Syriza roza la mayoría absoluta
Grecia: la izquierda gana las elecciones
26.01.2015
ATENAS (Uypress) – Un cambio histórico se produjo este domingo en Grecia, con el triunfo de Syriza, agrupación de izquierda, en las elecciones nacionales.
El partido de izquierda, o de izquierda radical para algunos, liderado por Alexis Tsipras, se impuso con el 36,3% de los votos y obtiene, hasta ahora, 149 escaños en el Parlamento, muy cerca de los 151 necesario para tener la mayoría absoluta. De acuerdo al sistema electoral griego, el partido que se ubica en primer lugar, además de los legisladores que proporcionalmente le corresponden, obtiene una bonificación de 50 escaños. De esta manera, Syriza agrega 50 bancas a las 99 que ya tendría adjudicadas, elevando su número a 149, frente a los 71 que tenía hasta ahora.
En segundo lugar quedó la gobernante conservadora Nueva Democracia, liderada por el primer ministro en funciones, Adonis Samarás, que alcanzó el 27,8% de los votos y 76 diputados (tenía 129).
El tercer lugar correspondió al partido neonazi Aurora Dorada, cuya cúpula dirigente se encuentra en la cárcel por asociación criminal, que obtuvo el 6,3% de los votos y 17 escaños. Todos los datos precedentes corresponden al 90,07% de los votos escrutados. Esta votación de los neonazis genera cierta inquietud, ya que, si Syriza no logra los 151 escaños que le darían la mayoría absoluta, aunque precaria, y los dos primeros partidos no consiguen formar Gobierno, el mandato recaería en los neonazis, una formación abiertamente antisistema.
En cuarto lugar quedó el centrista y proeuropeo To Potami (El Río), con el 6% (17 escaños), seguido por el Partido Comunista de Grecia (KKE, en sus siglas helenas), con el 5,4% (15 asientos), y Griegos Independientes (ANEL), con el 4,7% y 13 escaños.
Relegado al fondo del pelotón quedó el socialdemócrata Pasok, socio menor del Gobierno en funciones, con el 4,6% (13 puestos).
El Movimiento de los Socialistas Democráticos del ex primer ministro Yorgos Papandreu (2,4%) no logró representación parlamentaria al no superar el 3% mínimo exigido, con lo que en el nuevo Parlamento se sentarán siete partidos.
La participación se estimó cercana al 65%.
"Habéis vencido el miedo y recuperado la esperanza. Nuestra victoria es una victoria de todos los pueblos de Europa que luchan contra la austeridad. Nuestra prioridad por encima de todo es devolver la dignidad perdida a Grecia, con un gobierno para todos los griegos, nos hayan votado o no", dijo emocionado Tsipras ante una multitud concentrada en el centro de Atenas. "El nuevo Ejecutivo está listo para trabajar y negociar con nuestros acreedores una razonable solución al círculo vicioso de la deuda. Juntos avanzaremos y lo lograremos, y desmentiremos a todas las Casandras que dentro y fuera del país nos amenazan", añadió.
Samarás admitió la derrota -"no estoy feliz", confesó- y subrayó que su formación solo ha perdido dos puntos con respecto a 2012, "tras dos años y medio de gobierno en los que hemos sentado las bases del desarrollo económico y superado la recesión", unos logros que "deben ser confirmados" por el nuevo Gabinete.
El socialdemócrata Evánguelos Venizelos acusó al partido de Papandreu de restarle los votos necesarios "para haber sido el tercer partido" como era su deseo, y reclamó una mayoría amplia para gobernar.
La victoria de Syriza marca una rotunda oposición a la aplicación intransigente de las medidas de austeridad dictadas por la "troika".
Sin duda, el gran derrotado es Andonis Samarás, primer ministro y líder de Nueva Democracia, agrupación de centro derecha, cuya dimisión no se descartaba y que basó su campaña en el miedo, casi en el pánico, de lo que impicaría un triunfo de Syriza.
Samarás ha insistido hasta la saciedad en el mensaje de que le eligieran a él o vendría el caos, alegando que una victoria de su rival, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, no solo llevaría a los comunistas al poder, sino que causaría una ruina económica donde escasearía hasta en papel higiénico como en Venezuela. "Syriza no va a cambiar Europa sino que la va a volver en contra nuestra", ha dicho. "Tsipras está decidido a llevar al país a la bancarrota y el aislamiento", ha repetido, en un país que tiene un índice de desempleo que roza el 25%.
Los desafíos del nuevo gobierno
Tsipras ha prometido lo que ningún otro político griego en estas elecciones: renegociar los términos del pago de la deuda, en tiempo y cantidad, y encima hacerlo con los líderes de los gobiernos europeos, no con los tecnócratas de las instituciones financieras.
Su frase de que "la austeridad no está consagrada en ningún tratado europeo" ha calado y se ha permitido decir que si gana no piensa ir corriendo a ver a la canciller alemana, Angela Merkel, "una más", para él, "de los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE". También ha insistido en devolver a los griegos su dignidad nacional, algo que suena a gloria en un país nacionalista y donde las referencias a la patria no son motivo de división.
No será fácil gobernar acuciado, por un lado por las demandas de los socios y acreedores europeos -Austria, Finlandia y Holanda con Alemania a la cabeza, que no han mostrado por el momento ninguna intención de flexibilidad, y por el otro lado por las presiones de las voces más radicales de la izquierda.
La deuda actual de Grecia trepa al 175% del Producto Interno Bruto.
Notas relacionadas:
Grecia: la izquierda se encamina al triunfo
dfp
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias