidad de los chinos

"China ya no es un país barato. No trabajan por un bol de arroz ni por un salario miserable. Gastan en ostentosidad", aclara el empresario. Y es que aunque la cultura del trabajo y la del consumo vayan de la mano, en el gigante asiático se comportan de forma totalmente diferente a Occidente. "Los chinos son la sociedad que más ahorra, un 50% de todo lo que ganan de media, cobrando lo que cobren", ya sean 800 o 3.000 dólares, la mitad de su salario lo guardan, algo impensable en Europa o Estados Unidos (y eso que el sueldo mínimo en China está en torno a los 600 - 700 dólares).

La principal partida de gasto, y lo que caracteriza al consumismo chino, es la ostentosidad. "Gastan en lo que se ve de puertas para fuera: coche, móvil, reloj, etc. De puertas para dentro son extraordinariamente ahorrados. En su casa no hay elementos que no aporten nada materialmente a la prosperidad de esa familia, ni siquiera cuadros en las paredes. Solo gastan en lo que mejora su imagen de cara a los demás", admite.

Con todo, Díaz reconoce que "si le propusieras a un chino que puede ganar 5.000 dólares el resto de su vida pero no va poder ganar ni un centavo más, no te lo firma porque su sueño no es ganar 2.000 ni 3.000 dólares, es ser rico", pero siempre de puertas para fuera.

Foto: Adrián Díaz, empresario español en China / YouTube


Economía
2025-09-28T06:20:00

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