Brazalete
El mensaje escondido en los palos de los arcos del Monumental en el Mundial de 1978: ¿verdad o fábula?
07.07.2017
LONDRES (Uypress) – El diario británico The Guardian presenta una historia hasta ahora desconocida sobre la Copa del Mundo de 1978 sobre una original protesta contra la Junta Militar.
David Forrest es profesor de la escuela de Inglés de la Universidad de Sheffield y ocasionalmente escribe para el prestigioso diario británico The Guardian.
Su más reciente artículo, publicado el miércoles 5 de julio, devela una historia atrapante y totalmente desconocida del Mundial 1978, que se celebró en Argentina, según dio cuenta el portal Resumen Latinoamericano.
La nota refiere al mensaje contra la dictadura oculto en los arcos del estadio Monumental de Núñez.
Forrest cuenta que seguía atentamente la actuación de su Selección, Escocia, en la Copa del Mundo que se disputaba en Argentina. De aquel certamen que se adjudicaría la Selección local comandada por César Luis Menotti había dos cosas que a este joven de apenas diez años lo sorprendían: las redes en los arcos y la base negra en los postes, al punto de convertirse en una obsesión.
Forrest tuvo la posibilidad de visitar Argentina para acompañar a su esposa, quien debía realizar un doctorado en el país. Esto le permitió indagar sobre aquel detalle que pasó casi inadvertido para el mundo, pese a que estaba a la vista de todos.
De paseo por Palermo, David Forrest fue a comer a Don Julio, una tradicional parrilla del barrio porteño. Contó que mientras hojeaba un libro con las mejores fotos del Mundial de Argentina 78, un mozo se acercó y le preguntó qué estaba leyendo. Entonces le mostró una imagen del arquero francés Jean-Paul Bertrand-Demanes en el piso tras recibir un gol de Argentina, y confesó el detalle que lo obsesionó por tanto tiempo: la pintura negra en los palos.
Fue así como el mozo le recomendó que visitara el estadio Monumental para encontrar las respuestas que tanto buscaba y tras dialogar con los encargados del mantenimiento de la cancha de River, Forrest finalmente conoció al hombre que pintó los palos pero sobre todo, descubrió el mensaje oculto que ellos contenían.
"El canchero me acompañó a una habitación y me señaló las fotos en blanco y negro que estaban en la pared. Allí noté una sonrisa familiar y pregunté quiénes eran los de la foto. El canchero me dijo que era el equipo que trabajó en el estadio para el comité de organización, y si quería saber por qué pintaron los palos de negro, tenía que preguntarles a ellos", relató el escocés.
"Me acerqué a la foto y reconocí a alguien familiar, mi corazón latía en mis oídos. Me di cuenta de que sí, el hombre en la foto tenía unos 40 años menos con un peinado salvaje como el de Leopoldo Luque, pero la sonrisa y los ojos eran sin lugar a dudas los del mozo de Don Julio. El canchero me dijo su nombre: Ezequiel Valentini", continuó.
Forrest decidió volver al restaurante ubicado en el barrio porteño de Palermo una semana después. Y al entrar observó cómo Valentini lo miró. "Sus ojos y su sonrisa al reconocerme me comunicaron que él sabía por qué había vuelto", confesó David. Cuatro décadas después, tuvo la charla que le dio todas las respuestas que buscó desde que tenía diez años.
Ezequiel Valentini le reveló por qué pintaron la base de los palos de negro. Como ningún jugador usó brazaletes negros en honor a los desaparecidos durante la dictadura, los utileros de aquel entonces buscaban una forma de recordarlos. "Discutimos poner un mensaje en el césped, o pintarlo en los carteles publicitarios, algo que las cámaras de TV pudieran ver", reconoció Valentini. Sin embargo, cualquiera de esas formas de protesta contra la Junta Militar era muy peligrosa.
"No tenía miedo por mí. El terror actúa de tal manera que te hace temer por tu familia y amigos. Cada jugador de cada equipo de la Copa del Mundo debería haber usado públicamente un brazalete negro para recordar a los muertos", le confesó Valentini, quien le comunicó la idea que tuvo uno de sus compañeros: pintar la base de los palos de color negro.
Así se reemplazarían los brazaletes, pero había que comunicarles primero a los militares de tal decisión. "Preguntaron para qué era y le dijimos que por tradición. Pasó, porque no tenían ni idea de fútbol".
"La Junta situó sus centros clandestinos de tortura a la vista del público. Nosotros recordamos a nuestros muertos a la vista de todo el mundo. Como esos centros, nuestro acto de recuerdo estaba oculto a simple vista", concluyó Ezequiel Valentini.
Y sin embargo, todo parece una fábula:
Según da cuenta Infobae, que inicialmente difundió la noticia, todo podría ser una fábula montada por el escocés. En la parrilla Don Julio, en la que supuestamente había trabajado el mozo llamado Ezequiel Valentini, no tienen registros de él en los últimos años. Y además, miembros del Museo de River Plate también fueron consultados por el paradero del canchero, pero aseguraron que no conocieron a nadie con ese nombre, pese a que poseen elementos y datos precisos vinculados a la historia de la entidad de Núñez y su estadio.
¿Es posible que todo haya sido una farsa montada por este escocés?
El periodista Matías Bauso, a través de su cuenta de Twitter, también avala la tesis de la farsa, y sostiene que en Argentina ya hacía décadas que se pintaban las bases de los postes del color de su club o en su defecto de negro.
También podía ser una manera de saber hasta dónde enterrar los arcos y mantener la altura reglamentaria, según sugirió alguien a través de Twitter.
Agrega que esas bases pintadas estuvieron en todas las subsedes del Mundial, y lo grafica con fotos de las diferentes canchas.
Entonces, ¿verdad o fábula?
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias