Dimite el premier japonés Ishiba: caos en el país

07.09.2025

TOKIO (ANSA) – Pesaron mucho la debacle electoral y la pérdida de la mayoría, además de los aranceles impuestos por el presidente de EEUU, Donald Trump

 

La experiencia de Shigeru Ishiba al frente del gobierno de Japón duró menos de un año.

Político veterano, definido desde el inicio de su mandato por la prensa local como "el improbable premier", el nativo de Tottori, de 68 años, parecía haber dejado atrás sus fantasmas tras ser nombrado líder del Partido Liberal-Demócrata (PLD) en su quinto intento, y desde el 1ro de octubre de 2024, nuevo jefe del Ejecutivo.

Un cargo que, sin embargo, comenzó bajo malos auspicios, con el repentino desplome de los mercados financieros provocado por el llamado "shock Ishiba", y continuó de la peor manera con la pérdida de la mayoría en la Cámara baja en las elecciones generales convocadas a fines del mismo mes, obteniendo el peor resultado para el partido conservador desde 2009.

La llegada del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, y la batalla arancelaria no favorecieron los esfuerzos del gobierno de Ishiba, limitando las expectativas de recuperación para la cuarta economía mundial, que ya enfrentaba una grave crisis demográfica, estancamiento del consumo e incertidumbre en las negociaciones con su principal socio comercial.

La pérdida de la mayoría también en el Senado en las elecciones del 20 de julio marcó el punto de no retorno.

Una derrota tan contundente en ambas cámaras del Parlamento no se había registrado desde la fundación del partido en 1955.

Ni siquiera el reciente acuerdo comercial con Washington para reducir aranceles logró revertir la situación.

En las últimas semanas, las presiones para revitalizar al partido se intensificaron y, paulatinamente, incluso los aliados más cercanos se apartaron de un gabinete que parecía tener los días contados.

Entre ellos, el secretario general del PLD, Hiroshi Moriyama, figura clave y principal aliado de Ishiba, y los llamados a la prudencia del ex primer ministro de 85 años Taro Aso, gran estratega de la política japonesa y líder de una de las facciones más poderosas del partido.

Las renuncias de Ishiba anticiparon por un día la votación para decidir un cambio en la dirección del partido, que, de aprobarse, habría representado una moción de censura en su contra.

En una apresurada conferencia de prensa televisiva el domingo, Ishiba aseguró que iniciaría un proceso para convocar una votación interna para elegir a su sucesor y que no era necesaria la decisión del lunes.

Entre los posibles candidatos destacan Shinjiro Koizumi, joven heredero del popular ex primer ministro Junichiro y actual ministro de Agricultura; la ultraconservadora Sanae Takaichi, protegida del premier asesinado Shinzo Abe, quien de ser elegida sería la primera mujer en Japón en liderar el Ejecutivo; y el secretario del Gabinete y exministro de Relaciones Exteriores Yoshimasa Hayashi, considerado un moderado.

Sin mayoría en ambas cámaras, el próximo líder del PLD deberá negociar con los principales partidos de la oposición para aprobar cualquier proyecto de ley.

Al mismo tiempo, observadores señalan que la excesiva fragmentación de los partidos opositores en el Parlamento dificulta la formación de una gran coalición capaz de derribar al gobierno.

En una encuesta reciente realizada por la agencia Kyodo, casi el 55% de los encuestados consideró innecesarias elecciones anticipadas, un deseo que, una vez más, no se refleja en las maniobras políticas.

Mientras tanto, los inversores reaccionaron rápidamente con una mayor devaluación del yen en los días previos a la renuncia y una venta masiva de bonos del Estado japoneses a 30 años (JGB), cuyo rendimiento alcanzó niveles récord.

 

Imagen: ANSA/EPA


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2025-09-07T22:59:00

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