Los Seminola, la orgullosa tribu de EEUU que nunca fue sometida, es dueña del imperio Hard Rock
18.10.2025
FLORIDA (Uypress)- Detrás de los hoteles, casinos y cafés Hard Rock, una de las marcas más reconocibles del turismo mundial, está la tribu de los Seminola, el único pueblo nativo americano que resistió la colonización, sobrevivió a las extensas zonas pantanosas de Florida (los everglades) y acabó conquistando un imperio global del ocio y el lujo: nunca firmó un tratado de rendición con Estados Unidos y hoy gestiona una de las franquicias más rentables del planeta.
Los Seminola habitan el sur de Florida desde el siglo XVIII. Tras las guerras indias del siglo XIX, se refugiaron en los everglades y mantuvieron viva su cultura a base de resistencia y orgullo. Décadas más tarde, su historia dio un giro inesperado: en los años 70 y 80 del siglo XX, las comunidades indígenas de Florida fueron pioneras en legalizar y explotar el juego en territorio tribal, creando los primeros casinos nativos del país.
La compra de Hard Rock International
Con esos ingresos, la tribu invirtió en educación, sanidad y vivienda, pero también en diversificar su economía. Yen el año 2007 dieron un paso histórico: compraron la empresa Hard Rock International por 965 millones de dólares, convirtiéndose en la primera nación indígena en controlar una marca global.
La adquisición incluía los célebres Hard Rock Café, los hoteles Hard Rock y los casinos de la marca, presentes hoy en más de 75 países y que cuenta con más de 250 propiedades. Desde entonces, los Seminola han expandido el negocio con inteligencia y visión turística: han abierto resorts espectaculares, modernizado los cafés y apostado por una imagen de lujo moderno y culturalmente diversa.
El símbolo más llamativo de este éxito es el Hard Rock Hotel de Hollywood (Florida), un complejo que incluye hoteles, un gran casino, restaurantes, tiendas, bares y discotecas y cuyo icono es The Guitar Hotel, un edificio con forma de guitarra gigante. Inaugurado en 2019, mide 137 metros de altura y proyecta un haz de luz al cielo que puede verse a kilómetros de distancia. Es un homenaje a la música, pero también al poder económico de una comunidad que un día fue ignorada y hoy factura miles de millones de dólares.
Prosperidad y dignidad
El caso Seminola es, además de un éxito empresarial, un ejemplo de cómo una comunidad ha convertido su herencia en una fuente de prosperidad y dignidad. Los beneficios del grupo se reinvierten en programas sociales, becas, infraestructuras y preservación cultural. En palabras de su antiguo jefe tribal, James Billie: «Nuestros antepasados pelearon por sobrevivir en los pantanos. Ahora nosotros peleamos en el mercado global del turismo. Pero seguimos siendo Seminola.»
Foto: The Guitar Hotel emite un haz de luz que se ve a kilómetros de distancia.Getty Images/Félix Mizioznikov
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