UY Press - Agencia uruguaya de noticias

03.06.2025

LA HABANA (Uypress)- Documentos financieros muestran que RAFIN S.A., compañía controlada por militares cubanos vinculada al monopolio estatal de telecomunicaciones ETECSA, tenía en agosto del año pasado más de U$S407 millones disponibles en sus cuentas bancarias, según fuentes consultadas por el Miami Herald.

A pesar de eso, la empresa estatal alude a falta de liquidez para justificar la medida de alza de tarifas y la estrategia para generar más ingresos en dólares. El viernes pasado, ETECSA anunció un incremento en el precio de sus paquetes de datos para celulares. La medida limita a los usuarios a un paquete mensual de hasta 6 gigabytes y 60 minutos de llamadas por un costo de 360 pesos cubanos, equivalente a aproximadamente un dólar en el mercado informal.

Cualquier consumo adicional implicará un aumento superior al 800% en pesos cubanos. Esto obliga a empleados estatales a destinar casi la totalidad de su salario mensual para acceder al servicio o depender de recargas en dólares desde el extranjero.

Tania Velázquez, presidenta de ETECSA, reconoció en una entrevista televisiva el sábado la grave crisis de liquidez de la empresa, atribuyendo el aumento a la falta de divisas y al alto nivel de endeudamiento que limita la importación de tecnología y equipos para mantener los servicios actuales. Sin embargo, el dato de los millones de dólares en las cuentas bancarias de Rafin genera dudas sobre la veracidad del discurso oficial.

Fundada en 1997 y sujeta a sanciones estadounidenses, RAFIN S.A. compró en 2011 el 27% de las acciones de ETECSA, tras adquirirlas a Telecom Italia por U$S706 millones. Además, el Banco Financiero Internacional, también vinculado a GAESA, mantenía otra participación. Según el balance de GAESA obtenido por el Miami Herald, RAFIN tenía U$S407.7 millones de dólares en efectivo en agosto de 2024.

Una fuente anónima cercana a GAESA declaró que RAFIN financia inversiones y operaciones, incluyendo las de ETECSA y hoteles, pero no actúa como un banco tradicional. Esta estructura genera preocupación porque GAESA mantiene grandes fondos en sectores como el turismo, donde la empresa Gaviota contaba con 4.300 millones de dólares en efectivo el año pasado, mientras servicios públicos básicos en Cuba se deterioran.

Descontento popular hasta en sectores oficialista

La reciente subida de tarifas y restricciones en los servicios de Etecsa ha desatado un fuerte descontento popular en Cuba, que incluye incluso voces afines al régimen. El cantante Israel Rojas, del dúo Buena Fe, calificó el aumento como un "tarifazo" lleno de "vicios" propios de la comunicación política cubana, señalando que las justificaciones técnicas parecen "inciertas, injustas y erráticas". Su crítica generó respuestas de simpatizantes del gobierno, evidenciando el amplio malestar social.

María del Carmen Hernández Carús, madre de la jefa de comunicación de Díaz-Canel, expresó que los 6 GB mensuales permitidos son insuficientes para que los "revolucionarios" defiendan al régimen en redes sociales, destacando la imposibilidad de costear paquetes en dólares. Esta preocupación también fue reflejada por El Necio, creador digital oficialista, quien calificó las medidas de "altamente impopulares" y pidió un diálogo que balancee la necesidad de captar divisas con el derecho a la comunicación. Sin embargo, muchos usuarios sospechan que figuras como él no enfrentan las mismas limitaciones.

El periodista Fernando Ravsberg y el fotógrafo Iván Soca ironizaron y recordaron críticas históricas hacia Etecsa, mientras que el músico Pupy Cabrera denunció que la medida es un intento de silenciar voces críticas y limitar el acceso a medios independientes.

Usuarios y presentadores del programa oficial "Con Filo" admitieron dificultad para justificar estas políticas neoliberales, y muchos ciudadanos en redes pidieron al gobierno revertir las tarifas para evitar graves consecuencias sociales. El descontento refleja una desconexión entre las autoridades y la realidad económica, donde el salario medio apenas alcanza para cubrir servicios básicos, y el bloqueo de datos profundiza la brecha digital en educación, trabajo e información.

Foto: Jose Goitia CANADIAN PRESS PHOTO