La Suiza de Europa

Referéndum: Suiza le cierra la puerta a Europa

10.02.2014

BERNA (Uypress) – Por una estrecha mayoría, pero mayoría al fin, los ciudadanos suizos aprobaron el domingo, en referéndum, la imposición de cuotas de entrada a sus vecinos europeos. Se acaba así con la libre circulación de personas que regía desde 2002 entre ambos territorios.

 

Los suizos, por 50,4% de los votos, aprobaron la imposición de cuotas de entrada a inmigrantes de los países europeos, poniendo fin de esta manera a la libre circulación de personas que regía entre la Unión Europea y Suiza desde el año 2002.

Se estima que el 23% de los habitantes de Suiza son inmigrantes: casi 1.800.000 de los 8 millones de pobladores del país helvético. La cifra está muy por encima del nueve por ciento de Alemania, el ocho por ciento de Italia o el seis por ciento de Francia. El grupo de inmigrantes más grande de Suiza es el compuesto por los italianos, seguidos por los alemanes (unos 300.000). El saldo migratorio suizo anual se eleva a unos 80.000 nuevos habitantes.

El Gobierno de Berna tendrá que desarrollar en los próximos tres años una ley para implementar la medida. La iniciativa en contra de la "inmigración masiva" no incluye límites al número de inmigrantes, que debería establecerse de acuerdo con los "intereses de la economía" suiza. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, advirtió ya en diciembre pasado que no puede aceptar sin protesta una abolición de la normativa para la libertad de movimientos. El resultado del referéndum posiblemente genere problemas con la Unión Europea, con quien Suiza, que no la integra, había firmado en 1999 un tratado para la libre circulación de las personas.

El presidente del Ejecutivo comunitario recordó además que la UE concede a la economía suiza un acceso privilegiado a un mercado interno de 500 millones de consumidores.

Tanto el Gobierno suizo como las asociaciones empresariales del país alpino se habían mostrado en contra de la iniciativa, propulsada por un minoritario partido de ultraderecha.

El texto refrendado en las insta a reintroducir un sistema de cupos que permita además limitar el acceso a los beneficios sociales y el derecho a la reagrupación familiar de los europeos. Consciente de que esa exigencia vulnera los acuerdos que vinculan a Suiza con la UE, el texto obliga a renegociarlos en el plazo de tres años.

 

Propaganda a favor de la limitación de la inmigración. Foto: picture - alliance / dpa

"El Consejo federal (el equivalente al Gobierno central en Suiza) trabajará para aplicar estas decisiones sin dilación", garantizó la responsable de Justicia, Simonetta Sommaruga, que no obstante advirtió de las "consecuencias de largo alcance" que implica el resultado.

Según los analistas y de acuerdo a lo que informa El País de Madrid, el referéndum es un ejemplo claro de la irracionalidad que se ha apoderado del debate migratorio en todo el continente. La economía suiza experimentó un gran auge a raíz de la entrada en vigor de la libre circulación -entre otras cosas porque también llevaba asociado el acceso de los productos suizos al mercado único europeo-, la desocupación se ha mantenido en un modestísimo 3%, los salarios han crecido un 0,6% anual y el control de las condiciones laborales es mayor que nunca.

Sin embargo, de acuerdo al vicerrector de la Universidad de Ginebra, experto en el tema, el malestar de la población ante problemas solo lejanamente ligados a la inmigración (el 23% de los habitantes en Suiza) y el recelo al extranjero que resuena en Europa se han impuesto a las cifras. "Es una votación ligada a las emociones. Todos los estudios demuestran que la libre circulación ha beneficiado a Suiza y en cuanto a los salarios, precisamente se han reducido las desigualdades porque han subido más los sueldos medios y bajos", afirmó.

En la oposición el referéndum han coincidido, como pocas veces, voces tan opuestas como las de los sindicatos y las patronales.

Por otro lado,  Fabienne Despot, presidenta en el cantón de Vaud del partido UDC, impulsor del referéndum, concede que las empresas necesitan mano de obra extranjera, pero animan a buscar "primero entre los suizos y luego, entre los extranjeros que ya hay" antes de reclutar a otros. Esa es otra de las novedades que impone la iniciativa aprobada en las urnas. "Hay una concentración demográfica muy fuerte en Suiza. Se podrían construir edificios más altos o hacer habitables terrenos agrícolas, pero mucha gente se opone. Además, la red de transportes está muy presionada y eso se debe al efecto migratorio", abunda Despot.

Los argumentos parecen bastante débiles frente a las consecuencias que puede aparejar para Suiza la decisión.

Anular la libre circulación puede implicar hacer lo mismo con los otros seis acuerdos que vinculan a ambos territorios desde 2002. Entre ellos, la desaparición de barreras comerciales, la integración de las políticas de transportes y el acceso que tiene Suiza (a cambio de una contribución al presupuesto comunitario) a los programas de investigación de la UE. Bruselas ya había dado indicaciones para que cualquier nueva decisión sobre la participación suiza en esos programas se condicionase al referéndum, aseguran fuentes comunitarias.

La razón por la que la suspensión de un acuerdo implica la caída del resto obedece a la llamada cláusula guillotina, que Bruselas introdujo ante el temor de que los suizos, que ya anteriormente habían convocado referendos antiinmigración, plantearan algo similar.

Consciente del sentir de la población, el Gobierno suizo ya se había enfrentado a Bruselas al imponer cuotas para los permisos de trabajo de larga duración a los europeos (primero a los del Este, en 2012, y luego a todos en 2013). Pero esa posibilidad se agotaba ya en mayo de este año para volver de nuevo a la libre circulación (excepto para rumanos y búlgaros, limitados hasta 2019). A la luz de lo votado el domingo, esa movilidad sin trabas será transitoria.

 

dfp

 

Internacionales
2014-02-10T07:15:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias