Padre huérfano de hijo

La lucha de Gelman por la verdad

15.01.2014

MÉXICO (Uypress) - El 14 de octubre de 1989, el Equipo Argentino de Antropología Forense halló los restos de Marcelo Gelman que, mezclados con cemento y arena, habían sido arrojados al río Luján, en Buenos Aires. La lucha por memoria, verdad y justicia, por su hijo, su nuera María Claudia García y su nieta Macarena, marcaron gran parte de la obra poética de Juan Gelman.

Además de dedicar su último libro de prosa poética 'Hoy' a "resumir" los 35 años que pasaron desde la muerte de su hijo Marcelo, desaparecido y asesinado en 1976 durante la dictadura cívico-militar argentina, Gelman se abocó a investigar qué había ocurrido con su nuera y el bebé que ésta esperaba, que finalmente sería su nieta Macarena, a quien encontró en el año 2000.

El caso Gelman es un reflejo del accionar del Plan Cóndor, como coordinación represiva entre las dictaduras que tuvieron lugar en el Cono Sur durante las décadas del 70 y 80.

Marcelo Gelman y María Claudia García Iruretagoyena fueron secuestrados el 24 de agosto de 1976 y estuvieron detenidos desaparecidos en el centro clandestino de detención de Buenos Aires conocido como Automotores Orletti.

Marcelo fue asesinado, fondeado en un barril con cemento y cal y sus restos fueron hallados en 1989.

María Claudia estaba embarazada cuando fue secuestrada. Fue trasladada a Uruguay en el marco del Plan Cóndor, permaneció detenida desaparecida y dio a luz a Macarena en Montevideo presuntamente el 1º noviembre de 1976. Separada de su madre, Macarena fue sustraída y privada de su identidad, permaneciendo desaparecida hasta conocer su historia 24 años después, "como consecuencia de la búsqueda incansable realizada por su familia, junto a la colaboración de organizaciones y personas de la sociedad civil", como reza la placa colocada en la ex sede del SID.

El fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el caso Gelman vs. Uruguay exhortaba al Estado a reconocer su responsabilidad en las violaciones a los derechos humanos durante la última dictadura (1973-1985), entre otros puntos.

El acto público de reconocimiento tuvo lugar el 21 de marzo de 2012 en la sala de la Asamblea General del Palacio Legislativo, a través de un discurso del presidente José Mujica. Allí estuvieron presentes Juan y Macarena Gelman, escuchando atentos, visiblemente emocionados y con un gesto final entre ambos tras las palabras oficiales, que cualquier testigo de esa jornada histórica recordará.

Esa jornada, más temprano, Macarena descubrió una placa en la ex sede del Servicio de Información y Defensa (SID), edificio donde funcionó el Centro de Altos Estudios Nacionales (Calen), dependiente del Ministerio de Defensa y donde se instalará la Institución Nacional de Derechos Humanos. El texto las recordaba a ella y a su madre María Claudia, así como a todas las víctimas del terrorismo de Estado que estuvieron privadas de su libertad en ese lugar.

"Es la única conexión física con la historia, es el único lugar donde estuve con mi mamá", había expresado la joven al terminar la ceremonia.

Juan y Macarena Gelman leyendo la placa colocada en el ex SID. Foto: Presidencia

En esa instancia Juan leyó dos poemas que habían sido escritos de manera "premonitoria" -al decir del poeta- por Marcelo: "... Me despido de este país / me despido de mis amigos / de mis enemigos / amigos sólo quiero recordarles / que no dejen de ser mis amigos / sólo quiero recordarles / que no me olviden a la marcha del tiempo / a la marcha del tren en que me vaya / que borran las huellas de la amistad lejana".

Hasta el momento no se han encontrado los restos de María Claudia García, que son buscados actualmente en el Batallón 13 por el equipo de arqueólogos forenses uruguayos, coordinados por José López Mazz, bajo la órbita de la Universidad de la República y la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente de Presidencia.

Elogio de la culpa

Gelman reivindicó su militancia y la de su hijo Marcelo.

En los años 70, Juan formó parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y posteriormente de la organización Montoneros. Amenazado por la Triple A argentina, se vio obligado a exiliarse en 1975, previo al golpe de Estado encabezado por Jorge Rafael Videla el 24 de marzo de 1976, y a refugiarse en Italia, Francia y México, país donde vivió hasta sus últimos días.

La desaparición forzada de Marcelo, María Claudia García y Macarena, lo llevaron a desarrollar desde el exilio una labor internacional de denuncia de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura argentina.

Restaurada la democracia en Argentina, el juez Miguel Guillermo Pons, nombrado por el régimen militar (1976-1983) y ratificado por el Senado en 1984, dictó en 1985 una orden de captura contra Gelman relacionada con su participación en el Movimiento Peronista Montonero (MPM), recordó este martes la agencia argentina Télam.

"Pero ya en 1979 el escritor había roto públicamente con el Movimiento por discrepancias con su política militar y su actitud hacia el régimen del general Jorge Videla (1976-1981). Una nueva crítica suya, publicada por el diario francés Le Monde" desató su condena a muerte por el MPM", continúa dicho medio.

"Gelman se convirtió en 1986 en símbolo político cuando Mario Vargas Llosa y Graham Greene lanzaron un llamamiento internacional en protesta por el proceso judicial. Asimismo, un grupo de personalidades de las letras hispanas denunció en una carta dirigida en 1987 al presidente Raúl Alfonsín (1983-1989) la persecución de que Gelman era objeto. Entre los firmantes figuraban María Zambrano, Rafael Alberti, Camilo José Cela y Augusto Roa Bastos. El último día de 1987 Gelman fue eximido de cárcel, previo pago de 16.000 dólares de fianza, que revocó horas después la Cámara Federal".

Gelman declaró ante la justicia 12 años después de permanecer exiliado; sepultó a su hijo y se fue a vivir definitivamente a México.

"Estuve exiliado en otros países, sobre todo en Europa y una breve estadía en Nicaragua, pero el primer día que pise México, en 1961, hace exactamente medio siglo y un año, quedé absolutamente fascinado; fue como un estallido dulce dentro de mí, y hace 24 años decidí quedarme para siempre aquí, sostenido por mi amor a este gran país y por el amor a una mujer, mi mujer (Mara La Madrid)", diría Gelman a fines de setiembre de 2012, cuando recibió en México la Medalla de Oro de Bellas Artes por su trayectoria y obra de gran trascendencia para la vida artística y cultural de ese país.

Mi hijo no era un "inocente"

El 3 de enero de 2000, Juan Gelman escribió en Página 12 una columna de opinión titulada "Elogio de la culpa" en la que reivindicaba el recorrido militante de su hijo.

Compartimos el texto completo:

¿Hubo que ser "inocente" para tener acceso a la categoría de "víctima de la dictadura militar"?

Mi hijo no lo fue. No fue "inocente", sí víctima. Marcelo Ariel Gelman tenía 20 años cuando fue secuestrado en su casa por un comando militar, el 24 de agosto de 1976. También fue secuestrada su esposa Claudia, encinta de 7 meses. Los restos de Marcelo fueron hallados a fines de 1989, gracias a la abnegada labor del Equipo Argentino de Antropología Forense. Fue asesinado de un tiro en la nuca disparado a medio metro de distancia. Ahora tiene sepultura y es éste un hecho sumamente importante para un padre huérfano de hijo, como soy, porque el rescate de sus restos fue el rescate de su historia. Brevemente, es la que sigue:

Marcelo tuvo inquietudes políticas desde su niñez. A los 9 años me sorprendía con preguntas turbadoras -y pertinentes- sobre el Che y su consigna de crear varios Vietnam en América latina. Sé por compañeros de escuela de Marcelo que ya en la primaria ejercía la protesta. Le molestaba la injusticia. Molestar es palabra muy suave para lo que sentía: indignación. Sé también que a los 14 años estaba en la Juventud Peronista de la resistencia, poniendo caños contra las transnacionales. Como miles de jóvenes, confió en Perón. Tenía 16, 17 años y se desilusionó profundamente cuando Perón volvió al gobierno y apoyó a la fascista Triple A y calificó de "jóvenes imberbes" a los que habían luchado por su retorno. La desilusión no lo confinó en la pasividad. Se fue de la Juventud Peronista por la izquierda, con la Columna Sabino Navarro. Desilusionado otra vez, merodeó por el ERP, que tampoco lo convenció. Cuando lo secuestraron no tenía militancia partidaria, pero sí la suficiente historia militante como para que la dictadura militar lo considerara un enemigo. Encontraron su dirección en la libreta de anotaciones de una muchacha del ERP.

Estoy orgulloso de la militancia de mi hijo. A veces pienso que algo tuve que ver yo con ella y eso redobla mi orgullo y mi dolor. Mi hijo no era un "inocente". Le dolían la pobreza, la ignorancia, el sufrimiento ajeno, la estupidez, la explotación de los poderosos, la sumisión de los débiles. Nunca se sintió portador de una misión, pero quiso cambiar el país para que hubiera más justicia. Hizo lo que pudo, callada, humildemente. De todo eso fue "culpable". ¿Y no fue por eso víctima de la dictadura militar? Repito la pregunta: ¿Hubo que ser "inocente" para tener acceso a categoría de "víctima de la dictadura militar"?

Es verdad que hubo muchas víctimas inocentes de la dictadura militar. Por ejemplo, niños con vida y niños no nacidos todavía. Hombres y mujeres sin militancia alguna que sólo pertenecían a esa secreta intimidad llamada pueblo y que fueron también asesinados. La dictadura militar consideró "culpables" a decenas de periodistas que no pensaban como ella. A centenares de intelectuales que no pensaban como ella. A sacerdotes, abogados y a miles de obreros y estudiantes que no pensaban como ella. A los familiares de personas que no pensaban como ella. Y también a muchos que deseaban cambiar la vida, como pidió Rimbaud, y lo intentaban por distintos caminos.

¿Y por eso no son "inocentes"? Todos ellos, sea que canalizaran su voluntad de cambio por escrito, desde el púlpito, la cátedra, los sindicatos, centros estudiantiles, organizaciones populares, partidos políticos, o por las armas, ¿no son acaso víctimas de la dictadura militar? ¿Fueron encarcelados o fueron secuestrados, torturados y alojados en campos clandestinos de detención? ¿Tuvieron un juicio imparcial o fueron brutalmente asesinados? ¿Se les permitió ejercer su derecho dedefensa o les pegaron un tiro en la nuca desde medio metro de distancia? ¿Se notificó su paradero a los familiares o se los "desapareció", creando una angustia que para muchos dura todavía? ¿Pudieron ejercer su derecho de pensamiento y expresión o fueron amordazados con la muerte más atroz, la muerte anónima? ¿Por qué no entrarían en la categoría de "víctimas"? ¿Porque querían cambiar la vida? ¿Se piensa acaso que los militares asesinaron inocentes "por error"? ¿Que son locos sueltos y no la expresión más despiadada de los intereses que quieren que la vida siga como está?

Y quienes hoy pretenden que todos los asesinados fueron "inocentes" o que sólo los "inocentes" son defendibles y aun reivindicables: ¿En qué sombrío negocio consigo mismo están? ¿Quieren borrar la historia con un trapo? ¿Piensan que la dictadura era mala cuando mataba inocentes -los "excesos"- pero que hacía bien en matar a los otros? ¿Son las gentes que bajo la dictadura decían "por algo será" cuando alguien, hasta un ser querido, desaparecía? ¿Y ahora otorgan diplomas de inocencia para que ningún asesinado los moleste y puedan "condenar" a la dictadura militar en olor de legalidad?

Esa hipocresía declarada encubre una infamia sin nombre: condona el asesinato de quienes no fueron inocentes y afirma la "inocencia" del hambre, la pobreza, la explotación de millones de seres humanos, su humillación y marginalidad. Da la razón a la dictadura militar y deja amplios espacios para que la infamia persista, victoriosa.

El 14 de octubre se cumplieron 2 años del hallazgo de los restos de Marcelo Gelman que, mezclados con cemento y arena, fueron arrojados al río Luján.

María Claudia García y Marcelo Gelman

Notas relacionadas:

Murió el escritor Juan Gelman

Juan Gelman: sus palabras al recibir el Premio Cervantes

El último libro de Juan Gelman

ac

Cultura
2014-01-15T06:59:00

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias