WIKILEAKS
Guantánamo: la promesa incumplida de Obama
25.04.2011
WASHINGTON D.C., 25 Abr (UYPRESS) – La principal promesa de la campaña electoral de Barack Obama, fue el cierre de la cárcel de Guatánamo. Funciona impertérrita desde hace 10 años. Es un gran fracaso del actual presidente.
No se recuerda en la historia del sistema judicial de los Estados Unidos una afrenta tan evidente y flagrante, creda en el año 2002 ha sobrevivido a dos presidente diferentes, George W. Bush y Barak Obama.
Todo el horror y la arbitrariedad están expuestas en los materiales difundidos por Wikileaks en estos días.
No hay otra solución. Y no la hay porque la invención de Guantánamo se gestó violando desde el principio las más básicas reglas de humanidad y legalidad por las que se rigen Estados Unidos y las democracias desarrolladas desde hace siglos. Para enviar a quienes la Administración de George W. Bush consideró sospechosos de atentar contra EE UU y ser soldados de Al Qaeda, los arquitectos legales de "la guerra contra el terrorismo" se inventaron el concepto de combatientes ilegales enemigos, esquivando así las salvaguardas que ofrece la Convención de Ginebra a los prisioneros de guerra. Los detenidos en las cárceles secretas de la CIA en cualquier punto del mundo comenzaron a desembarcar en Guantánamo en enero de 2002, encapuchados y esposados de pies y manos.
Actualmente en Guantánamo hay 172 detenidos de 24 países diferentes, el más joven de los presos tiene 24 años Omar Khadr canadiense y el más veterano Saifullah Paracha de 62 años y paquistaní. En su momento de mayor auge llegó a contener a 660 presos.
La Casa Blanca no ha podido ni parece que podrá cerrar Guantánamo. Cuando Obama prometió la clausura del polémico centro de detención, el presidente acababa de jurar su cargo y todavía flotaba en los ideales desplegados en la campaña. La realidad, graves errores de cálculo, dispersión y quizá incluso ingenuidad, mezcladas todas ellas con el duro juego político del Capitolio de Washington, han hecho que la Administración de Obama haya perdido la batalla de Guantánamo.
Por dos veces consecutivas y cada vez de forma más dura y tajante, el Congreso de EEUU aprobó en 2009 y 2010 la prohibición del uso de fondos públicos para el traslado de presos de Guantánamo a cualquier punto continental de EE UU y Hawai.
El Departamento de Justicia estudió simultáneamente el traslado de algunos presos a terceros países y la evacuación a prisiones regulares en territorio norteamericano de otros. Pero entre 50 y 60 reos permanecen hoy formalmente libres en la base naval a la espera de algún país que los reciba. Solo uno fue trasladado a EE UU, Ahmed Ghailiani, al que la Casa Blanca vio como un modelo a seguir con el resto de la población de Guantánamo. El fracaso fue estrepitoso. En noviembre del año pasado, un jurado de un tribunal de Nueva York solo fue capaz de probar uno de los 285 cargos que se imputaban al tanzano: conspiración para destruir propiedades y edificios de EE UU por los atentados de 1998 contra las Embajadas de Kenia y Tanzania. El resultado fue desastroso para la Casa Blanca. El acusado quedaba exculpado de terrorismo en el primer y único juicio civil a un detenido de Guantánamo.
A principios de este mes de abril, justo el mismo día en que Obama anunciaba su candidatura a la reelección en 2012, el fiscal general del Estado, Eric Holder, anunciaba el fracaso de intentar juzgar en un tribunal ordinario en Nueva York -o cualquier otra parte de EE UU- al cerebro de los ataques del 11-S, Jaled Sheik Mohamed, y cuatro acusados más. Los cinco presos más valiosos de Guantánamo comparecerán ante las polémicas comisiones militares inventadas por Bush y serán juzgados según los procedimientos de un consejo de guerra. La consolidación del limbo jurídico de Guatánamo quedaba perpetuada.
La monstruosidad que es Guantánamo queda probada hoy en cifras. Solo seis presos han sido condenados a través de las comisiones militares. Cinco de ellos están ya en libertad en sus naciones de origen u otros países. Solo uno cumple cadena perpetua y se supone que está encerrado en Camp 5, un edificio de máxima seguridad de 17 millones de dólares construido en Guantánamo a imagen y semejanza de la prisión estatal de Bunker Hill (Indiana).
Siete detenidos han muerto en los campos de detención. Dos saudíes y un yemení fueron hallados ahorcados a la vez en junio de 2006, en lo que se sospechó fue un suicidio coordinado. En mayo de 2007, otro saudí se colgaba de su celda. Un afgano moría de cáncer de colon en diciembre de 2007. Un yemení fue encontrado muerto en el pabellón psiquiátrico en junio de 2009, en lo que se consideró otro suicidio. Un afgano en detención indefinida caía fulminado el pasado 1 de febrero mientras hacía ejercicio en una máquina de correr.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias