UY Press - Agencia uruguaya de noticias

16.06.2025

GROENLANDIA (ANSA) – "Groenlandia no está en venta". Pocas horas antes del G7, a medio camino entre Europa y América, el presidente francés, Emmanuel Macron, organizó una escala intermedia en el territorio ártico que parece una ofensiva anti-Trump.

La visita del ocupante del Elíseo no estaba prevista y no pasó desapercibida.

Hace tan solo unos días, Washington hablaba de la preparación de planes militares para Groenlandia y Panamá, en línea con lo que el magnate reiteró repetidamente.

La ofensiva de Macron, más allá del contenido de las declaraciones del presidente francés, parecía tener un claro objetivo diplomático: evitar cualquier tentación trumpiana de poner sobre la mesa del G7 el expediente de Groenlandia.

La visita de Macron a la tierra de hielo fue densa, pero a la vez intensa.

Fue la primera visita a Groenlandia de un presidente extranjero desde que la región quedó en la mira de Trump.

"Nadie en Europa piensa que Groenlandia esté en venta ni que pueda ser conquistada", declaró Macron.

"Vine a expresar la solidaridad de Francia y de la Unión Europea con la soberanía e integridad territorial de este territorio y a abordar sus desafíos, que son aquellos del crecimiento económico, la emergencia climática y la educación", añadió el presidente francés en una rueda de prensa conjunta con la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.

Pero no termina ahí. Macron enfatizó que las acciones de Trump no son "entre aliados".

Anunció "ejercicios militares conjuntos con los países de la región para la seguridad del Artico". Y dejó claro que los países europeos quieren acelerar con Groenlandia "la implementación de alianzas" en temas críticos. Entrando así en el corazón de la estrategia de Trump.

Pero la ofensiva de Macron en Groenlandia también sirvió para fortalecer la posición negociadora de París sobre el asunto internacional más candente: la guerra entre Israel e Irán.

"Putin no puede actuar como mediador", remarcó el presidente francés, bloqueando así la apertura de Washington a la propuesta de Moscú de actuar como intermediario entre Benjamin Netanyahu y los ayatolás. Palabras destinadas a exacerbar aún más un G7 que ya se perfila marcado por las tensiones y a alimentar los temores que han estado invadiendo las cancillerías europeas en los últimos días: a saber, que más que un G7, la cumbre de las Montañas Rocosas se perfila como un G6 contra los Estados Unidos de Trump.

Imagen: ANSA/EPA