UY Press - Agencia uruguaya de noticias

28.08.2011

NUEVA YORK, 28 Ago (UYPRESS) – La ola de pánico generada por el paso del huracán Irene por la costa este de los Estados Unidos pudo haber causado más daño que el que efectivamente causó el temporal. Irene, más calmada, sigue ahora con rumbo norte.

Al menos dieciocho personas murieron como consecuencia del paso del huracán Irene por la costa este de los Estados Unidos. Este domingo, el huracán que obligó a evacuar a un millón de personas ya se había degradado a tormenta tropical, pero la intensidad estimada de sus vientos al tocar tierra era de 104 kilómetros por hora, según la información publicada por el Centro Nacional de Huracanes (NHC),  por lo que todavía sigue representando un gran peligro.

A su paso por Nueva York, las fuertes lluvias y vientos provocaron inundaciones y cortes de electricidad. Hay “áreas de la ciudad que están inundadas por oleaje, lluvias, pero en general estimo que ya hemos superado esto”, dijo Joseph Bruno, comisionado de situaciones de emergencia de Nueva York, a la cadena CNN.

Desde que tocó tierra el sábado por la mañana, Irene dejó 18 muertos, cinco de ellos en Carolina del Norte, el primer estado en sufrir sus estragos, con vientos de hasta 140 km/h, según cifras oficiales.

Las otras víctimas mortales se registraron en Virginia (cuatro personas muertas), Nueva Jersey (dos),  Florida (dos) y las demás en Connecticut, Nueva Jersey y Maryland.

En Nueva York, los efectos de Irene comenzaron a sentirse en la noche del sábado al domingo, con potentes lluvias, relámpagos, reportes de tornados y fuertes ráfagas de viento.

Sin embargo, y tras una inédita orden de evacuación obligatoria para 370.000 personas, la Gran Manzana salió casi ilesa del tan temido huracán, ahora rebajado a tormenta tropical.

Coney Island, en Brooklyn (sudeste), fue el lugar más afectado por Irene. Hacia las 8.45 hora local las aguas de la playa, conocida por su popular parque de atracciones, subieron, provocando el caos. Long Island, en el noreste del estado de Nueva York, también experimentó la furia de Irene.

Irene fue el primer huracán en representar una amenaza para la ciudad de Nueva York desde 1985, cuando el huracán Gloria llegó hasta esas costas.

La notoria fascinación norteamericana por las catástrofes y los climas de peligro inminente había dejado a Nueva York convertida en una “ciudad fantasma” desde el sábado al mediodía, con el transporte público suspendido, aeropuertos sin operar y tiendas cerradas. Los noticieros de todo el mundo transmitían las imágenes de carteles indicadores luminosos que anunciaban la “evacuación en progreso”, así como las interminables caravanas de vehículos en las carreteras, con los techos sobrecargados de equipaje, bicicletas y hasta botes de gran tamaño.

Después de Nueva York, la tormenta tropical Irene, que se desplaza hacia el norte a una velocidad de 40 km/h, pasó por Cape Cod (Massachussetts) y podría dirigirse hacia Boston, de acuerdo al NHC.

Pero el horror a la catástrofe, sin el cual los Estados Unidos ya no podrían sobrevivir, está lejos de haber terminado: según algunos voceros del gobierno, los daños causados por Irene a la ya de por sí golpeada economía nacional podrían ascender a miles de millones de dólares. Habrá que seguir en estado de alerta.