Tornar a un enemigo en amigo requiere valentía

10.06.2025

FRANJA DE GAZA (Uypress/Yakov M. Rabkin*) - El genocidio en Gaza continúa sin tregua mientras escribo estas líneas. Tardíamente, algunos israelíes han empezado a denunciar la hambruna y el asesinato en masa que su ejército -un ejército del pueblo- ha perpetrado desde octubre de 2023.

Estos actos, apoyados por la mayoría de los judíos del país, superan en crueldad y brutalidad la violencia que las fuerzas israelíes utilizaron rutinariamente contra los palestinos desde antes de la declaración unilateral de independencia en 1948. El despojo, la deportación y la muerte han sido su trágico destino.

La diferencia esta vez no es sólo el grado de violencia. Los dirigentes israelíes ya no se esconden tras discursos diplomáticos y eufemismos. Su plan es claro: crear un Gran Israel goyimfrei, "limpiado" de los palestinos. Bombardeos de Gaza y pogromos contra los residentes de Cisjordania los fuerzan abandonar sus tierras y viviendas. Este plan ha sido concebido discretamente desde años por los sucesivos gobiernos israelíes, pero el miedo a las sanciones internacionales les impidió admitirlo. Hoy, el 82% de los israelíes apoya expulsión definitiva de los palestinos. Sin embargo, los constantes esfuerzos estadounidenses e israelíes por sobornar a los países para que acepten a los palestinos exiliados no han dado fruto hasta ahora.

Es ineludible recordar la conferencia internacional de Evian de 1938, convocada para reasentar a los judíos europeos que los nazis querían expulsar. Los delegados occidentales expresaron su simpatía por los judíos, pero sólo la República Dominicana aceptó acoger a 100.000 personas (en la práctica, sólo unos cientos pudieron arribar a la lejana isla del Caribe). Sin ningún país dispuesto a acoger judíos, las autoridades nazis idearon planes para un genocidio. Millones de judíos europeos, junto con otros «inferiores» como gitanos y eslavos, fueron asesinados sistemáticamente entre 1941 y 1945.

Los entusiastas seguidores del nacionaljudaísmo (dati-leumi en hebreo) y sus aliados en otros estratos de la ciudadanía israelí creen que pueden imponer su voluntad a los palestinos. Este segmento relativamente pequeño de la población israelí, cuyo núcleo está formado por los colonos de Cisjordania, se ha convertido en el actor más dinámico e inquebrantable en la elaboración de la política israelí hacia los palestinos. Números crecientes de estos «portadores de kipás de punto» ocupan puestos clave en el Estado israelí. La cola mueve con éxito al perro.

La mayoría de los israelíes siguen disfrutando de la vida, yendo al gimnasio, asistiendo a encuentros de control de peso y de otros modos cuidando a su bienestar. La hambruna y la masacre de decenas de miles de civiles -en su mayoría mujeres y niños- en Gaza, y de cientos de personas en Cisjordania, todo ello que ejecutan en su nombre sus esposos, padres y hermanos, deja indiferente a la mayoría de los israelíes. Ellos han deshumanizado y demonizado a los palestinos durante décadas, y esta deshumanización se ha vuelto descarada tras la incursión de Hamás en octubre de 2023.

Max Blumenthal caracterizó recientemente a la sociedad israelí de "satánica". Pero puede que algún día los israelíes despierten de su letargo moral y se den cuenta de que los palestinos son humanos. Dado que la destrucción total de Gaza por Israel hace imposible alojar a los dos millones de supervivientes en sus antiguos hogares tornados en «un lugar de demolición», los israelíes -en un acto de arrepentimiento colectivo- deberían acogerlos. Deberían tratarlos como a semejantes y ayudarles a curar los terribles traumas causados por los militares israelíes. Deberían indemnizar a los palestinos por los bienes perdidos, permitiéndoles valerse por sí mismos en vez de depender de la caridad. Este acto de arrepentimiento tan tardío, debería crear una sociedad en la que todos -del río al mar- disfruten de los mismos derechos.

Esta rehumanización es un reto, pero es el único escenario que liberaría tanto a los oprimidos como a los opresores del círculo vicioso de la violencia. No pocos calificarán de suicida el acto de contrición propuesto. Peter Beinart, en su reciente libro Being Jewish after the Destruction of Gaza (Ser judío tras la destrucción de Gaza), señala otros ejemplos históricos -Irlanda, el Sur de Estados Unidos y, por supuesto, Sudáfrica- y reconoce que los gobernantes a menudo perciben la igualdad como una amenaza existencial: «Los sudafricanos blancos tenían tanto miedo de ser arrojados al mar como los judíos israelíes lo tienen ahora». Sin embargo, argumenta, según numerosos estudios, la violencia se nutre de la opresión, mientras que la igualdad de derechos y la posibilidad de cambio político la mitigan.

Desde el inicio de la colonización sionista, unos intelectuales judíos vieron que la arrogancia y el descaro de los colonos crearían una trampa mortal tanto para los colonizadores como para los colonizados. Ahad Ha-Am, un icono del sionismo cultural, una especie desde mucho tiempo marginada por el sionismo bélico, publicó la siguiente advertencia en 1891:

"Hace poco vine a la Tierra de Israel y vi con mis propios ojos que no encontramos aquí una tierra vacía, sino una nación llena de vida, que habita en ella y que ama la Tierra de Israel no menos que nosotros. ... Estamos acostumbrados a pensar que el árabe es un ismaelita salvaje... y no nos damos cuenta de que el árabe también es un ser humano, con sentimientos, y siente muy bien que se le está arrebatando su tierra por la fuerza."

Voces críticas, tanto dentro como fuera de Israel, ven en el experimento sionista un trágico error. Cuanto antes se acabe, mejor para la humanidad. En la práctica, esto significaría garantizar la igualdad de todos los habitantes y transformar el actual régimen discriminatorio en un Estado de todos sus ciudadanos. Pero la sociedad israelí está condicionada a ver tales proyectos como una amenaza existencial y un rechazo del «derecho de Israel a existir». El sacrificio de decenas de miles de vidas civiles para garantizar este derecho no ha sacudido este mantra ideológico.  Beinart observa que "en la mayor parte del mundo judío actual, rechazar el Estado judío es una sacrilegio mayor que rechazar el propio judaísmo. ... Hemos construido un altar y arrojado a una entera sociedad [palestina] a las llamas".

Es cierto que Beinart en Nueva York y el autor de estas líneas en Montreal pueden permitirse sueños indulgentes de igualdad. No somos los que afrontarán las consecuencias. Pero cada vez más israelíes ven el callejón sin salida moral y práctico de continuar con la opresión y el despojo.

La tradición judía enseña que nunca es tarde para cambiar de rumbo, arrepentirse y enmendar a las víctimas. Por supuesto, dar un giro tan brusco requiere valor. Un famoso refrán judío es claro al respecto: "¿Quién es el mayor de todos los héroes? El que torna a un enemigo en amigo". La mayoría de los israelíes rechaza vehementemente como propio del exilio esta sabiduría tradicional judía que sostiene la paz como el valor supremo. Ven en ella sólo el "consuelo de los débiles". Pero, de hecho, en esto consiste la verdadera fuerza.

 

*Yakov M. Rabkin es catedrático emérito de Historia en la Universidad de Montreal. Entre sus publicaciones figuran más de 300 artículos y algunos libros: Science between Superpowers, Contra el Estado de Israel: historia de la oposición judía al sionismo, What is Modern Israel?, Demodernization: A Future in the Past y Judaïsme, islam et modernité, Israel: violencia perpetua. Ha trabajado como asesor para la OCDE, la OTAN, la UNESCO y el Banco Mundial. Correo electrónico: yakov.rabkin@umontreal.ca. Página web: www.yakovrabkin.ca. yakov.rabkin@umontreal.ca. Website: www.yakovrabkin.ca

Su último libro "Israel, violencia perpetua" ha sido publicado por la Nueva Editorial Canaán, Buenos Aires, 2024. nuevaeditorialcanaan@gmail.com

https://www.juancole.com/2025/06/genocide-humanization-courage.html

https://www.elespejolibros.com.ar/productos/israel-violencia-perpetua-yakov-rabkin/

https://www.ciccus.org.ar/

 

Traducción de Miguel Ibarlucía

 

Internacionales
2025-06-10T12:51:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias