PATERNIDADES PECAMINOSAS
Renunció un obispo: le confesó al Papa que tiene dos hijos
05.01.2012
LOS ÁNGELES, 5 Ene (UYPRESS) – Monseñor Gabino Zavala, obispo auxiliar de Los Ángeles, confesó en diciembre al Papa Benedicto XVI que era padre de dos hijos adolescentes y renunció a su cargo.
El Papa ya había sido informado previamente de la situación por el arzobispo de la gran ciudad de la costa oeste de los Estados Unidos, monseñor José Gómezs, también de origen mexicano como Zavala. El Papa le aceptó la renuncia de inmediato.
La doble vida del obispo le ha generado nuevas y graves complicaciones a la Iglesia católica norteamericana, que ya había sido sumergida por una ola de denuncias y demandas judiciales por violaciones de parte de sus sacerdotes desde el año 2002. Cientos de miles de fieles se alejaron desde ese momento de la Iglesia católica.
El Papa, según una nota del Vaticano, aceptó la dimisión del obispo Zavala, de 60 años, aplicando los artículos del Código Canónico que permiten la dimisión de un episcopal antes de cumplir la edad del retiro, que es de 75 años.
En su carta a los fieles de Los Angeles, monseñor José Gómez, quien se hizo cargo de la arquidiócesis en marzo del año pasado, pertenece a la preladura del Opus Dei y está destinado a la púrpura cardenalicia, señaló que monseñor Zavala “me dijo a principios de diciembre que era padre de dos hijos adolescentes que viven con la madre en otro estado”. La arquidiócesis de Los Angeles llegó a un acuerdo para asegurar a los jóvenes “asistencia espiritual” y ayuda financiera para sus estudios universitarios. Monseñor Zavala se ha retirado “a vida privada”.
Zavala nació en el Estado de Guerrero, México y creció en Los Angeles, donde se ordeno sacerdote en 1977. Ha sido siempre un gran luchador por los derechos civiles. Presidente de Pax Christie de EE.UU., la organización de la Iglesia dedicada a la promoción de la paz en el mundo, monseñor Zavala también condujo campañas en favor de los inmigrantes, los homosexuales y contra la pena de muerte.
El obispo ha violado la obligación de respetar la disciplina de la castidad y el celibato. Pecados menores para muchos católicos en comparación con las terribles pruebas que ha debido afrontar en la última década la iglesia de Estados Unidos, la más castigada en el mundo por los escándalos de pedofilia protagonizada por una parte del clero.
Ayer el Vaticano anunció que el Papa nombró obispo coadjutor con derecho a sucesión en la arquidiócesis de San Diego, también en el sur de California, al auxiliar de Orange, monseñor Cirilo Flores, quién en menos de dos años reemplazará al arzobispo Robert Brom, que cumplirá 75 años y renunciará.
Los Angeles y San Diego han sufrido laceraciones muy grandes en su vida religiosa y comunitara a raíz de los escándalos sexuales que se remontan a la década de los años 50. En 2007, monseñor Brom suscribió un fatigoso acuerdo con 144 feligreses víctimas de 60 curas abusadores, pagando a los damnificados 198 millones de dólares.
El de San Diego fue el segundo más cuantioso arreglo suscripto por una arquidiócesis norteamericana. El primero, siempre en 2007, se firmó en Los Angeles con un desembolso de 660 millones de dólares a 508 fieles víctimas de los abusos sexuales de clérigos, monjas y docentes católicos.
La doble vida del obispo le ha generado nuevas y graves complicaciones a la Iglesia católica norteamericana, que ya había sido sumergida por una ola de denuncias y demandas judiciales por violaciones de parte de sus sacerdotes desde el año 2002. Cientos de miles de fieles se alejaron desde ese momento de la Iglesia católica.
El Papa, según una nota del Vaticano, aceptó la dimisión del obispo Zavala, de 60 años, aplicando los artículos del Código Canónico que permiten la dimisión de un episcopal antes de cumplir la edad del retiro, que es de 75 años.
En su carta a los fieles de Los Angeles, monseñor José Gómez, quien se hizo cargo de la arquidiócesis en marzo del año pasado, pertenece a la preladura del Opus Dei y está destinado a la púrpura cardenalicia, señaló que monseñor Zavala “me dijo a principios de diciembre que era padre de dos hijos adolescentes que viven con la madre en otro estado”. La arquidiócesis de Los Angeles llegó a un acuerdo para asegurar a los jóvenes “asistencia espiritual” y ayuda financiera para sus estudios universitarios. Monseñor Zavala se ha retirado “a vida privada”.
Zavala nació en el Estado de Guerrero, México y creció en Los Angeles, donde se ordeno sacerdote en 1977. Ha sido siempre un gran luchador por los derechos civiles. Presidente de Pax Christie de EE.UU., la organización de la Iglesia dedicada a la promoción de la paz en el mundo, monseñor Zavala también condujo campañas en favor de los inmigrantes, los homosexuales y contra la pena de muerte.
El obispo ha violado la obligación de respetar la disciplina de la castidad y el celibato. Pecados menores para muchos católicos en comparación con las terribles pruebas que ha debido afrontar en la última década la iglesia de Estados Unidos, la más castigada en el mundo por los escándalos de pedofilia protagonizada por una parte del clero.
Ayer el Vaticano anunció que el Papa nombró obispo coadjutor con derecho a sucesión en la arquidiócesis de San Diego, también en el sur de California, al auxiliar de Orange, monseñor Cirilo Flores, quién en menos de dos años reemplazará al arzobispo Robert Brom, que cumplirá 75 años y renunciará.
Los Angeles y San Diego han sufrido laceraciones muy grandes en su vida religiosa y comunitara a raíz de los escándalos sexuales que se remontan a la década de los años 50. En 2007, monseñor Brom suscribió un fatigoso acuerdo con 144 feligreses víctimas de 60 curas abusadores, pagando a los damnificados 198 millones de dólares.
El de San Diego fue el segundo más cuantioso arreglo suscripto por una arquidiócesis norteamericana. El primero, siempre en 2007, se firmó en Los Angeles con un desembolso de 660 millones de dólares a 508 fieles víctimas de los abusos sexuales de clérigos, monjas y docentes católicos.
f.l.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias