20 DE MAYO
Política, paraguas y simples palabras
21.05.2019 13:58
MONTEVIDEO (Uypress/Esteban Valenti) - La política tiende a la solemnidad, a la grandiosidad y ha mantenido esa retórica a lo largo de los tiempos. Sin esos discursos trascendentes, sería incluso difícil descubrir la política. La crisis actual - innegable - de la política, es que la gente cree cada vez menos en esas gigantescas palabras y vivimos aprisionados y hasta atrapados en nuestras frases.
©Santiago Mazzarovich - AdhocFOTOS
La soledad, la amistad, el apoyo, la decencia, la responsabilidad, el trabajo, el horario, el hambre, la sed, el amor, el desamor, la comida, la salud, la enfermedad, la diversión, los hijos, la pareja, los nietos, los hermanos, los remedios, el sexo, el gol, una pelota, una camiseta, un par de zapatos, el triunfo, una cacerola, la derrota, un libro, una película, el paragua, una canción, una foto, una pintura, un tamboril, un ómnibus o un auto y muchas otras, ocupan nuestros días. Y de una u otra manera los han ocupado siempre. No siempre tienen la misma importancia ni el mismo significado.
Incluso grandes, gigantescas palabras, como amor o amistad, metidas en el conjunto de las otras palabras asumen otro significado, más tangible, realista y cercano.
Todos ustedes saben que yo vivo hablando de política, por eso mismo he aprendido que si no se logra unir la vida concreta de nosotros a los discursos políticos, nos movemos en dos dimensiones, que no se conectan.
Ayer asistí a la mayor marea de paraguas que he visto en mi vida, era la marcha del 20 de mayo. Y ese día el paragua formó parte fundamental de la vida de decenas de miles de personas. ¿Por qué?
¿Por qué no nos fuimos al calorcito seco de nuestras casas? ¿Por qué durante casi una hora seguimos a pie firme bajo la lluvia, no esperábamos ningún discurso, ninguna promesa, solo era nuestra presencia? ¿Por qué a diferencia de muchas otras marchas políticas, había una enorme cantidad de jóvenes? Si, esos a los que se les atribuye todo el desinterés y la falta de compromiso. Y muchos de esos jóvenes ni siquiera tenían paraguas, y se quedaron.
Los retratos que encabezaban la marcha, como hace 24 años, son jóvenes, no envejecen, los que envejecemos y morimos esperando un poco de verdad somos nosotros. Están desaparecidos desde hace 40 años y hay gente que sigue tenazmente allí, y ni siquiera los conocieron, ni conocen a sus familiares, están allí porque no quieren resignarse, aunque algunos digan que son cosas del pasado y que solo el olvido puede curarlas.
El enorme mar de paraguas, que no apoyaba ninguna causa política, ningún gobierno a ningún partido - al contrario - no quiere olvidar, no quiere resignarse. Simplemente.
No queremos hacerlo por las simples palabras que forman parte fundamental de nuestras vidas. En primer lugar precisamente por la vida, porque la honramos, por el recuerdo y el derecho a llorarlos frente a sus restos, pero sobre todo por la verdad y la justicia.
No son grandes palabras solamente, son diarias, son cotidianas, son parte de nuestras vidas. ¿Qué sería de nosotros sin verdad, sin justicia?
La patria, la libertad, la democracia, la república, la fraternidad, la política, la paz, no valen casi nada sin verdad y sin justicia. Son retórica. Valen muy poco sin el derecho a conocer que le pasó a esos 196 compatriotas que se los tragó el silencio y la complicidad. A cada uno de ellos, porque no son una masa, un conjunto, son mujeres y hombres con sus nombres, sus vidas, sus simples palabras.
En ese mar de paraguas, debajo de cada uno de ellos y de las capuchas empapadas o los ponchitos de nylon, había un enorme silencio, interrumpido por la lluvia incansable, que quería demostrarle a los monstruos, a los cobardes, a los que ocultan los restos de sus compatriotas a 40 años del tiempo de plomo, que no los olvidamos, a ninguno. Tampoco a ellos y sus cómplices.
Hay una palabra terrible: venganza. Los uruguayos renunciaron a ella hace muchas décadas, lo que nadie puede pretender es que renunciemos también a la verdad y a la justicia. Dejaríamos de ser uruguayos.
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias