RECUERDO DE OTRO PREMIO NOBEL

Se cumplieron 87 años de la muerte de Anatole France

13.10.2011

MÉXICO, 13 Oct (UYPRESS) – Anatole France, Premio Nobel de Literatura en 1921, murió el 12 de octubre de 1924. El autor de “Los dioses tienen sed” fue celebrado y denostado por distintas generaciones de intelectuales, y su obra sigue siendo revisada y estudiada.

Se cumplieron este miércoles 87 años de la muerte de Anatole France, un hombre que marcó las ideas de varias generaciones y fue aborrecido por surrealistas como Luis Aragon, que se refirió a él como a “un hombre degradado”. El diario mexicano Excelsior recordó a este enorme escritor en el último aniversario de su muerte.

‘Tres años después de obtener el Premio Nobel de Literatura, el escritor francés Anatole France falleció. Era el 12 de octubre de 1924.

France, cuyo nombre real era Anatole François Thibault, nació el 16 de abril de 1844 en París, donde su familia era propietaria de una librería que promovió textos sobre la Revolución Francesa.

La difusión de aquellas ideas revolucionarias representaría una fuerte influencia en France, que terminaría por consagrarse con la novela “Los dioses tienen sed”, que trata precisamente sobre el periodo de desasosiego durante las revueltas del decenio comprendido entre 1789 y 1799.

Su fructífera carrera literaria comenzó en 1868 con el libro “Alfred de Vigny”, y no pararía hasta 1922, cuando apareció “La vida en flor”.

“El azar es el seudónimo de Dios cuando no quiere firmar”, escribió alguna vez.

Trabó amistad con otros destacados escritores como  Paul Verlaine, C. Leconte de Lisle,  Stephane Mallarmé, Guy de Maupassant e Hippolyte Taine.

France escribió gran cantidad de novelas, obras de teatro, poemas, ensayos de crítica y filosofía e investigaciones históricas. Fue nombrado miembro de la Academia Francesa en 1896 y recibió el Premio Nobel de Literatura en 1921.

En su obra siempre estuvo presente el espíritu latino, la tradición clásica del orden, la compostura, la claridad y el buen gusto. Su obra se caracterizó por los tintes hedonistas, paganos, escépticos y humanistas con que fue elaborada.

En sus últimos escritos se convirtió en defensor de las causas humanitarias, las garantías civiles, la educación popular y los derechos de los trabajadores, mismos en los que plasmó su arraigada conciencia social.

Sus cenizas se encuentran en el mausoleo del Genocidio Armenio, en Yereván, Armenia’.

 

 

Cultura
2011-10-13T19:42:00

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