Indignación
Lazio, fútbol y fascismo
25.10.2017
ROMA (Uypress) – Hinchas del club Lazio empapelaron parte del estadio con afiches con la foto de Ana Frank ataviada con la camiseta de su eterno rival, la Roma, con quien comparten estadio. No es la primera vez que desde los seguidores de la Lazio se realizan expresiones fascistas y antisemitas.
La diferencia parece radicar en que esta vez Italia estaría reaccionando con indignación ante la andanada fascista y xenófoba.
Unos pegotines de la víctima del nazismo Ana Frank, autora del célebre Diario, con la camiseta de la AS Roma, insultos antisemitas en asientos del fondo sur del Estadio Olímpico, burlas al rival, son la moneda corriente de la rutina dominical cuando juega la Lazio. Desde el niño imitando a un simio cuando un jugador negro toca el balón y su padre le festeja la gracia, hasta el lanzamiento de bananas o el grito de "judío" a un rival, como si esto significara el mayor de los insultos; esto es parte del panorama "futbolero" de la hinchada de la Lazio.
En esta ocasión la reacción partió desde el propio presidente de la República, Sergio Mattarella. En la jornada que comenzó este martes se leyó, en todos los estadios de Italia, parte del famoso y triste Diario de Ana Frank.
El domingo, en el encuentro entre Lazio y Cagliari, los "Irreductibles", como se hacen llamar los energúmenos hinchas de la Lazio, inundaron la curva sur del Estadio Olímpico -que comparten con la AS Roma- con pegatinas donde podía verse la cara de Ana Frank con la camiseta de su odiado rival. "Ana Frank anima a la Roma", rezaba lo que pretendía ser un insulto. La comunidad judía protestó, las redes ardieron y la Federación de Fútbol italiana (FIGC) abrió una investigación que podría costarle muy caro a la Lazio por su reincidencia. Aunque su presidente hiciera todo lo posible para evitarlo ayer portando una corona flores a la sinagoga de Roma y anunciando que cada año el club se llevará de viaje de unos 200 tifosi a Auschwitz para que conozcan de primera mano aquel horror.
(Foto de archivo del excapitán de la Lazio, Paolo di Canio, haciendo el saludo fascista a los hinchas en 2005)
Los irreductibles ni siquiera deberían haber estado en esa curva -informa El País de Madrid- que durante los partidos de la Lazio permanece siempre cerrada y donde se colocan normalmente los seguidores radicales de la Roma los fines de semana alternos. Un juez deportivo había decretado dos semanas antes el cierre del fondo norte por los cánticos racistas proferidos contra dos jugadores negros del Sassuolo -Adjapong y Duncan- el 1 de octubre. Pero la Lazio, en un descomunal alarde de torpeza, decidió abrir la Curva Sur y vender a un euro las entradas durante los dos encuentros de sanción. El lema de la campaña era "Combatamos el racismo". El resultado fue únicamente el traslado de fondo de sus hooligans -que ayer en un comunicado se reafirmaron en lo que habían hecho-, especialmente motivados para dejar la casa de su rival empapelada con las famosas pegatinas.
La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, la presidenta de la comunidad judía de Roma, Ruth Dureghello, o el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, lo condenaron sin fisuras. Y Matteo Renzi, secretario general del PD y ex primer ministro, sugirió a los equipos de la Serie A que jueguen el próximo domingo con una Estrella de David en el pecho para protestar contra un problema que, en realidad, no es ni mucho menos exclusivo de la Lazio. De hecho, insultos y pegatinas parecidas se ven cada semana en las gradas de su rival y en las de tantos otros equipos italianos.
Pero la Lazio, uno de los clubes con mayor historial de sanciones por racismo -el saludo fascista en 2008 de su entonces capitán, Paolo di Canio, dio la vuelta al mundo- pagará esta vez el pato. Su presidente, Claudio Lotito, intentó apagar el fuego anunciando en la Sinagoga de Roma que jugarían con la foto de la joven asesinada por el nazismo en la camiseta durante el próximo partido. Su director de comunicación se esforzaba ayer en desmarcar al club de los energúmenos de la curva.
El caso Ana Frank, como ha dado en denominarse este incidente, parece ser solo la punta del iceberg de un sistema corrupto, que en su seno lleva además el accionar de grupos criminales y mafiosos.
En el partido de este martes pudieron escucharse las últimas palabras del Diario de Ana Frank: "Veo cómo todo el mundo se va convirtiendo poco a poco en un desierto, oigo cada vez más fuerte el trueno que se avecina y que nos matará, comparto el dolor de millones de personas, y sin embargo, cuando me pongo a mirar el cielo, pienso que todo cambiará para bien, que esta crueldad también acabará, que la paz y la tranquilidad volverán a reinar en el orden mundial".
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias