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Perú y la Selva de la Miseria: Iquitos indignante e indigna

07.12.2017

LIMA (Uypress/José W. Legaspi)- La Agencia Uypress decidió asistir a la cumbre sobre maderas tropicales, desarrollada en la capital peruana por Global Timber Forum. Fuimos por dos días y terminamos internados en la selva durante casi una semana.

 

Como nuestros lectores ya saben, estamos desarrollando, desde hace un par de meses, un segmento especial dedicado a la información forestal. ¿Motivos? En Uruguay, la madera y la celulosa, van camino a convertirse, en los próximos cuatro años, en el principal rubro exportador, superando, incluso, a nuestro producto "estrella", la carne.

¿Por qué Perú? Precisamente, mientras más nos sumergíamos en el tema forestal, fueron surgiendo dudas, y dudas muy importantes a la hora de evaluar el impacto de la producción forestal en la economía. Aparecieron informes sobre el país incaico vinculados a su Tratado de Libre Comercio con EEUU, y dentro de este, la relación bilateral, desigual, respecto de la producción y exportación-importación de madera. A modo de ejemplo, mientras Estados Unidos puede exigir controles de forestación y procedencia de la madera peruana, Perú no tiene las mismas posibilidades de control y exigencia, lo que conlleva una desigualdad muy lejos de la "libertad de comercio" esgrimida. Al decir de uno de nuestros entrevistados en Iquitos, capital de Loreto, "¿para ti el lado grueso del embudo y para mí el fino?".

No lográbamos comprender cómo un país (Perú) con 73 millones de hectáreas de bosques naturales, con variadas especies, al compararlo con Uruguay, con 1.2 millones de hectáreas, sólo lograba exportar la décima parte de lo que exportaba Uruguay. Mientras nuestro país exporta 2 mil millones de dólares (pudiendo llegar en los próximos años a 3 mil millones) nuestro hermano peruano decrece año tras año. De 200 millones de dólares hace unos años, para este diciembre de 2017 lleva exportados apenas 57 millones de dólares.

Por eso decidimos viajar al país hermano para tratar de despejar esa duda y asistimos a la mencionada cumbre, que se realizó en el Hotel Four Points de Lima, los días 28 y 29 de noviembre pasado, organizada por Global Timber Forum, con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), a través del Programa de Aplicación de la Ley, Gobernanza y Comercio Forestal (FLEGT) de la FAO y la Unión Europea. Según anunció la misma agencia la ocasión "brindaba la oportunidad de poner en común los desafíos y oportunidades del comercio responsable de productos de madera".

El objetivo de esta cumbre es convocar a asociaciones de las industrias madereras de América Latina y compartir información, aumentar los conocimientos, evaluar desafíos e identificar áreas de colaboración. Participaron 20 países: Estados Unidos, México, Guatemala, Bolivia, Honduras, Nicaragua, Ecuador, Colombia, República Dominicana, Brasil, Panamá, Perú, Argentina, Chile, España, Alemania, Reino Unido, Australia, Japón y Uruguay.

Durante el desarrollo de ese primer día, llamó nuestra atención la intervención de un delegado de la Confederación Nacional Forestal del Perú (CONAFOR) que reclamó un apoyo más decidido del organismo internacional para implementar el control previo y trazabilidad del monte peruano, para evitar declaraciones de "madera ilegal" por parte de países como EEUU a la hora de comprar el producto. Fustigó duramente que los controles fueran "posteriores" a la comercialización de la madera, dentro del territorio peruano, y no anteriores a la concreción del negocio. 

Nos llamó poderosamente la atención la displicencia, e incluso la ironía, con que representantes de los organismos internacionales, y países productores, (y por tanto competidores del Perú) se manifestaban mientras el delegado peruano hablaba.

Terminada su intervención, y ante un corte del deliberativo, decidimos abordarlo para conversar sobre sus expresiones, a lo cual se ofreció gustoso. Carlos Cabrejos Bobadilla, es peruano, abogado forestal y ambiental, e integra la CONAFOR. Si bien la entrevista con él será tema de una próxima entrega, no podemos dejar pasar algunas de sus afirmaciones.

Por ejemplo, en relación al TLC entre Perú y EEUU, afirma que, "básicamente" su finalidad es, "reduzco la intervención del Estado a nivel del bosque, permito que tengas mayor deforestación, que es el único indicador que ha crecido, y generes una mayor incidencia y crecimiento de plantación de cocales".

"¿Para qué es esto?, para que ellos tengan presencia permanente acá. Necesitas un chivo expiatorio para tapar esta gran realidad y echarle la culpa al sector forestal".

Junto a esto, denuncia que el órgano estatal que debe fiscalizar y controlar la tala ordenada del monte, se encarga de hacerlo "a posteriori" de que se efectuó la tala, y no antes. Ante nuestra sorpresa, nos explica: "el industrial accede a un concesionario de determinado sector del monte, que tiene papeles legales que lo acreditan como tal, negocia la compra de determinada cantidad de árboles de la especie que necesita, llegan a un acuerdo, se talan los ejemplares acordados, se obtiene la guía de esa madera, suministrada legalmente, carga los troncos, los traslada a su industria, los transforma en tablones, por ejemplo, o paneles, y tramita su venta o exportación. Llegados a este punto, ese organismo, OSINFOR, que no fiscaliza antes los árboles que se van a talar, sino después, "decreta" que esa madera tiene una procedencia ilegal, y acusa al industrial de cometer un delito, lo cual termina con el negocio y la consecuente pérdida al inversor, al industrial, cuya madera antes de llegar al último eslabón, el comprador, pasa de ser adquirida legalmente con papeles, a convertirse en "tala ilegal", con las pérdidas que eso acarrea.

Estas denuncias y las dudas que teníamos, provocaron "una prolongación" de nuestra estadía y posterior viaje al departamento de Loreto, en el norte de Perú, para verificarlas.

Allí comprobamos "in situ" las políticas diseñadas para bloquear la participación peruana en el negocio internacional de la madera, con la finalidad de no "sacarle" mercados a los países poderosos del sector: Estados unidos, Suecia, Noruega, Finlandia y Canadá.

Y por si fuera poco, a la caída de la producción forestal, unida a la declinante producción petrolífera, comprobamos dolorosamente también, el deterioro social de la sociedad loretana, con la miseria y la prostitución infantil que crecen, de la misma manera que crece la indignación de los lugareños ante el abandono que hace el estado peruano de la otrora pujante Iquitos, hoy convertida en la cara más miserable del país incaico.

Todas las semanas iremos compartiendo las entrevistas realizadas, los datos y la realidad económica y social, de urgencia acuciante, que vive Iquitos, capital del departamento de Loreto, denominada infelizmente hace pocos días por el presidente peruano Pedro Pablo Kucynski, como "la cenicienta del Perú".

Comprobarán aquello que nos golpeó desde el día que arribamos: Lejos de ser una historia inocente o romántica, la de Iquitos parece más una zaga de horror.

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Información Forestal
2017-12-07T12:05:00

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