COLUMNISTA
Columna de Esteban Valenti en el portal de información Meer.com
22.07.2025
MONTEVIDEO (Uypress) - Meer, medio digital editado en seis idiomas con un flujo incesante de noticias, artículos y reportajes, publica una nueva columna de nuestro director Esteban Valenti. Es material inédito, especial para ese sitio web. 'Los BRICS, una batalla total contra el imperio del miedo y la prepotencia, una alianza por el equilibrio global'. https://www.meer.com/es/95100-los-brics-una-batalla-total.
La reciente reunión de la cumbre de los BRICS en Río de Janeiro, las reacciones siempre un poco histéricas del Presidente Donald Trump amenazando con la espada flamígera de los aranceles, en la que dentro de no mucho va a terminar ensartado, demuestra que este conjunto de países que tienen una población de 3.500 millones de habitantes, gobiernos de diferentes posiciones ideológicas y políticas se ha transformado en el balance frente a los embates imperiales de los Estados Unidos.
Los BRICS están compuestos actualmente por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Estos países, que inicialmente se identificaron como economías emergentes de rápido crecimiento, ahora conforman un bloque geopolítico. Además, varios países han expresado interés en unirse o se han convertido en socios, como Bielorrusia, Bolivia, Indonesia, Kazajistán, Tailandia, Cuba, Uganda, Malasia y Uzbekistán. Y habrán otros países pronto.
Un "detalle" que vale la pena subrayar, en los BRICS no hay un solo país de Europa occidental, ni de la NATO, ni los aliados más fieles y sumisos a los Estados Unidos. Esto lo convierte en el único bloque comercial, económico pero también político defensor del multilateralismo y enfrentado a la estrategia y a las rabietas norteamericanas.
Lo que sumerge a los aliados europeos de los EE.UU. en un patio trasero de segunda categoría a todos los efectos. La única rajadura de ese bloque prepotente, es la posibilidad de que la Unión Europea firme un acuerdo de libre comercio con el Mercosur. Cuando lo vea lo creeré.
Es una confrontación mucho más de fondo que el de dos bloques comerciales y económicos, es la implementación concreta de un Nuevo Orden Económico Internacional, sin las amenazas coloniales de nadie, sin los aranceles atentando todos los días contra la libertad de los mercados y contra la libertad en el sentido más amplio.
Trump es hoy el principal enemigo del liberalismo en todos los planos. Y tiene el respaldo del parlamento norteamericano y la alianza de hierro con Israel, un gobierno y un estado cada día más genocida y más rapaz.
Si no existieran los BRICS la decadencia de la civilización actual sería incontenible y deberíamos resignarnos todos a ser instrumentos en manos de la elite más rica de la historia, aliada a partir de los EE.UU. y de la NATO en el bloque dominante e incontrastado del planeta. Una realidad que tiene antecedentes solo parciales en determinada parte del mundo, en los tiempos de los grandes imperios.
Reducir la batalla por el equilibrio global, contra el poder militar y económico como el argumento aplastante, es no solo resignarse sino abrir las puertas para un mundo salvaje y sin principios ni legales, ni morales.
Hay un aspecto de esta batalla a la que no le estamos dando la importancia que corresponde, la batalla informativa y cultural.
Todos los imperios que dominaron durante varios siglos, siempre vencieron en la batalla cultural. Roma, España, Gran Bretaña por ejemplo. Algunos a través de sus leyes y estructura estatal, otros por la religión o el comercio, siempre tuvieron una potente herramienta de dominio cultural.
El colonialismo fue no solo un mecanismo de gobierno de algunos países sobre otros territorios lejanos o cercanos, fue la predominancia cultural como elemento esencial. La decadencia de esos imperios también estuvo asociada a la caída de su poder cultural.
En la actualidad, con los poderosos y renovados instrumentos tecnológicos, la batalla cultural es todavía más urgente e importante. Los grandes medios, cadenas, televisoras, redes ni siquiera necesitan un director de orquesta, llevan la partitura en el ADN. Si alguien tiene dudas que se tome el trabajo de mirar varios de esos grandes medios durante algunos días y verá que ni siquiera la competencia comercial los desvía de su objetivo dominante: la batalla cultural.
Uno de los aspectos más terribles de esa batalla cultural es la guerra, el exterminio justificado de un pueblo, el de Palestina, el ataque a Irán, aunque nos sea antipático su régimen autoritario. Si seguimos acostumbrándonos a que la guerra de exterminio es un instrumento no solo válido, sino imprescindible, los peligros de llegar hasta el borde de una guerra nuclear se hacen cada vez más sutiles y peligrosos.
La batalla por la paz, ya no se libera fundamentalmente en las Naciones Unidas y en las leyes internacionales, como no sucedió durante la segunda guerra Mundial con los nazis, los fascistas y el régimen asesino de Japón. Se libra en primer lugar en la opinión pública.
Si esa categoría indefinible, aparentemente laxa, pero donde se resuelve el presente y el futuro de la humanidad y de la vida sobre el planeta. Una guerra mundial, es el último acto de los seres humanos sobre este planeta. Tenemos acumuladas armas nucleares tácticas y estratégicas para destruir 40 veces la tierra y todo vestigio de vida.
Con estos temas no hay que juguetear, tratar de asustar, hay que ser extremadamente rigurosos y no podemos resignarnos. Sino estamos dispuestos a dar en todas las sociedades, incluso las de la NATO y los EE.UU. y ni qué hablar en los países del BRICS la batalla por derrotar la cultura del genocidio, de la prepotencia colonial, del armamentismo y de fin del multilateralismo, no tendremos futuro.
Nos querrán distraer con otros temas, podemos tener la sensación de que todo sucede lejos de nosotros, pero seríamos suicidas.
Si los nazis y el Eje hubieran triunfado militarmente en los territorios en disputa, nadie, absolutamente nadie hubiera estado libre de la amenaza cierta de invasión y dominio. Y ya se sienten voces de pueblo elegido, nación única y elegida, con socios diversos y con Europa, la cuna de todas las grandes guerras, dominada por gobiernos de derecha y extrema derecha.
La batalla cultural no es un complemento, cuando aceptamos ese concepto hace 80 años, nos precipitamos en la peor tragedia de la humanidad, la segunda guerra mundial, los campos de exterminio en Europa en Asia, el uso de bombas nucleares y la barbarie como ideología.
Cuando suenan esas campanas en tantas partes del mundo, no te preguntes "¿por quién están sonando?". Puedes tener la seguridad que están sonando por todos los seres vivos y libres de este planeta.
Esteban Valenti. Trabajador de la industria del vidrio (cooperativista), periodista, escritor, responsable de campañas electorales, en Uruguay, Argentina y Paraguay. Exjefe de redacción de Inter Press Service, exdirector general de PRESSUR y, actualmente, director de UYPRESS (Agencia Uruguaya de Noticias) y de Bitácora.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias