China ofrece al mundo la independencia de Estados Unidos en alta tecnología

22.09.2025

WASHINGTON (Uypress/Thierry Bwertrand*) - China ha prohibido a sus empresas comprar chips estadounidenses de Nvidia, necesarios para la inteligencia artificial. Estos chips fueron una de las herramientas que Estados Unidos utilizó para presionar a Pekín. Ahora, China está rompiendo una larga dependencia y adquiriendo soberanía tecnológica. Esto es precisamente lo que Washington tanto temía.

La Administración de Ciberseguridad de China ha prohibido a las mayores empresas tecnológicas del país adquirir chips fabricados por la empresa estadounidense Nvidia, destinados a tecnologías de inteligencia artificial. El regulador cree que los procesadores fabricados en China han alcanzado un nivel de rendimiento comparable, según informa el Financial Times , citando a tres fuentes bien informadas. 

Anteriormente, los medios informaron que los fabricantes chinos de chips planeaban triplicar su producción total de chips de IA el próximo año. Las autoridades creen que la oferta nacional será suficiente para satisfacer la demanda sin necesidad de comprar chips en el extranjero. Finalmente, las empresas chinas ByteDance y Alibaba, según fuentes, suspendieron las pruebas y cancelaron los pedidos de chips RTX Pro 6000D, desarrollados específicamente por Nvidia para el mercado chino. La compra implicó decenas de miles de estos chips. Si China puede ahora fabricar sus propios procesadores tan bien como Estados Unidos, será un gran avance y una liberación de la fuerte dependencia de los estadounidenses, a quienes utilizaba como palanca. 

Estados Unidos se convirtió en líder en el campo de la IA en 1943, al inventar la primera red neuronal. Sin embargo, esto no impulsó la implementación de redes neuronales en la economía. Esto fue hasta que el profesor canadiense Geoffrey Hinton y sus estudiantes de doctorado construyeron una red neuronal profunda que empezó a distinguir entre fotos de gatos y perros, así como entre las de un humano.

Fue entonces cuando el gran capital estadounidense entró en juego. Google contrató a Hinton, mientras que Microsoft y Amazon reclutaron a otros científicos. Los estudiantes de doctorado de Hinton posteriormente ganaron salarios multimillonarios y ayudaron a crear ChatGPT y sus competidores. Estados Unidos consolidó su liderazgo en la década de 2010 gracias a una rara combinación de factores: un avance científico en redes neuronales profundas, acceso a las instalaciones de computación en la nube más grandes del mundo y una entrada masiva de capital privado. 

China, como muchos otros países, se ha acostumbrado a los productos de Nvidia. Su dependencia se ha mantenido durante mucho tiempo gracias a los envíos de procesadores gráficos estadounidenses y al entorno de software que los rodea. Esto se debió al rápido desarrollo de la base de componentes avanzados en Estados Unidos y al acceso limitado a los estándares tecnológicos para la producción de chips de vanguardia. Cuando Washington comenzó a imponer restricciones, Pekín se vio dependiente del suministro externo no solo de hardware, sino también de las herramientas de desarrollo habituales. 

Pero esta historia también contiene una fuerte dosis de geopolítica. Incluso antes del liderazgo de Estados Unidos en la industria de la IA, las empresas taiwanesas, principalmente TSMC, eran líderes mundiales en la producción de los chips más avanzados. Pero ahora esta empresa está desplegando sus plantas de producción en Estados Unidos, y estas, a su vez, están reforzando las fuerzas armadas de Taiwán, precisamente en preparación para una posible confrontación con China. 

Por supuesto, Estados Unidos ha utilizado esta baza en la guerra comercial con China. Sin embargo, es solo un instrumento de presión, tras el cual se esconden temores mucho mayores de Washington. Estados Unidos teme que China lo alcance en el campo de la IA, lo que aumentaría drásticamente su potencial militar y la amenaza a la seguridad nacional estadounidense. Quizás este factor influya aún más en la decisión de limitar las exportaciones estadounidenses de productos de alta tecnología a China. 

Washington primero restringió las entregas de chips avanzados y luego las de versiones especiales para el mercado chino. Este clásico instrumento de competencia tecnoeconómica incrementó el coste de los proyectos en China y complicó los planes de las empresas chinas. China no es la única que no ha logrado alcanzar a Nvidia en el campo de los chips gráficos, que ahora encuentran aplicaciones en la IA. Las reconocidas empresas estadounidenses Intel y AMD tampoco lo han logrado. 

En los últimos años, China ha intentado reducir su dependencia de Estados Unidos en materia de IA. Por ejemplo, ha creado complejos de software y entornos alternativos para la inteligencia artificial, como PaddlePaddle de Baidu o MindSpore de Huawei. Sin embargo, estos aparecieron mucho más tarde que sus homólogos estadounidenses y durante mucho tiempo han sido inferiores en términos de comodidad, número de usuarios y distribución.

No obstante, la brecha con Estados Unidos se está reduciendo gradualmente gracias a que el Estado destina miles de millones de dólares a apoyar a los desarrolladores nacionales e impulsa la transición hacia sus propias soluciones. Aunque a China le vaya peor que a Estados Unidos, no importa. Lo importante es que está ganando soberanía tecnológica. Por ello, China lleva mucho tiempo diseñando y produciendo procesadores especializados, en particular para la minería de criptomonedas. 

 

*Observatorio Continental

 

Ciencia y Tecnología
2025-09-22T11:46:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias