Se murió Danilo Astori. Le debemos realmente mucho
10.11.2023
Montevideo (UYPRESS/Esteban Valenti) Hoy 10 de noviembre de 2032, se murió Danilo Astori, todos los títulos, sus cargos y su trayectoria los voy a obviar, son ampliamente conocidos y serán difundidos ampliamente. Se los tiene bien ganados.
Nos conocimos hace 50 años exactamente. El era el decano más joven de la historia de la Universidad de la República y yo dirigente estudiantil, era en pleno golpe de estado y Danilo estuvo en la ocupación todos los días, junto a los estudiantes. Sin hacer bulto, junto a los que ocupábamos las facultades, en ese caso el edificio central de la Universidad.
Había estado en varias marchas de protesta y movilizaciones. No era uno más, era el decano de Ciencias Económicas, nosotros la FEUU. Estaba donde había que estar, jugándosela, arriesgado y presente. Lo recuerdo perfectamente.
Lo destituyó la dictadura y se quedó aquí, todos los años. Participando activamente de la resistencia. Me lo encontré en Roma, creo que era el año 1980, en un viaje de Danilo a la FAO. Conocía perfectamente en detalle la situación política y económica del país. Nos ayudó mucho.
Apenas pudo con su audición en CX30 Radio Nacional, hizo un aporte extraordinario a la denuncia y a la batalla democrática. Incluso Liber Seregni se lo reconoció al salir de la cárcel y encontrarse con él.
Fue candidato de todos los grupos y partidos del FA como primer senador y como todos sabían salió electo por la lista 1001 en el año 1989. Pero lo importante es que en un momento de grave crisis de la izquierda, que se había dividido; con la caída del Muro de Berlín y la derrota en el plebiscito del voto verde contra la impunidad, el hizo un gran aporte unitario y de ideas, de conceptos, para que saliéramos adelante y eligiéramos al primer intendente de izquierda de Montevideo, Tabaré Vázquez.
Nunca me voy a olvidar de la imagen de Danilo levantando la mano de Tabaré en el acto en La Teja, fue y es un símbolo del Frenteamplismo.
Después nos enfrentamos en la campaña por la candidatura a la presidencia en la disputa entre él y Tabaré. Yo estaba a cargo de la campaña de Tabaré y el venía de una gran resultado electoral en 1994 con su querida Asamblea Uruguay.
Habría mucha historia, y habrá que hacerlo de todas esas épocas, están llenas de anécdotas y de aprendizajes, de los muchos aciertos y también de los errores, pero hoy que no está más, y no lo podré llamar nunca más para conversar con él, como hicimos durante la campaña del voto por el SI y en otras oportunidades, y siento no solo un vacío político, sino sobre todo humano.
Cuando en política, en aquella y esta política, que puede ser muy despiadada, llena de tentaciones llevadas por el poder, se logra apreciar tanto a una persona, es porque hay otros valores, otros lazos humanos de fraternidad, que son imposibles de romper.
Discutimos muchas veces, y coincidimos muchas más y aprendí y conocí directamente su aporte, su valor, su inteligencia su cultura, su visión y su amor entrañable por su país, por encima de todas las cosas.
Era medio tano, descendiente de italianos, bien del norte, de la frontera con Suiza, gente muy humilde, trabajadora y muchas veces hicimos bromas sobre nuestros diferentes orígenes geográficos en la península. El no hacía muchas referencias a sus orígenes humildes, a todo lo que había conseguido a puro esfuerzo, a estudio, trabajo e inteligencia.
Era un lujo ser su amigo, aprender de música, de arte, de economía, de muchas otras cosas y de su sentido de amistad. Y de nuestro común amigo por la comida italiana. Se sin lugar a dudas que a los dos nos dolió mucho cuando terminamos la labor política en conjunto. No voy a gastar una palabra en explicarla, me sigue doliendo pero me duele mucho más su muerte.
No lo recuerdo solo en sus grandes cosas, también en sus debilidades, en sus errores, porque lo aprecio demasiado para recordarlo como una caricatura.
Hizo mucho e impidió muchos errores, hizo un aporte a la izquierda uruguaya y a nivel general, porque transformó la economía en una fuerza y no en la base de muchas derrotas en muchos países para las fuerzas progresistas. Todavía no hemos logrado hacer un resumen adecuado.
Fue capaz de cambiar, de crecer, de aportar su empuje y su inteligencia, siempre pegado a su querido país. Se murió un gran uruguayo, de los que entraron en la historia por sus ideas, por sus aportes, por su trabajo, por su obra como gobernante y no por la formalidad de sus cargos.
Chau querido Danilo, muchos, muchos uruguayos, de izquierda o no, nos sentimos más solos.
Imagen: adhocFOTOS/Javier Calvelo
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias