UY Press - Agencia uruguaya de noticias

17.06.2025

MONTEVIDEO (Uypress/Esteban Valenti) - Los ataques sucesivos de toda la potencia aérea de Israel contra Irán han generado una crisis político-militar muy superior a la del Canal de Suez en 1956, o la de los misiles en Cuba en 1962. En resumen, nunca hemos estado ante la posibilidad de una conflagración nuclear desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Con este tipo de afirmaciones no se puede jugar ni manosearlas. Por lo tanto, visto el desarrollo de los acontecimientos vamos a realizar un análisis de las alternativas, considerando los últimos factores: la capacidad de respuesta misilística de Irán, que ni EEUU ni Israel esperaban, y cuya potencia todavía no hemos medido en su totalidad y el traslado de decenas de aviones cisterna de gran porte desde EEUU hacia Europa y a países próximos al Medio Oriente.

Siempre partimos de una base seria: Irán no va a soportar los bombardeos de Israel sin reaccionar, ese es un delirio de Netanyahu.

Primera alternativa, que el intercambio de bombardeos y destrucción se mantenga dentro de ciertos límites y sin la intervención de terceros directamente y se encuentre una solución que detenga la guerra. Difícil, y las heridas quedaran abiertas por siempre.

Segunda alternativa, que los países que se han declarado aliados de Irán -China, Rusia, Paquistán- decidan intervenir y cumplir sus compromisos. Son tres potencias nucleares y también con niveles de armamento convencional muy potentes. La pregunta es ¿hasta qué nivel de destrucción de Irán permitirán esas tres naciones sin comprometer todos los equilibrios mundiales?

La tercera alternativa es que Israel con el apoyo o arrastrando a los EE.UU. decida utilizar sus cientos de armas nucleares tácticas o estratégicas contra Irán. Cualquiera comprende que el balbuceo genocida de Netanyahu no lograría detener la extensión nuclear del conflicto.

La cuarta alternativa es la escalada simultanea, con la directa responsabilidad de Trump, lo que inevitablemente terminará en una conflagración mundial.

La única ventaja de esta tragedia es que nunca más habría guerras, porque desaparecería toda forma de vida en tierra y mares.