NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE
Profunda crisis estructural del agro argentino
29.07.2025
BUENOS AIRES (Uypress) – La realidad del agro argentino está alejada del relato de una potencia en ascenso.
Aunque las exportaciones de granos aportan divisas vitales para la economía, el núcleo empresarial del ecosistema agrícola, particularmente las compañías de insumos, tecnología y servicios, atraviesa una profunda crisis estructural, afirma Yanina Otero en nota para ámbito.
Según explica, los márgenes son cada vez más ajustados, se está frente a una caída del financiamiento, sobreendeudamiento y cambios en el modelo productivo.
En la nota de ámbito se señala que a la cabeza de este derrumbe se encuentra Los Grobo, uno de los mayores grupos agroindustriales del país, que en febrero solicitó su concurso preventivo de acreedores con una deuda superior a 200 millones de dólares. La empresa, que había diversificado operaciones en acopio, producción y venta de insumos, reconoció pérdidas acumuladas y una caída del 12% en sus ingresos medidos en dólares. Su controlada Agrofina, especializada en agroquímicos, también pidió concurso y su casa matriz avanza con un Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) para obtener alivios laborales.
Surcos, otra empresa de insumos de peso, enfrenta una situación aún más complicada, con un acumulado de deudas de más de mil millones de dólares con 600 acreedores, a la par de estar bajo investigación penal por una presunta estafa financiera, luego de haber colocado obligaciones negociables por cien millones de dólares.
Según da cuenta Otero en la nota, el estrés financiero llega también a empresas tecnológicas de alto perfil como Bioceres, que vio cómo su deuda era recalificada pasando a vigilancia negativa, advirtiendo sobre una estructura de capital muy tensionada.
Para contener la crisis, la firma logró en febrero un préstamo de 17 millones de dólares del Rabobank, pero enfrenta restricciones para nuevos fondeos si no logra estabilizar sus indicadores financieros.
En paralelo, empresas medianas del interior también empiezan a ceder bajo presión. El trasfondo común en todos estos casos es un cambio drástico en el paradigma productivo. El auge del "modelo financiero" con insumos en canje, siembras apalancadas y financiamiento barato quedó atrás. Hoy prima un esquema defensivo y conservador, con productores que ajustan dosis, compran menos insumos, alquilan menos hectáreas y postergan inversiones. En un contexto de precios internacionales deprimidos, presión fiscal y alto costo local, las compañías proveedoras son las primeras en pagar el precio.
A lo precedente se agrega el impacto acumulado de tres campañas con sequía y la irrupción de plagas como la chicharrita del maíz, que alteraron los rindes y generaron incumplimientos. El mapa que deja la crisis es claro: menos empleados, más deuda, default, reestructuraciones, concursos y ajustes incluso en empresas que hasta hace poco eran consideradas modelos de innovación o eficiencia.
Imagen: Uypress/DFP
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias