El pueblo uruguayo despidió a José Mujica en las calles: "Pepe, amigo, el pueblo está contigo"

15.05.2025

MONTEVIDEO (Uypress)- Las calles del centro de Montevideo y sus alrededores estuvieron cortadas, el llanto de las personas, las banderas del Frente Amplio (FA), las del Movimiento de Participación Popular (MPP) y las del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, acompañaron la despedida al expresidente uruguayo José Mujica que fue reconocido en el mundo entero y que —para muchos— trascendió lo político partidario.

 

A lo largo de la avenida 18 de Julio, en la Huella de Seregni, en la sede del Movimiento de Liberación Nacional (MLN), y en otros puntos de Montevideo, cientos de personas acompañaron el cortejo fúnebre de José "Pepe" Mujica, en una jornada marcada por  el recuerdo y una mezcla de tristeza y compromiso. 

Según recuerda su vida la crónica de las colegas Sofía Durand Fernández y Valetina Temesio para Montevideo Portal: "El sabio. El filósofo. El compañero de Lucía Topolansky. El guerrillero. El que se mostró arrepentido de usar las armas, pero que también afirmó que "es la cosa más linda entrar a un banco con una pistola calibre 45". El "presidente más pobre del mundo". El que legalizó el cannabis, el aborto legal y el matrimonio igualitario. El que acogió a presos de Guantánamo y luego se arrepintió. El austero. El polémico. El que decía lo que pensaba. El genuino. El quinto mandatario que asumió la Presidencia desde el regreso de la democracia. El viejo. El Pepe "por la gente". 

Un ciudadano que esperaba el paso del féretro en 18 de Julio expresó la sensación compartida por muchos: "Tristeza por un lado, se te aprieta la garganta", dijo a M24. Para él, lo que queda de Mujica es una responsabilidad concreta: "La continuidad de la obra que él inició y la responsabilidad de poder hacerlo". Rescató especialmente "su forma de vida", "la manera de expresarse y cómo le llegaba a la gente". "Podías estar en acuerdo o en desacuerdo, pero se respetaba", concluyó.

En la Huella de Seregni, Teresa, docente jubilada, manifestó conmovida que su presencia era un acto inevitable. "No podía no estar. Desde ayer cuando me enteré de la noticia, fue un impacto muy grande, aunque lo esperábamos nunca querés que llegue el momento. Hoy tenía que estar sí o sí". Pepe, dijo, representó algo más profundo en su vida: "Mujica representó mis ideas y sueños, los ideales de toda una vida".

Teresa rescató su coherencia vital: "Mantuvo su conducta de vida, en la humildad, pero siempre con los derechos humanos, el espacio que le dio a los jóvenes y esa idea que siempre manifestaba, que lo bueno era dejar una barra atrás que siguiera la lucha".

También recordó el alcance global de su mensaje y contó que sabe de colegas docentes en otros países que se trabajaba en las aulas el discurso del expresidente en Naciones Unidas. "Ya dejó de pertenecernos a nosotros solos en Uruguay. Pasó a ser un político y filósofo de la vida, que deja sus ideales en todo el mundo, eso es lo más grandioso que nos deja, y lo tenemos que valorar porque lo tuvimos acá", aseveró.

Montevideo Portal registra la emoción en Eugenio, un hombre mayor de ojos claros que lagrimea apenas nombra al fallecido líder del MPP, dice que vive cerca de la chacra de Rincón del Cerro, un escenario conocido para la mayoría de los uruguayos. Para él, este 14 de mayo es un "día inolvidable". "No voy a ver a otro como él, otro Pepe no hay".

La primera vez que escuchó hablar de Mujica, recuerda Eugenio, fue en 1969, cuando tenía 17 años. Él, militante del Partido Comunista, dice que el expresidente "trascendió" cualquier tipo de diferencias político-partidarias, que es un "fenómeno", al igual que Topolansky.  

Otro hombre de tercera edad está recostado sobre una de las vallas que ocupan la avenida Libertador. Solo lo acompaña su bandera del MPP. Se queda observando cómo ensaya el cuerpo blandengue, cómo forman los militares. Al igual que él, varios aguardan para dar su saludo final. 

En la sede del MLN, Alberto dijo a M24: "Acá estoy despidiendo al viejo" e hizo énfasis en el impacto que Mujica dejó en las nuevas generaciones, ya que hay "una juventud que aprendió de su filosofía de vida y que la ha tomado". También expresó que "no se vaya a creer nadie que Pepe se fue, hay una barra de gurises que se va a encargar" de continuar con su legado.

Un militante del MLN desde joven, Ruben García, recordó que conoció a Pepe en Punta Carretas, "cuando lo hirieron en el bar La vía" y "parecía que se moría, pero por suerte zafó de eso y siguió peleando". Para García, Mujica fue un militante comprometido, cuya historia no debería ser suavizada ni olvidada en su dimensión política: "Al Pepe yo lo recuerdo como un revolucionario, y ahora asusta un poco esa palabra [...] Me parece que hay que recordar eso y reivindicarlo", dijo.

María José, de 35 años, está acompañada por sus amigos. Mientras, espera a que la cureña que traslada los restos de Mujica llegue al Palacio Legislativo, donde Topolansky, Yamandú Orsi, dirigentes políticos, exjerarcas, militantes y ciudadanos darán su último adiós.

La mujer dice que no es militante partidaria, pero que igual decidió arrimarse al homenaje al exmandatario. "Me parece que es una persona histórica del Uruguay, más allá de su rol como político, también como filósofo. Pero no por su figura de presidente, sino por el rol que tuvo dentro de la política uruguaya en general. Es como el cierre de una generación también, como un hito histórico", sostiene. 

"Siempre dijo que los jóvenes éramos el futuro", dice Amery, una chica de 19 años. Lleva la bandera del MPP puesta como una capa. Con una del FA sobre los hombros, la acompaña Lucía. Ambas concuerdan en el impacto mundial que tuvo el exmandatario, en lo "importante" que eso fue para nuestro país. En este momento, para ellas, lo emocional prima ante lo racional, y más que tristeza, viven esto como un desafío para su generación, que es la que debe "mantener la lucha" que libró Mujica.

Gerónimo Sena, vocero de los estudiantes del Liceo IAVA, es uno de los jóvenes que aguardan en avenida Libertador. Reconoce que es parte de la "generación Ceibalita" y "todo lo que eso representa". Además, recuerda que en 2023 tuvo la oportunidad de visitarlo en su casa, cuando el gremio estudiantil estuvo en conflicto con el director de la institución. "Fue como un abrazo a la juventud, mostró su apoyo", sostiene. 

Si bien no concuerda con las últimas declaraciones de Mujica sobre los desaparecidos en dictadura, afirma que "hay que quedarse con las cosas buenas que hizo". 

Para Eugenio, el legado de Pepe será su escuela: Orsi, el secretario de Presidencia, Alejandro Pacha Sánchez o la senadora Blanca Rodríguez. Mary, de 69 años, que también llora, apenas recuerda a Mujica, dice que no está claro.

"Espero que continúe, aunque no veo realmente otra persona que se mueva, evidentemente no hay, es único. Pero el que lo puede seguir es el Pacha. Espero que continúen esa línea de ser lo más sinceros posible", dice la mujer.

Frente a la sede del MPP, en Mercedes y Ejido, Sánchez tomó la palabra emocionado y homenajeó a su líder. "No podemos hacer un discurso político, hablamos desde el corazón. Lo cierto es que la siembra del viejo ahora se transformó en miles. Ahora hay miles de Pepe Mujica. Gracias, viejo", dijo el exsenador. 

Las calles siguen con carteles que muestran gestos de agradecimiento y cariño. "Soy el primer universitario de mi familia. Gracias", "Te vamos a extrañar". Un niño alcanzó a darle a Lucía Topolansky, que siguió el cortejo desde un auto, su mensaje: "¡Gracias, Pepe! ¡Te amamos por siempre!". 

"Si la patria me llama, aquí estoy yo", se escucha desde un altoparlante envuelto en la bandera del Espacio 609 que un militante maneja. El momento se vuelve solemne: el silencio se apodera de las personas, como si el único sonido posible fuera esa canción de Los Olimareños, la misma que Mujica cantó junto con Pepe Guerra el 1° de marzo de 2010, cuando asumió la Presidencia. 

De a poco la música se mezcla con la orquesta de los blandengues y los aplausos. Las personas comienzan a amontonarse en la calle y un miembro de la organización pide que se mantengan sobre la vereda, sin resultado. Los voluntarios del cortejo, que llevan camiseta negra, encargados de generar el pulmón que permite que transite, piden calma. Algunos no pueden evitar llorar mientras cumplen con su trabajo. Los blandengues se mantienen en su puesto, sin importar que la congestión de gente esté al borde de pasarlos por encima. 

Mientras, los restos de Mujica se acercan al Palacio Legislativo, un lugar en que los uruguayos lo vieron como diputado, senador, presidente -y también como ex-; las calles vuelven a llenarse. Los militantes caminan a la par del presidente Orsi y de su gabinete, de los dirigentes, del intendente electo de Montevideo, Mario Bergara, del presidente del FA, Fernando Pereira.

Una mujer llora desconsoladamente mientras sostiene una rosa blanca en su mano izquierda. Con la otra, se tapa la boca. Se mueve. Se abraza con una amiga. Lagrimean mientras sus caras se chocan.

"Pepe, amigo, el pueblo está contigo", corean los presentes mientras termina el cortejo que comenzó horas antes desde la Torre Ejecutiva. Aplauden. "El pueblo unido, jamás será vencido", vuelven a entonar.

Las banderas siguen flameando y se multiplican. Las calles, lúgubres, se tiñen de rojo. El auto fúnebre entra al predio del Parlamento y con eso llega la señal: el fin de una de las primeras despedidas. La que permitió el primer adiós del pueblo.

Fotos: Javier Calvelo / Pablo Vignali / Mauricio Zina / adhocFOTOS

Política
2025-05-15T05:46:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias