OPINIÓN

América Latina: el trumpismo y la paz por la fuerza

15.10.2025

OTHER NEWS (Por Carmen Navas Reyes* – Globetrotter) – Donald Trump está haciendo méritos para dejar como legado al mundo su doctrina que, como principio rector, intenta reposicionar a los Estados Unidos como detentores del poder militar absoluto y del menosprecio hacia el multilateralismo. Ello obedece a que ya no estamos ante la primera potencia económica y eso afecta proporcionalmente su capacidad militar.

 

De Monroe a Trump, el Unilateralismo 

La famosa Doctrina Monroe (DM) de 1823, que los pueblos del Sur conocen muy bien, es la primera gran declaración unilateral estadounidense: "América para los americanos". Bajo su hegemonía se estableció la esfera de influencia y el derecho a intervenir en esta vasta región que va desde México hasta Argentina. La Doctrina es abuela de la doctrina Trump en su intención de sobreponer la soberanía de este país por sobre la regional. 

El Corolario Roosevelt, de 1904: el Presidente Theodore Roosvelt (1901-1909) extiende a Monroe justificando la intervención militar preventiva en la región para evitar la inestabilidad. Es la expresión más clara del intervencionismo estadounidense. Con esta tesis invadió Panamá y Haití en nuestra región, y a Filipinas, en Asia. Se podría decir que es el linaje más directo de la "paz por la fuerza" antes de Trump. 

Doctrina Truman, de 1947,  y la contención: Aquí, por primera vez, el unilateralismo da paso a un multilateralismo liderado por los Estados Unidos. Se construye un sistema de alianzas (OTAN) y se actúa bajo paraguas de instituciones internacionales (ONU) para contener a un rival. Es el polo opuesto al enfoque de Trump. 

Doctrina Bush (Post-9/11): La guerra preventiva y la promoción de la democracia por la fuerza, especialmente después del derribo de las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. Similar a Trump en el uso de la fuerza, pero diferente en su objetivo; Bush buscaba transformar regiones con naciones más a su conveniencia (nation-building); Trump no tiene interés en simular que le importan otros países. 

La "Paz por la Fuerza" vs. Los Mecanismos Multilaterales de Construcción de Paz 

Según lo que fue idealmente el Modelo Multilateral de la ONU, que este año cumple 80 años, la paz se construye mediante diplomacia, derecho internacional, cooperación y ayuda al desarrollo; el uso de la fuerza es siempre el último recurso y se ejerce bajo mandato del Consejo de Seguridad. La Carta de la ONU se basa en la soberanía igualitaria de los Estados y la prohibición del uso de la fuerza salvo defensa propia o autorización expresa. 

El Modelo Trump ("Paz por la Fuerza") ha venido para intentar poner fin definitivo a la ONU. El 29 de enero de 2014, en La Habana, Cuba, durante la II Cumbre de la (CELAC) se reafirma el compromiso con la paz y la estabilidad al declarar a América Latina y el Caribe como una Zona de Paz, para consolidar un área libre de conflictos y tensiones, promoviendo el diálogo y la cooperación como herramientas clave para resolver cualquier disputa. La última gira de Marco Rubio por el Caribe y otras naciones de América Latina tuvo como objetivo romper este consenso. El 15 de septiembre de 2025, el Presidente Nicolas Maduro ha pedido convocar a la CELAC de manera extraordinaria, en un intento de recuperar este espíritu. 

En los primeros meses de este segundo mandato, Trump nos ha dado indicios de que, para él, la paz es un subproducto del poder militar abrumador ("Peace through Strength"), haciendo con ello un guiño a la administración de Ronald Reagan. La disuasión por amenaza del uso de la fuerza militar reemplaza a la diplomacia y es una herramienta de primera opción - no el último recurso - y se ejerce de manera unilateral si se percibe una amenaza a los intereses nacionales. 

La Guerra contra las Drogas en el Caribe como Expresión de la Doctrina Trump 

El Caribe como "tercera frontera" y zona de tránsito de narcóticos. Tradicionalmente, el enfoque hacia esta región ha sido mixto (cooperación en seguridad + ayuda al desarrollo). Bajo la nueva doctrina Trump, se intensifican las operaciones militares, a una dimensión nunca antes vista; se prioriza la interdicción sobre programas de cooperación para el combate o tratamiento de adicciones y se presiona a los países con la amenaza de sanciones si no cooperan plenamente con las agendas de seguridad de los Estados Unidos (una reminiscencia del gran garrote). 

En este marco se inscriben las actuales operaciones en la Cuenca del Caribe bajo un mando puramente militar y de seguridad, con menos énfasis en la coordinación con agencias civiles o los gobiernos locales en términos de cooperación y con el aliciente de poder avanzar en su estrategia de cambio de régimen al haber identificado a Venezuela como su principal enemigo en esta zona. La región se trata como un escenario donde aplicar fuerza para proteger la frontera sur, patio trasero o zona vital de los EE.UU., no como una comunidad de naciones socias con las que construir paz y estabilidad a largo plazo. Es la "paz" impuesta por la fuerza. 

El Simbolismo del Poder: Departamento de "Guerra" y la Fusión Seguridad-Diplomacia 

La idea de renombrar el Departamento de Defensa (DD) al histórico Departamento de Guerra (DG) no es solo anecdótica; la administración Trump intenta configurar  un símbolo de su potencia: el DG implica una postura abiertamente ofensiva, agresiva y activa, que expresa sin lugar a dudas el deseo de retomar el espíritu de los Estados Unidos, la mayor potencia militar del mundo, y de nuevo poner fin definitivo al modelo post II Guerra Mundial con la ONU y el derecho internacional incluidos. 

Marco Rubio simboliza sin dudas el debilitamiento deliberado de la diplomacia para los Estados Unidos; su doble rol como Secretario del Departamento de Estado y principal asesor de Seguridad Nacional, lo ponen en el mismo tenebroso lugar de Henry Kissinger en los años 70 y esto no significa nada bueno, como muestra el pasado para países como Cuba, Venezuela y Nicaragua, pero tampoco para los movimientos populares del Sur Global que ya han vislumbrado lo que estas decisiones entrañan. 

La accion exterior de los Estados Unidos se basa cada vez más en criterios de seguridad (migración, narcotráfico, terrorismo, comunicación) y la diplomacia se circusncribe a presionar a favor de intereses y sumar paises acolitos. 

Finalmente, estos cambios sugieren una transformación profunda y duradera en la mentalidad de la política exterior estadounidense, que probablemente continuará influyendo en el futuro, independientemente de la administración, por lo que estaríamos ante una nueva doctrina, el Trumpismo. Donald Trump está haciendo méritos para dejar éste legado al mundo como un principio rector, caracterizado por el intento de reposicionar a los EE.UU. como detentores del poder militar absoluto, la soberanía nacional y el menosprecio hacia el multilateralismo. Ello obedece a que ya no estamos ante la primera potencia económica y eso afecta proporcionalmente su capacidad militar y otras capacidades, por lo que Trump se encuentra también en una carrera de velocidad, que solo él parece querer protagonizar, teniendo varios frentes al mismo tiempo. 

La incipiente doctrina Trump, expuesta en su discurso ante la 80 Asamblea General de la ONU, sería entonces un híbrido que, por un lado, recupera el unilateralismo aislacionista de Monroe y el gran garrote de Roosevelt, rechaza la responsabilidad del nation-building de Bush, mientras que entierra el marco multilateral de Truman como contención de los rivales o adversarios. 

*Carmen Navas Reyes es una politóloga venezolana, con maestría en Ecología para el Desarrollo Humano (UNESR). Actualmente cursa un doctorado en Estudios de Nuestra América en la Fundación Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos CELARG en Venezuela. Forma parte del Consejo Asesor Internacional del Instituto Tricontinental de Investigación Social. 

 

Imagen: White House


Internacionales
2025-10-15T20:20:00

Other News

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias