AMAZONIA

“El monte se está acabando y lo seguimos quemando y lo seguimos talando y el monte se va a morir…”

05.03.2018

BOGOTÁ (Uypress) - Personas pudientes compran veredas completas y mandan a deforestar 200 a 500 hectáreas de una sola aserrada. Los campesinos más humildes arrasan de 1 a 15 hectáreas.

Así narra la realidad de la amazonia colombiana José Yunis Mebarak, Director de Visión Amazonia del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Yunis sostiene que aún se está a tiempo de detener la deforestación pero afirma que lo que está pasando en Amazonia es ilegal, inmoral e irracional

En una nota concedida a El Espectador dice que los incendios en la Amazonia colombiana aumentaron 81 % en el último año, según el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil.  

"Estamos quemando la selva amazónica, destruyendo mientras muchos alegan que no hay oportunidades, que el Gobierno esto, que el Gobierno lo otro, que son otros, que no son ellos, que es gente de afuera, que son los ricos, que no son los pobres" dice narrando la realidad de la Amazonia.

"La verdad: todos la están quemando. Estamos presenciando un arboricidio, un animalicidio. Se fue la ideología, entró el capital. Hay un frenesí por tierras baratas. Estamos destruyendo con tanta desfachatez, soltura y fiereza que ni siquiera aprovechamos la madera. Simplemente vamos quemando todo. Si eres pudiente, compras veredas completas y mandas deforestar 200 a 500 hectáreas de una sola aserrada. Si eres humilde, de 1 a 15 hectáreas", testimonia.

"El Guaviare tiene el mismo tamaño de Costa Rica, 5,5 millones de hectáreas. A diferencia de ese país, no lo pueblan cinco millones sino apenas 120.000 personas. Sin embargo, ya quemó y convirtió 500.000 hectáreas de selva en pastizales donde pastan 250.000 reses y su ambición y plan es seguir tumbando, ojalá otras 400.000 o 1 millón de hectáreas, para poner principalmente vacas y uno que otro cultivo".

Este modelo conlleva un problema matemático: la selva es finita "Si no detenemos la deforestación, en los próximos 50 años tendremos una Costa Rica y media menos de selva. A nuestros hijos les dejaremos 5,5 millones de hectáreas de menos oportunidades de riqueza y 5,5 millones de insípidos potreros.

Debemos parar la deforestación. Son mucho más lucrativos la madera, los frutos secundarios del bosque y el turismo que el pastoreo. De paso, son actividades más distributivas, acordes con el medio amazónico.

"No es tarde para corregir el rumbo, pero debemos apretar el paso. Y para ello no estamos en cero. Para empezar, tenemos el sistema de monitoreo que dice con precisión dónde y cuándo se está deforestando".

Información Forestal
2018-03-05T09:41:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias