UY Press - Agencia uruguaya de noticias

27.09.2012

ROMA (Uypress) - El ex presidente del consejo de ministros, Silvio Berlusconi asiste impávido al derrumbe de su fuerza política mientras vende una de las joyas de su corona, la mansión de Villa Certosa en Porto Rotondo (Cerdeña) por 450 millones de euros.

La faraónica mansión de 4.000 metros cuadrados construidos y con rigurosa vista al mar esmeralda de la costa sarda se extiende entre bosques, piscinas, jardines y fuentes. Los datos de la venta que se está concretando en estos días los aporta el periódico local La Niova Sardegna.

Alguien podría creer que de esta manera Berlusconi estaría confirmando que la crisis afecta incluso sus portentosos bolsillos que requieren de algún dinerillo líquido, pero en realidad la inmensa mayoría de los italianos creer que de esta manera busca deshacerse de los malos recuerdos inmortalizados por los paparazzis. En el verano del 2009, el fotógrafo Antonello Zappadu logró retratar al entonces primer ministro acompañado con sus famosas velinas, y su huésped, el homólogo polaco MirekTopolanek, desnudo en el borde de la piscina. Berlusconi, molesto con lo sucedido, anunció: “Lo voy a vender todo, estoy harto”. Hace tres semanas salieron a la luz unas fotografías de una gruta submarina, a imagen y semejanza de las termas romanas. Lo que aumenta la sensación de que la herencia de Berlusconi es lo más parecido al bajo imperio romano que tuvo que afrontar Italia en su historia.

Años antes –el verano de 2004- el magnate hospedó a Tony Blair (entonces jefe del Gobierno británico) y a su mujer Cherie. En aquella ocasión, apareció con un pañuelo blanco en la cabeza y los periódicos comentaron que de esa forma ocultaba un trasplante de pelo recién realizado. No hubo tregua para Il Cavaliere en Porto Rotondo. Vallas, guardaespaldas y muchas hectáreas de bosque no lograron proteger el sueño de intimidad del “Berlusca”, como lo llaman hoy la mayoría de los italianos. Ahora que cayó en desgracia, antes lo votaban.

Este año, para su personal – y habitual – plan de rejuvenecimiento eligió un destino más exótico: viajó a Kenia donde se alojó en un complejo de su amigo, el empresario Flavio Briatore, denominado Lion in the sun.

El semanario Chi (del grupo Mondadori, propiedad de la familia Berlusconi) ha publicado algunas imágenes del político y empresario paseando por las playas del país africano, acompañado por su médica de confianza, una esbelta mujer morena.

El objetivo de las vacaciones era múltiple: perder peso, relajarse antes de volver al alboroto de la política romana y a los altibajos de sus empresas, además de reflexionar sobre si presentarse por la sexta vez a las elecciones generales que se celebran en primavera. De momento ha logrado uno de ellos: está más delgado. En bañador, con el agua a media pantorrilla, Berlusconi, que este sábado cumple 76 años, demuestra haberse desprendido de sus neumáticos en la cintura. Por lo que atañe su futuro político, todavía se desconoce el resultado de tan dura reflexión. No se trata exactamente de una decisión que se pueda tomar entre olas, ejercicios de gimnasia y batidos de apio.

f.l.