China realizó una videollamada histórica a un móvil desde el espacio y lo cambia todo para Starlink y EEUU

24.05.2025

BEIJING (Uypress)- Un equipo de científicos chinos ha logrado realizar la primera videollamada del mundo desde un satélite 5G directamente a un teléfono móvil sin necesidad de hardware especializado, marcando un hito técnico que podría transformar el futuro de la conectividad global, según informa el portal xataka.com.

 

El experimento, llevado a cabo por China SatNet (la empresa estatal encargada del ambicioso proyecto de la constelación de 13.000 satélites "Guowang") utilizó el estándar internacional de redes no terrestres 5G (5G NTN), aprobado por el organismo global 3GPP.

Al lograr una conexión directa entre el satélite y un teléfono común bajo protocolos estándar, China no sólo superó técnicamente a otras potencias que aún se limitaban a enviar mensajes de texto desde el espacio, sino que también ha plantado las semillas de una infraestructura que podría reducir drásticamente la dependencia de las redes terrestres.

El objetivo de esta tecnología parece, a priori, claro: proporcionar cobertura móvil en zonas remotas, desastres naturales, regiones marítimas, entornos bélicos o sistemas autónomos, todo sin necesidad de infraestructura terrestre. En ese contexto, las implicaciones van más allá del desarrollo tecnológico.

Contaban en SCMP que se proyecta que el mercado global de redes no terrestres 5G alcanzará un valor de 80.000 millones de dólares en 2030, impulsado por actores como SpaceX, Samsung, MediaTek y Thales Group, además de firmas chinas como CSTI, una nueva entidad creada en 2024 que agrupa a China SatNet, China Mobile y el contratista militar Norinco. CSTI, además, tiene la misión de transformar los sistemas espaciales chinos en soluciones integradas para logística, energía, ciudades inteligentes, defensa y gestión de datos en tiempo real.

El logro tecnológico llega en un momento delicado: Estados Unidos ha intentado bloquear o forzar la venta de TikTok, propiedad de la empresa china ByteDance, alegando preocupaciones de seguridad nacional. Sin embargo, esta nueva capacidad de comunicación desde el espacio reaviva la pregunta: ¿qué sentido tiene bloquear aplicaciones si los datos y contenidos pueden transmitirse en el futuro directamente por vía satelital, fuera del alcance regulador de las infraestructuras tradicionales?

Aunque algunos expertos advierten que aún existen barreras técnicas, regulatorias y de capacidad (por ejemplo, las limitaciones de ancho de banda de los satélites o la necesidad de una vasta red en órbita para evitar latencias elevadas), el símbolo es innegable: China ha demostrado que puede superar hitos donde incluso Estados Unidos, con empresas como Starlink o Lynk Global, aún no ha llegado con tecnologías compatibles con el ecosistema 5G global.

Con todo, y a pesar del éxito del experimento, los expertos mantienen una visión realista. Las redes satelitales no sustituirán por completo a las redes terrestres, al menos no a corto plazo. Se espera que funcionen como un complemento, especialmente en escenarios específicos donde las infraestructuras físicas son imposibles, poco prácticas o demasiado costosas.

Además, los requisitos legales para operar redes satelitales (como la obtención de licencias nacionales e internacionales) impiden que estas tecnologías sirvan como atajo para evitar las normativas de cada país (aunque el dinero hace "milagros", como ya vimos con Starlink). El propio analista de IDC consultado por el medio advertía que aún es "poco realista" pensar en videotransmisiones masivas a través de satélites, al menos con la capacidad actual de los transpondedores.

La apuesta china por expandir sus capacidades orbitales no parece sólo una maniobra de prestigio nacional. El enfoque de CSTI apunta a integrar de forma operativa la navegación BeiDou, las redes de comunicaciones y la infraestructura de datos en tiempo real en un único ecosistema de dominio espacial.

Esto supone un cambio estratégico fundamental: que China ya no se limita a construir satélites, ahora quiere que estos articulen servicios concretos y usables en todo el país y, posiblemente o quizás, en mercados aliados o dependientes. Se trata, por tanto, de una visión geoestratégica en la que el espacio es la nueva columna vertebral de la soberanía digital.

La implicación del avance trasciende lo técnico: podría redefinir la disputa tecnológica entre China y Estados Unidos. En un mundo donde el control de la información y las plataformas digitales se ha convertido en arma geopolítica, una red global de satélites capaz de emitir contenido directamente a dispositivos (sin pasar por centros de datos intermedios ni depender de proveedores nacionales) plantea un escenario radicalmente nuevo.

La posibilidad de que, por ejemplo, TikTok (o cualquier otra plataforma china), algún día pueda transmitir datos sin necesidad de infraestructuras físicas bajo control occidental, es un reto que siembra una gran duda sobre cualquier legislación actual. 

Por ahora es solo una videollamada histórica. El tiempo dirá el alcance de su importancia.

Foto: RawPixel

Ciencia y Tecnología
2025-05-24T06:08:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias