OPINIÓN
Las ultraderechas latinoamericanas reescribiendo la historia
26.05.2025
OTHER NEWS (Por Elvin Calcaño* – Diario Red) – Los reaccionarios latinoamericanos, impulsados por la lógica algorítmica, están convirtiendo en factor movilizador el reescribir la historia para ponerla a favor de las dictaduras de derecha del siglo XX. Lo cual tiende a concitar apoyos de juventudes –especialmente varones- y clases medias despolitizadas
Los sectores de ultraderecha latinoamericanos, en la llamada batalla cultural a la que dedican tanto esfuerzo, últimamente andan muy ocupados tratando de reescribir la historia de las dictaduras -casi todas de derecha- que tuvo nuestra región el siglo pasado. En este tiempo de desinformación digital, derechización del sentido común y juventudes sin vínculos sustantivos con hechos del pasado gobiernos como el de Milei y activistas neonazis de redes quieren instalar el marco de que aquellas dictaduras no fueron realmente malas. O bien, que los crímenes que cometieron fue en defensa de la patria. O porque supuestamente en el "otro bando" también había criminales. Con estas narrativas están logrando subvertir consensos democráticos que llamaban al repudio de esas dictaduras como condición previa para la participación en el juego democrático. En este artículo explicamos, en cuatro claves, porqué para las ultraderechas resulta tan importante reescribir la historia de esos gobiernos autocráticos del siglo anterior.
Primera clave: Porque condenar los crímenes de aquellos regímenes forma parte del consenso democrático de nuestros países. Entonces, necesitan negar aquellas atrocidades o bien matizarlas para justamente desmontar los cimientos sobre los que se han construido las jóvenes democracias latinoamericanas. Y, una vez desmontados esos cimientos, reescribiendo la historia bajo una lógica según la cual todo lo que nos han contado del pasado sería un «relato», se amplía el campo de lo que pueden decir dentro de la misma democracia. Así, en Chile y Argentina, por ejemplo, figuras ultras como Kast y Milei pueden reivindicar a Pinochet y Videla (y a sus generales genocidas responsables de miles de desapariciones y torturados) al tiempo que se presentan como defensores de la libertad y la democracia. Es en ese marco es que debemos ver a los ultraderechistas que abiertamente defienden dictadores derechistas o reaccionarios del pasado: están desmontando la democracia dentro de los propios límites democráticos. Peligrosísimo que tanta gente sensata no lo esté notando.
Segunda clave: Porque fueron casi todas dictaduras de derecha y oligárquicas. Y, si para estos ultraderechistas la «izquierda es asesina» y el «comunismo mató 200 millones», pues deben reescribir la historia para que sus genocidas y autócratas favoritos no parezcan como tales. Sino como "patriotas" que tuvieron que matar porque de lo contrario ganaban los «malos. Por ello el énfasis que ponen en presentar lo que pasó como violencia de ambas partes; siendo que una parte actuaba en nombre del bien (los dictadores) y la otra del mal (las izquierdas que fueron masacradas, desaparecidas y torturadas).
Este relato, además de ser una aberración moral, constituye una absoluta transgresión a lo que sería un mínimo análisis del poder. Porque es imposible que se pueda hablar de «dos bandos» entre el poder de un Estado totalitario y grupos subversivos que actuaban clandestinamente. No había equivalencias en fuerzas ni capacidades. Las izquierdas fueron aplastadas en América latina durante aquellos años del pasado bajo el amparo del Plan Cóndor y otras operaciones imperiales dirigidas a eliminar toda alternativa de poder no sumisa a los intereses estadounidenses. Esto es, no hubo equivalencias ni balance de ningún tipo como para hablar de violencia de ambas partes.
Tercera clave: Porque fueron dictaduras de hace mucho tiempo atrás. Por lo que sus hechos pueden ser convertidos en interpretables a la luz de las nuevas formas de debate y construcción de identidades colectivas. La gente que sufrió aquellas dictaduras de derecha o ya es muy mayor o falleció. Entonces, frente a las juventudes actuales que no tienen vínculos sustantivos con ese pasado se puede reconstruir la historia para presentarla de otra manera. Decía Koselleck que los conceptos políticos se politizan e ideologizan con la distancia del tiempo. Pasa lo mismo con el significado de esas dictaduras: se ha ideologizado y, así, para las actuales subjetividades derechizadas y manipuladas desde algoritmos de redes sociales pueden representar lo contrario de lo que fueron. Hoy es fácil reescribir la historia porque ya no hay marcos comunes de referencia; de manera que se ha eliminado la frontera entre verdad y mentira. Dictadores de derecha como Pinochet, Videla, Trujillo y otros, con la distancia del tiempo, y sin casi víctimas directas de sus atrocidades que pueden disputar el relato en los circuitos digitales, pueden pasar ahora como patriotas que hicieron algo "necesario". A quienes supuestamente le debemos la libertad y prosperidad (sic) que tenemos.
Cuarta clave: Porque las ultraderechas necesitan convertir toda experiencia política en una cuestión de estímulos emocionales. Y, reescribiendo la historia de las dictaduras de derecha crean una causa emocionalmente movilizadora. Porque si todo lo que nos han contado del pasado es un "relato" y, en consecuencia, hemos estado manipulados durante años pues hay una razón trascendental que justifica negar la historia. Así pues, se convierte en una causa movilizadora y emocionante decir que esos dictadores no fueron tan malos, que había "dos bandos", que nos salvaron del "comunismo" (el cuco por excelencia en tiempos fascistas como los actuales), que hicieron cosas buenas y que le debemos mucho. Ya no es la causa de las víctimas de aquellas dictaduras el gran factor movilizador. Que, cabe destacar, es la causa de los revolucionarios y verdaderos patriotas que enfrentaron al imperialismo y a sus lacayos locales en forma de dictadores sangrientos. Ahora lo que mayormente moviliza es defender a dictadores criminales que tuvieron todo a su favor. El mundo al revés.
*Elvin Calcaño es politólogo dominicano latinoamericanista.
Imagen: LLA
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