Los vendedores ambulantes luchan contra el aumento de las temperaturas

29.10.2025

ESTADOS UNIDOS (Dialogue Earth/Matias Avramow*) - Líderes y científicos buscan soluciones a los problemas de salud e ingresos que el calor extremo genera a quienes venden comida en las calles del Sur Global Español.

Cuando una persona se expone al calor extremo, su cuerpo aumenta el flujo sanguíneo hacia la piel en un intento desesperado por enfriarse. Este intento de enfriamiento crea más tensión en los órganos internos y, si la exposición es prolongada, puede provocar un fallo orgánico grave.

"Las afectaciones van en especial al cerebro, aunque órganos como el corazón y los riñones son en los que hemos registrado fallas crónicas", afirma Jonathan Lee, investigador en salud ambiental que trabaja en temas relacionados con el calor en la Universidad de Boston, en Estados Unidos.

Lee es uno de los pocos científicos que actualmente estudian los efectos del calor extremo y prolongado en un grupo extremadamente vulnerable y a menudo desatendido: las personas que trabajan al aire libre. Este grupo siempre ha estado expuesto a condiciones climáticas adversas, pero ahora el cambio climático está aumentando drásticamente los riesgos a los que se enfrentan.

Esta es una historia de CATCH

Esta historia forma parte del trabajo de Dialogue Earth en el proyecto Community Adaptations to City Heat (CATCH), en colaboración con la Universidad de Boston. El proyecto está financiado por Wellcome. Todo el contenido de Dialogue Earth es editorialmente independiente.

Según un reporte publicado en mayo, casi la mitad de la población mundial había sufrido al menos 30 días de calor extremo debido al cambio climático en los 12 meses anteriores. El informe define el calor extremo como temperaturas "más altas que el 90% de las temperaturas observadas en su zona durante el periodo 1991-2020".

Son muchos los estudios que documentan los problemas de salud que provoca la exposición al calor en todo el mundo, entre los que se incluyen problemas inmediatos como la deshidratación y los golpes de calor, y problemas a largo plazo como la insuficiencia renal. Sin embargo, son pocos los que abordan los problemas a los que se enfrentan específicamente aquellos cuyo lugar de trabajo son las calles, como los comerciantes de los mercados o los vendedores ambulantes. Así lo afirma Nash Tysmans, coordinadora para Asia de Streetnet International,  una organización transfronteriza que conjunta a sindicatos de la venta callejera en 55 países.

Esta falta de datos e interpretación, especialmente en el Sur Global, dificulta la evaluación de la magnitud del problema al que se enfrentan los vendedores, afirma. Los informes anecdóticos sugieren que los trabajadores informales en general, y los vendedores ambulantes en particular, se enfrentan a una presión cada vez mayor debido al calor.

"Para ellos ya es palpable el cambio climático. Agudiza las condiciones precarias en las que ya se trabajaba. La gente nota afectaciones a la salud y también a sus ingresos", afirma Tysmans.

Tysmans dirigió junto con Oxfam una investigación en territorio en donde hablaron con decenas de vendedoras y vendedores de Camboya, Vietnam y Laos. Alrededor del 77% de las personas entrevistadas destacaron los riesgos que el cambio climático supone para su salud y sus negocios.

Lee señala que se pueden utilizar equipos de protección personal para ayudar a los trabajadores a soportar el calor. Entre ellos se incluyen chalecos refrigerantes, pañuelos y ventiladores. Durante las emergencias por calor, las ciudades pueden declarar "emergencias por calor" y establecer centros de asistencia donde las personas puedan encontrar un refugio fresco. Entre las soluciones a largo plazo que se están estudiando en todo el mundo se incluye la provisión de sombra en las ciudades. Qué soluciones funcionan mejor en qué ciudades es una cuestión cada vez más urgente.

Enfermedades, pérdidas económicas y planes de emergencia

Si bien en gran parte del continente asiático los vendedores ambulantes ven en las inundaciones y tormentas el mayor riesgo a su vida y negocio, el calor se ha convertido en un factor de deterioro crónico. Este continente se está calentando casi dos veces más rápido que el promedio global, según la Organización Meteorológica Mundial.

Además de los problemas de salud que esto conlleva, puede paralizar los ingresos de los vendedores ambulantes. "Cuando hablamos con ellos, primero mencionan las pérdidas económicas", dice Tysmans.

Los alimentos frescos se pudren más rápido con el calor, lo que aumenta los costos y reduce los precios que muchos vendedores pueden cobrar. Las altas temperaturas también ahuyentan a los clientes.

"La gente no sale en los momentos de mayor calor, que siempre coinciden con las horas de trabajo de los vendedores. Muchos optan por abrir por la noche, pero el flujo de personas no es el mismo", añadió. Según el estudio que coordinó Tysmans, algunos vendedores reportaron una caída de ingresos del 30% al 40%. Si se suma a que hay más gastos en hielo o agua, el impacto económico escala aún más.

Vulnerabilidad agravada por la inseguridad

Uno de los sitios más golpeados por el calor en ese continente es India, en particular la ciudad de Nueva Delhi, donde viven 33,8 millones de personas y el año pasado se registró la temperatura récord de 49 °C.

Delhi cuenta con alrededor de 652.000 vendedores ambulantes, de los cuales el 94% de los hombres y el 46% de las mujeres afirman trabajar más de 48 horas a la semana. Así lo revela un estudio publicado el año pasado por Women in Informal Employment: Globalizing & Organizing (Wiego).

Durante las olas de calor, más de la mitad de los vendedores sufren dolores de cabeza, deshidratación, fatiga y calambres, según una encuesta realizada en 2024 por Greenpeace y la Federación Nacional de Vendedores Ambulantes de la India.

Si bien, al igual que otras ciudades densamente pobladas, se han elaborado planes de emergencia contra el calor, desde Streetnet advierten sobre la necesidad de medidas de adaptación a mediano y largo plazo. Un ejemplo es el plan de acción 2024/2025 desarrollado en Nueva Delhi el año pasado, que identifica a los sectores más vulnerables -incluidos los vendedores ambulantes- y contempla el aumento de centros de salud, la provisión de agua y hasta la posibilidad de fomentar la venta nocturna. Sin embargo, no existen registros claros sobre esta población ni sobre su distribución, lo que dificulta determinar dónde instalar los centros de salud o reforzar el acceso al agua.

La formalidad como solución

Jorge Peralta es el secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores y Vendedores Independientes de Guatemala (Fentravig) y representa a más de 125.000 vendedores de todo el país.

"El año pasado fui a un foro en Medellín que me voló la cabeza", dijo, refiriéndose al foro de la Unión General de Trabajadores Informales, en Colombia. El foro de 2024 contó con una presentación sobre los efectos del cambio climático en la salud. "Allí entendí que el cambio climático genera migración, que el sol constante eleva el riesgo de cáncer de piel y afecta toda la dinámica de nuestro trabajo".

La gran altitud de la ciudad de Guatemala hace que las temperaturas de 30 °C sean poco frecuentes. Sin embargo, el líder sindical afirma que la ciudad ha sufrido olas de calor en los últimos años que pueden alcanzar los 33 °C, mientras que en otras partes del país se han registrado temperaturas de 40 °C.

Explicó que su mayor problema es que los vendedores reconocidos, que usualmente se concentran en mercados establecidos, sufren de infraestructura vieja y poco preparada para el calor o para las tormentas extremas. "Los locales son viejos, con temblores y lluvias se hacen más vulnerables. Los techos son de lámina y calcinan a todos abajo [cuando hace calor]. Pero los vendedores de la calle somos más vulnerables", planteó Peralta.

Peralta cree que uno de los principales problemas es que los vendedores ambulantes son trabajadores informales, que en gran medida operan al margen de los sistemas habituales de tributación, legislación laboral, contratos y condiciones de trabajo controladas. Para él, la formalización de su empleo es el primer paso en el camino hacia la adaptación. Aclaró que formalizar no significa solo pagar impuestos, sino acceder a seguro médico, servicios de luz y agua, antigüedad y vacaciones.

En esa línea, Patrick Kane, representante de Streetnet para América Latina, explicó que para este sector hay una doble victimización. "Primero por una exclusión del sistema económico y de beneficios, pero también por los riesgos del cambio climático y tampoco tienen protección", comentó.

En Guatemala y algunos otros países, los sindicatos están impulsando medidas para mitigar el calor, afirma Kane. La principal medida relacionada con la adaptación es la formalización del empleo, pero también están proponiendo iniciativas como puntos de hidratación y educación ambiental. "También en Uruguay y Brasil están discutiendo mucho sobre justicia climática", dijo.

Cada cinco años, los países del Acuerdo de París deben actualizar sus planes climáticos para mostrar una mayor ambición. Los compromisos actuales de estos planes, conocidos como contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC), solo limitarían el calentamiento global entre 2,6 °C y 3,1 °C a lo largo del siglo, lejos de los objetivos de 1,5 °C o, al menos, 2 °C.

Algunas de las políticas incluyen forestación urbana, adaptación de asentamientos, ordenamiento territorial y un reenfoque de los sistemas de salud pública. Sin embargo, poco se habla de la informalidad laboral. El único que incluyó una consideración fue Ecuador, pero sin medidas concretas para vincular este problema estructural con los riesgos del cambio climático. Tampoco hay políticas explícitas para actuar sobre los vendedores ambulantes.

Un país en el que la formalidad muestra su ventaja para la adaptación es Uruguay. Gabriela Calandria, dirigente de la Asociación de Feriantes de Ferias Especiales en Montevideo, reconoció en conversación con Dialogue Earth que el calor ha traído varios problemas a los vendedores ambulantes o feriantes, como los llaman allí. "Registramos ya 15 casos de cáncer de piel, hay gente que se deshidrata e incluso hubo alguien que sufrió un infarto", contó Calandria. Sin embargo, destacó que en su país existen varias ventajas que en otros lados no.

"Aquí estamos muy incluidos por el Estado. Estamos regulados por la intendencia. Y no somos informales, pagamos monotributo, casi todos", señaló la dirigente. Explicó también que en el país ellos tienen acceso a baños químicos, seguro médico y jubilaciones. "Además, todos los feriantes tenemos carpas designadas en parques arbolados", añadió.

Calandria contó que esta situación es particular, ya que ningún país tiene este tipo de condiciones: "Si bien el sol nos pega, estamos protegidos".

 

*Matias Avramow es un periodista ambiental mexicano. Actualmente vive en Buenos Aires, Argentina. Ha publicado en el diario La Nación y en el medio digital Energía Online, entre otros.

Imagen: Un vendedor de limonada en un día caluroso en un mercado callejero frente a la mezquita Jama Masjid, en Delhi, India (Imagen: Joerg Hackemann / Alamy)

Cambio Climático
2025-10-29T10:20:00

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