Irak - ISIS
Victoria de Irak en Ramadi golpea a Estado Islámico, pero quedan batallas
BAGDAD (Xinhua) - La victoria de Irak sobre los militantes del Estado Islámico (EI) en Ramadi, capital de la provincia de Anber, fue decisiva, pero los analistas consideran que todavía se requieren arduos esfuerzos para derrotar al EI en Mosul, ciudad densamente poblada del norte de Irak.
"Recuperar Ramadi fue importante porque indica dos hechos importantes. En primer lugar, ilustró los esfuerzos coordinados de las fuerzas de seguridad iraquíes y de la coalición encabezada por Estados Unidos que fueron anteriormente esporádicos en batallas anteriores", dijo a Xinhua el analista político Ibrahim al-Ameri.
Una coordinación similar con las fuerzas kurdas peshmerga fue exitosa y puede realizarse una vez más en futuros enfrentamientos para liberar localidades clave del bastión del EI en Fallujah y Mosul.
"La victoria de Ramadi fue lograda por las fuerzas militares y policiales de Irak sin la participación de las milicias chiitas. Esto confirma su precariedad en el avance hacia Tikrit, Baiji y otras áreas de la provincia de Salahudin este año", añadió Al-Ameri.
A lo largo del año, las fuerzas estadounidenses, las cuales encabezan la coalición internacional contra el EI, apoyaron las fuerzas iraquíes con ataques aéreos, capacitación y munición, al parecer en un cambio de estrategia en su combate al EI en Irak.
Las fuerzas reclutaron más combatientes tribales sunitas que tienen tierras en provincias sunitas y que se rehusaron a depender de las unidades paramilitares chiitas, conocidas como Hashd Shaabi.
Los estadounidenses consideran que la gran presencia de paramilitares sunitas dentro de las unidades Hashd Shaabi redujo los temores de los residentes sunitas sobre el posible incendio y saqueo de sus casas por milicias chiitas por motivos sectarios o de venganza.
El legislador sunita Dafir al-Aani, indicó en un boletín de prensa que la liberación de Ramadi ocurrió sin un elemento sectario en ello, como lo atestiguado durante la liberación de Tikrit y Baiji en la provincia de Salahudin, así como en Jurf al-Sakhar en el sur de Bagdad.
"El hecho de que no participaran las milicias chiitas Hashd Shaabi condujo a una liberación de Ramadi sin contratiempos y sin motivos sectarios", dijo Al-Aani.
Las fuerzas iraquíes entraron en Ramadi sin las milicias chiitas apoyadas por Irán, lo que incrementó su credibilidad entre la comunidad sunita, y sin duda evitaran que el EI reclute simpatizantes sunitas en el futuro, según Al-Ameri.
Najib al-Jubouri, otro analista político, considera que la victoria de Ramadi fue significativa para las fuerzas de seguridad y el gobierno iraquíes, aunque no fue una derrota definitiva del EI en Irak.
La victoria de Ramadi "repercutió positivamente en la moral de las fuerzas de seguridad, además de la experiencia adicional adquirida en los enfrentamientos en coordinación con las fuerzas de coalición, todos los ingredientes necesarios para la próxima batalla para liberar Mosul".
"Es más una victoria simbólica que una estratégica porque el Estado Islámico (EI) todavía es capaz de perpetrar ataques en Irak a pesar de su reciente derrota en Ramadi", dijo Al-Jubouri.
Los comentarios de Al-Jubouri se producen después de que el primer ministro de Irak, Haider al-Abadi, elogió el lunes la victoria de Ramadi y dijo que "2015 podría ser el año de liberación y, si Dios quiere, 2016 podría ser el año de la victoria absoluta, el año del fin de la presencia de Daesh y de la presencia del EI en Irak".
A inicios de octubre, las fuerzas de seguridad iraquíes, apoyadas por la coalición encabezada por Estados Unidos y por los aviones iraquíes, emprendió una gran ofensiva para liberar la ciudad de Ramadi de los militantes del EI. Avanzaron lentamente hacia la ciudad hasta rodearla y luego comenzaron las batallas a sus afueras.
La provincia de Anbar es el núcleo de la poderosa insurgencia sunita. Su compleja geografía, extensos desiertos y fronteras compartidas con los tres países vecinos, así como cinco provincias iraquíes, dificulta en gran medida la tarea de lograrlo.
Sin embargo, el auténtico desafío que enfrenta Bagdad es la densamente poblada ciudad de Mosul, en comparación con las menos densamente pobladas ciudades de Ramadi y Fallujah.