OPINIÓN
España rompe con la industria militar israelí: un giro estratégico con implicaciones profundas
03.06.2025
OTHER NEWS (Por Valeria M. Rivera Rosas* – Mundiario) – Defensa cancela la compra de misiles Spike LR2 y elimina la tecnología israelí del nuevo lanzacohetes múltiple SILAM. La medida, que responde a una decisión política, plantea interrogantes sobre la autonomía industrial, los costes y los desafíos técnicos de fabricar armas “100 % españolas”.
La decisión del Ministerio de Defensa de cancelar la adquisición de 1.680 misiles Spike LR2 y de prescindir de tecnología israelí en el desarrollo del sistema de lanzacohetes múltiples SILAM marca un punto de inflexión en la política de defensa española. No se trata de una simple corrección técnica o contractual: es una maniobra de gran calado que responde tanto a consideraciones éticas como a una apuesta estratégica por la autonomía industrial y tecnológica en materia militar.
La "desconexión tecnológica" de la industria israelí, anunciada por la Secretaría de Estado de Defensa, no surge en el vacío. Se produce en un contexto decreciente presión internacional hacia Israel por su ofensiva militar en Gaza -con un saldo de decenas de miles de muertos- y tras el impulso, por parte del Gobierno español, de un embargo internacional de armas a dicho país. A esto se suma la tramitación en el Congreso de una proposición de ley que impediría formalmente la compraventa de armamento con países investigados por crímenes de guerra, como es actualmente el caso de Israel.
El giro, sin embargo, no está exento de costes. Por un lado, interrumpe contratos ya firmados por cientos de millones de euros y obliga a buscar alternativas tecnológicas -como el sistema estadounidense Javelin o proveedores europeos- con todo lo que eso implica: retrasos en la operatividad de nuestras Fuerzas Armadas, costes añadidos y dificultades logísticas. Por otro, pone en aprietos a empresas españolas que participaban en los programas afectados, desde Escribano hasta Tecnobit, que contaban con estos desarrollos como parte esencial de su actividad.
La sustitución de la tecnología israelí en el programa SILAM requerirá rediseñar por completo un sistema que ya contaba con un prototipo funcional y que debía comenzar sus pruebas de fuego este mismo año. El virajepodría ralentizar notablemente la modernización del Ejército de Tierra, que lleva años esperando un sustituto para los anticuados lanzacohetes Teruel. ¿Está el Estado preparado para asumir los sobrecostes y los retrasos sin debilitar la capacidad defensiva?
Esta nueva política también introduce una tensión entre los principios éticos y las necesidades operativas. Defender una política exterior coherente con los derechos humanos implica tomar decisiones difíciles. Pero cuando esa coherencia se traslada al terreno de la defensa nacional, se hace indispensable acompañarla de una hoja de ruta clara, que garantice la continuidad de los programas esenciales para la seguridad del país sin caer en la improvisación ni en la dependencia de otros actores igualmente cuestionables.
No menos importante es el debate sobre soberanía tecnológica. La renuncia a tecnologías extranjeras no es nueva, pero sí lo es la voluntad política de impulsar capacidades 100% nacionales en sectores tan complejos como el armamento avanzado. El éxito de esta estrategia dependerá del compromiso inversor del Estado y de la colaboración fluida entre Defensa, la industria y el ámbito académico. Sin ello, España corre el riesgo de quedarse a medio camino: ni plenamente autónoma ni suficientemente equipada.
Estamos ante una decisión que redefine la política de defensa española, alineándola con una visión más ética y autosuficiente, pero que también exigirá rigor, planificación y altura de miras. Porque romper lazos con una potencia tecnológica como Israel no solo es una declaración política: es un desafío estratégico que debe afrontarse con visión de Estado, no con impulsos simbólicos.
*VALERIA M. RIVERA ROSAS, escribe en MUNDIARIO, donde es la coordinadora general. Licenciada en Comunicación Social, mención Periodismo Impreso, se graduó en la Universidad Privada Dr. Rafael Belloso Chacín de Venezuela.
Imagen: Presidencia de España
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