AEBU: Celebrando los comienzos de la vida
 06.10.2025 
MONTEVIDEO (Uypress) - En el marco del Día Nacional del Bebé, el Jardín y Extensión Escolar de AEBU comparte una reflexión sobre esta etapa de la vida y cómo acompañarla.
Como cada primer viernes del mes de octubre, el viernes 3 se celebra en nuestro país el Día Nacional del Bebé (ley 19132), por el que se privilegia la importancia de este momento vital en el ser humano.
Los primeros 1000 días (y mil noches...)
Desde el nacimiento a los tres años de vida se establecen las bases para el desarrollo posterior: pasar de la lactancia a la alimentación autónoma, del sostén en el regazo a caminar, del juego con las manos a la pinza del índice con el pulgar, del balbuceo y primeras palabras a comunicarse con frases más extensas y decir "Yo"...
En el Jardín y Extensión Escolar de AEBU, queremos celebrar este día, compartiendo alguna de nuestras propuestas en la crianza compartida:
A) Una rigurosa observación: nada es sin ella. Detenerse a observar al bebé, a la niña y al niño muy pequeños en su entorno natural, sus movimientos espontáneos, sus posiciones, posturas, equilibrio y coordinación. Una observación que comparte atención y afecto, en los cuales el adulto es respetuoso, paciente, cariñoso y confiado en las posibilidades que se logran al propio ritmo, sin apuro...
B) Escuchar, dando oportunidad para la expresión de su gestualidad, de su cuerpo, con "decires" de otros modos que no son aún por los que se comunica verbalmente, característica de esta "primerísima" infancia (del latín infans: el que aún no habla).
C) Ofrecer posibilidades para el despliegue motor: Bebés, niños y niñas desarrollan habilidades si se les ofrece posibilidades para el despliegue motor y del pensamiento de forma autónoma, sin que el adulto imponga o acelere procesos naturales. En un desarrollo saludable, la maduración y el encuentro afectivo con el entorno van permitiendo avances en las diferentes áreas: afectiva, cognitiva, de socialización, así como en la coordinación de sus movimientos y descubrimientos globales de su cuerpo como de sus manos.
D) Fortalecer en lo cotidiano el vínculo afectivo: dar durante la jornada muchos momentos de interacción "uno a uno", o en el "entre dos" del encuentro de mutuas miradas, con caricias, cuidando los detalles, en forma calma, anticipando con palabras las acciones que se realizan, como ser la alimentación, el cambio de pañales y el vestir, el descanso y adormecimiento, o en casa también durante el baño.
E) Priorizar el uso de objetos simples para jugar, poco estructurados, que lo desafíen a explorar, imaginar, construir, sin que por ello se encuentre demasiado alejado de las posibilidades que ofrece el propio desarrollo. Para ello, el adulto no deja de prestarle atención, pero lo hace de un modo indirecto facilitando un espacio seguro y confiable para el juego.
F) Construir "rutinas": permiten crear un entorno que no cambie en forma constante, ofreciendo protección, seguridad, lo cual permiten condiciones y un aporte fundamental para el desarrollo emocional y cognitivo.
G) Buena comunicación, cercana, poniéndose a la misma altura del niño/a pequeño, con información que anticipe acontecimientos, como por ejemplo: "Vamos a sacarte la campera para poder jugar más cómodo", "¿Tenés hambre?".
Reafirmamos con estas palabras nuestro compromiso desde hace 51 años: brindar a nuestros niñas y niños, y a sus familias un espacio de desarrollo integral -físico, emocional, cognitivo y psicomotor- acompañando su crecimiento generando experiencias cotidianas que promueven la interacción y el vínculo afectivo, con la reciprocidad como base.
Porque son esos lazos compartidos los que constituyen los cimientos indispensables para crecer como seres humanos, siempre junto a otros.
Texto: Mag. Ps. Marcia Press
Imagen: Ana Tassino
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias