DISPERSO VA A QUEDAR BAJO LA TIERRA

Hoy se cumplen 36 años del asesinato de Roque Dalton

10.05.2011

MONTEVIDEO, 10 May (UYPRESS) – El 10 de mayo de 1975 murió Roque Dalton. Fue asesinado , mientras dormía, en una casa de San Salvador, por sus propios compañeros del ERP. Había sido acusado de ser agente de la CIA.

El crimen sigue impune, y las confusas circunstancias en las que ocurrió siguen siendo tema de discusión en El Salvador. El escritor y periodista salvadoreño David Hernández, autor de la novela inédita Roquiana, inspirada en la figura de Dalton, escribió en las páginas La Opinión —periódico hispano de Los Ángeles, considerado el más leído en español en los EEUU— que “se trata de un caso tan complejo y complicado como compleja y complicada es la historia de este país. En todo caso, fue un asesinato a sangre fría, con premeditación y alevosía, provocado por diferencias políticas, celos de protagonismo y hasta cierta dosis de esa línea antipoeta que tanta tradición acumuló en el seno de la izquierda salvadoreña y latinoamericana.”

Roque Dalton nación en El Salvador el 14 de mayo de 1935, y murió en esa misma ciudad pocos días antes de cumplir cuarenta años. Escribió cuentos, novela y ensayo, artículos y opiniones, realizó y concedió reportajes, pero fue, sobre todo, un poeta.

Fue también un militante, y fue por razones que tuvieron que ver con su militancia que terminó asesinado, en un hecho que hasta ahora no ha sido razonablemente aclarado, por sus propios compañeros del Ejército Revolucionario del Pueblo, que habían recibido la información de que Dalton estaba trabajando para la CIA.

La clandestinidad, las peligrosas condiciones en las que los militantes se jugaban la vida en esos años en El Salvador pueden dar una idea del ambiente en el que esos rumores eran posibles. Sin embargo, el crimen sigue sin haber sido resuelto oficialmente, y los responsables no han sido llevados a la justicia.

Roque Dalton, el poeta que no siempre fue tan feo, habría cumplido, dentro de unos pocos dias, 76 años.

 

El arte de morir

(de El turno del ofendido)

 

EL OTRO: -Lo que usted quiere saber

es, en cierto, modo, el arte de morir.

EL HOMBRE: -Al parecer es el único

arte que hemos de aprender hoy.

Friedrich Dürrenmatt

 

 

Tómese una ametralladora de cualquier tipo

luego de ocho o más años de creer en la justicia

Mátese durante las ceremonias conmemorativas

del primer grito

a los catorce jugadores borrachos que sin saber las reglas

han hecho del país un despreciable tablero de ajedrez

mátese al Embajador Americano

dejándole a posteriori un jazmín en uno de los agujeros

de la frente

hiérase primero en las piernas al señor arzobispo

y hágasele blasfemar antes de rematarlo

dispérsense los poros de la piel de doce coroneles

barrigudos

grítese un viva el pueblo límpido cuando los guardias

tomen puntería

recuérdense los ojos de los niños

el nombre de la única que existe

respírese hondamente y sobre todo procúrese

que no se caiga el arma de las manos

cuando se venga el suelo velozmente hacia el rostro.

 

 

 

Cultura
2011-05-10T12:32:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias