Terapia milenaria

Gusanos medicinales

08.08.2013

MONTEVIDEO (Uypress) – En tiempos antiguos, los médicos usaban larvas de insectos para ayudar a limpiar heridas y evitar infecciones. La llegada de los antibióticos convirtió a los gusanos medicinales en cosa del pasado. Pero aparentemente, vuelven por sus fueros.

Como las larvas solo se alimentan de carne muerta, los médicos de la antigüedad no se preocupaban de que intentaran devorar los tejidos vivos. Por ello, las usaban para limpiar heridas y evitar infecciones.

La llegada y amplia difusión de los antibióticos hizo que desaparecieran de la clínica.

Los procesos de resistencia cada vez mayores a estos medicamentos, hicieron que se reavivara el interés por las larvas, y en 2004, el organismo regulador de alimentos y medicinas de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) los aprobó como "dispositivos médicos", por lo cual pueden ser aplicadas en seres humanos.

Los proveedores actuales de larvas las crían a partir de huevos de mosca esterilizados y posteriormente las colocan en paquetitos semejantes a una bolsa de té, los cuales son aplicados directamente sobre las heridas (la presentación evita que las larvas escapen y terminen convirtiéndose en moscas adultas).

 

¿Cómo actúan las larvas?

Un estudio científico publicado el año pasado en la revista Archives of Dermatology, sostiene que las larvas colocadas en incisiones quirúrgicas ayudan a eliminar más tejido muerto que el desbridamiento quirúrgico. El desbridamiento es la técnica mediante la cual se elimina tejido muerto, dañado o infectado, para mejorar las condiciones del tejido restante. Puede ser quirúrgico, químico, mecánico, autolítico. El de uso más extendido en la actualidad es el quirúrgico.

El desbridamiento con gusanos (denominado terapia larval) elimina todo el tejido muerto e infectado, una condición necesaria para la cicatrización de la herida", afirma Anne Dompmartin-Blanchère, dermatóloga de la Universidad de Caen y autora principal del estudio.

Según la investigadora, el desbridamiento quirúrgico suele ser un proceso largo y doloroso, mientras que el tratamiento con gusanos puede resultar más breve y no produce dolor.

Otro estudio, publicado a finales del año pasado en Wound Regeneration and

Repair por Gwendolyn Cazander y sus colaboradores, del Centro Médico de la Universidad de Leiden, reveló que las secreciones de las larvas modulaban la respuesta del sistema del complemento, una parte del sistema inmunitario que reacciona contra los patógenos invasores y que resulta crucial para acabar con las infecciones.

Cierta activación del complemento es necesaria, pero una reacción excesiva podría producir una inflamación crónica, lo que mantendría la herida abierta y vulnerable a las infecciones. Las secreciones de los gusanos redujeron la actividad del complemento en muestras de sangre de adultos sanos e inhibieron la producción de varias proteínas importantes del complemento. Según se descubrió en el estudio, la atenuación de la respuesta inmunitaria promovía la cicatrización. "Entre el 50% y el 80% de las heridas que vemos pueden sanarse con gusanos", concluye Cazander.

 

Un poco de historia

La terapia larval, también conocida como terapia de larvas, terapia de gusanos , terapia de desbridamiento por larvas o Biocirugía es una terapia en la que se utilizan larvas estériles, criadas en laboratorios especiales, de la mosca Phaenicia sericata para limpiar tejidos muertos.  El uso médico es posible por la peculiaridad de que las larvas de este insecto se alimentan tan solo del tejido muerto, evitando el tejido intacto, estimulando además la cicatrización.

La utilización de larvas para la curación de heridas es conocida desde la antigüedad y también en los grupos étnicos actuales que viven fuera de nuestra cultura. Como ejemplo, la tribu  extinta de los Ngemba o wongaibon de aborígenes australianos utilizaron este remedio durante milenios. En la segunda guerra mundial, los médicos británicos destacados en Birmania observaron cómo los nativos hacían un uso tradicional de las larvas sobre las heridas, cubriéndolas con barro y hierbas húmedas. En el caso de los mayas, se empleaban paños que previamente se habían humedecido en sangre de animales y posteriormente puestos a secar al sol para que se poblaran de larvas.

Los cirujanos que acompañaban a los ejércitos de las guerras europeas de los siglos XVI y XVII documentaron el efecto de las larvas en las heridas de los soldados caídos, siendo el más destacado el Ambroise Paré (1510 - 1590), uno de los padres de la cirugía moderna,  quien dio cuenta de este efecto en la batalla de San Quintín en 1557,  aunque pensando que se trataba de "gusanos" y no larvas de mosca, y sin atribuirle en ningún momento las propiedades terapéuticas. Posteriormente, el cirujano general de Napoleón Bonaparte, el barón Dominique Larrey, describió como durante la campaña francesa en Siria, en 1829,  las larvas de ciertas especies de mosca destruían únicamente el tejido muerto y propiciaban un efecto positivo en el sanado de las heridas.

 

Fuente: Investigación & Ciencia

 

dfp

 

Salud
2013-08-08T07:42:00

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