Trump en Asia

Se pone a prueba alianza Estados Unidos – Corea del Sur

02.11.2017

SEÚL (Yonhap/Uypress) – El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y su homólogo estadounidense, Donald Trump, mantendrán una cumbre bilateral la próxima semana en Corea del Sur, en la que se estima que abarquen una amplia serie de cuestiones bilaterales y regionales, incluyendo lo que muchos creen que podrían ser puntos decisivos que afecten negativamente a la alianza.

 

La próxima cumbre será organizada en Seúl, el martes próximo, la cual supone la tercera de su tipo desde que ambos líderes asumieron el poder a comienzos de año. Asimismo, los dos mandatarios mantuvieron dos reuniones trilaterales en las que también participó el primer ministro japonés, Shinzo Abe.

Es probable que las cuestiones principales tratadas en las cumbres previas vuelvan a emerger durante la reunión, según dijeron los funcionarios de la oficina presidencial surcoreana, Cheong Wa Dae.

Entre ellas se encuentran Corea del Norte y su creciente tecnología nuclear y de misiles, además de las capacidades de defensa conjunta de los dos aliados contra las provocaciones norcoreanas. Las cuestiones económicas y de comercio también continúan los problemas, si no los desarrollan, ya que ambas partes comenzaron recientemente las discusiones oficiales para modificar su tratado de libre comercio bilateral (TLC).

También se esperan muchas cuestiones nuevas y renovadas, como el diálogo previsto de Seúl y Washington sobre la división de los costes de defensa y la recuperación de manos de Washington del control operativo (OPCON, según sus siglas en inglés) en tiempos de guerra del Ejército surcoreano, una medida postergada por el Gobierno conservador previo y condenada, a menudo, en ambos países como un intento de debilitar la alianza, por no decir su capacidad de defensa conjunta.

Solo unos pocos creen que las cuestiones son lo suficientemente serias como para causar daños a la alianza bilateral, que se ha mantenido férrea durante más de seis décadas desde que fue alcanzada el 1 de octubre de 1953.

Sin embargo, muchos dicen que algunas cuestiones tienen el potencial de causar graves problemas en el futuro, en el caso de que los dos países no lleguen a un acuerdo.

La renegociación del TLC bilateral, por ejemplo, está causando preocupaciones sobre una posible rescisión del acuerdo, que inevitablemente causará un daño grave a sus lazos.

La medida para enmendar el TLC tiene lugar únicamente a demanda de la parte estadounidense, que citó su creciente déficit comercial con los productos surcoreanos.

Seúl acordó, el mes pasado, comenzar el proceso, poco después de que el presidente estadounidense dijera a sus funcionarios que se preparasen para rescindir el TLC con Seúl.

Posteriormente, el jefe negociador de comercio del Ministerio de Comercio, Industria y Energía de Corea del Sur, Kim Hyun-chong, señaló que el país podría verse forzado a abandonar por completo el TLC con Washington si Estados Unidos continúa con demandas injustas e irrazonables.

Durante una auditoría parlamentaria, Kim dijo que las negociaciones se comenzaron teniendo en cuenta todas las posibilidades, incluido el fracaso de las mismas.

Corea del Sur citó previamente su creciente déficit comercial con Estados Unidos en el sector servicios, junto con varios informes, incluidos los de institutos de investigación estadounidenses, que afirman que el creciente déficit comercial de Washington con Seúl podría ser por causas propias, en lugar de por el TLC bilateral.

Los próximos diálogos de defensa sobre la división de los costes para el mantenimiento de los soldados estadounidenses en Corea del Sur también es otra cuestión que podría causar un rápido enfriamiento de los lazos, según informaron funcionarios surcoreanos.

Washington ha demandado a Seúl, durante mucho tiempo, que asuma una mayor parte de los costes, y se estima que la demanda solo aumentará bajo la nueva política estadounidense "Estados Unidos primero" de Trump.

Por otro lado, Seúl insiste en que está pagando más que suficiente, además de citar el hecho de que continúa proporcionando gratuitamente una gran cantidad de tierras para las bases militares estadounidenses.

Moon también señaló que el país acaba de invertir 8.088 millones de dólares para ampliar y renovar la base militar estadounidense en Pyeongtaek, a unos 40 kilómetros al sur de Seúl.

Trump tiene previsto visitar la base en Pyeongtaek tras su llegada la próxima semana. Los funcionarios de Cheong Wa Dae expresaron su esperanza de que la visita de Trump a la base militar le haga percatarse de lo que Corea del Sur estuvo haciendo por su aliado.

 

Pese a las muchas cuestiones pendientes, Corea del Norte y su creciente amenaza nuclear y de misiles serán, probablemente, la prioridad de la agenda de la próxima cumbre.

En sus reuniones previas, los dos líderes destacaron la necesidad de ejercer una mayor presión sobre Pyongyang, a fin de que el régimen comunista suspenda sus provocaciones y comience a dialogar para la paz.

En la última cumbre, mantenida, el 22 de setiembre, al margen de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, después de que Corea del Norte llevase a cabo, el 3 de setiembre, su última y más potente prueba nuclear hasta la fecha, Moon y Trump acordaron crear una postura de disuasión conjunta contra las amenazas norcoreanas a un nivel "abrumador", que, según ellos, ejercerá la "mayor presión y sanciones" contra el Norte.

Los dos líderes comparten la postura sobre la necesidad de una mayor presión y sanciones para disuadir las actividades provocadoras de Pyongyang y hacer que comience el camino hacia su desnuclearización, según el portavoz presidencial, Park Soo-hyun.

Trump comenzará su gira asiática el viernes 3, cuando está a punto de cumplir el primer aniversario de su victoria electoral. Además de Corea del Sur, durante doce días, el presidente estadounidense visitará Japón, China, Vietnam y Filipinas.

 

 

Internacionales
2017-11-02T08:28:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias