ALIMENTACIÓN Y SALUD EN LAS FIESTAS
Siete pasos para disfrutar de las comidas navideñas sin miedo a engordar
24.12.2012
MADRID (Uypress/Eroski Consumer) - Mejorar la dieta en Navidad es posible, sencillo y necesario para ganar en salud y no en peso corporal. Vea qué pasos dar para salir de la semana de fiestas sin los 2,5 kilos que, según la creencia popular, pueden llegar a subirse de un tirón.
Parece que en Navidad no hay más opción que engordar. Según sostiene la sabiduría popular, aumentamos una media de 2,5 kilos en estas fechas, aunque uno de los estudios más sólidos publicados al respecto estima que el aumento de peso es menor. Al parecer, ganamos medio kilo. Si bien 500 gramos parecen poco, para las autoridades sanitarias suponen un importante motivo de preocupación, ya que no "desaparecen" por arte de magia en los meses siguientes, sino que se mantienen y contribuyen a nuestro paulatino e inexorable aumento de peso. A continuación se ofrecen siete consejos para mejorar la calidad de la dieta navideña y alejar el miedo a la báscula. Están adaptados a partir de recomendaciones del hospital NewYork-Presbyterian.
Siete consejos para mejorar la dieta en Navidad
1. Mejora la calidad de los aperitivos.
Si tomamos un aperitivo saludable antes de comer, nos será más fácil controlar nuestro apetito en la comida, sobre todo si tendremos ante nosotros grandes raciones de alimentos irresistibles. Algunas ideas para ello son:
- Un trozo de pizza integral con tomate natural y verduras salteadas.
- Zumo de hortalizas (zanahoria, tomate, etc.).
- Palitos de pan integral.
- Guacamole.
- Pinchos de frutas frescas.
- Hummus.
- Frutas desecadas (uvas, ciruelas, higos, dátiles, orejones, etc.).
- Frutos secos (almendras, avellanas, nueces, pistachos, etc.).
2. Incluye un primer plato vegetal.
Si como primer plato incluimos una ensalada de pasta integral o de legumbres (hacer que sea irresistible es cuestión de imaginación y ganas de innovar) o unas verduras de temporada a la plancha, mejoraremos la calidad nutricional del menú y evitaremos que la comida sea demasiado calórica e hiperproteica.
3. Escoge porciones más pequeñas.
No es pecado probar todos los alimentos que hay frente a nosotros en las comidas navideñas, pero sí conviene recordar que los atracones esporádicos pueden aumentar nuestro peso a largo plazo. Un estudio publicado en agosto de 2010 en la revista Nutrition & Metabolism mostró que el aumento de grasa corporal que se produce tras de un tiempo concentrado de "hiperalimentación y sedentarismo" se mantendría hasta un año después de dicho período. Un truco que puede ayudarnos a evitar comer más de la cuenta es pedir que nos sirvan la comida en platos pequeños.
En cualquier caso, tal y como afirma la dietista-nutricionista Michelle Morgan, en Navidad es recomendable que respondamos más que nunca a nuestros sabios y ancestrales mecanismos de hambre y saciedad. Si estamos saciados, es momento de dejar de comer.
4. Si algo no te gusta, no te lo comas. Si te gusta muchísimo, no abuses.
Una investigación observó que incluso si estamos frente a palomitas pasadas, comemos más de la cuenta. Hay que tener presente que ser amable es compatible con comer poco de un plato que no apetece demasiado. En cuanto a esos postres que a todos nos gustan (como el pastel de chocolate), lo mejor es disfrutarlos sin remordimientos, pero sin abusar de ellos: contienen ingentes proporciones de energía. La cantidad de ejercicio físico que deberíamos realizar para compensar las calorías que nos aportan puede llegar a ser desmesurada.
5. Sobremesas sin "tercer plato".
No hay necesidad de pedir un tercer o cuarto plato para poder mantener una charla amistosa con el resto de comensales. Las vacaciones son un buen momento para entablar una conversación con amigos o familiares, pero no es imprescindible que hagamos de la comida el centro de todo. No por ser Navidad debemos añadir centímetros a nuestra cintura. ¿Y si continuamos con la charla de la sobremesa mientras damos un largo paseo?
6. No llegues a la mesa con un hambre voraz.
Si ayunamos durante varias horas antes de llegar a la mesa, en lugar de comer de manera normal durante el resto del día, es muchísimo más probable que comamos en exceso. Cuando tenemos mucho apetito, escogeremos de forma inconsciente alimentos más calóricos. El consejo de dividir las calorías consumidas durante el día en diferentes ingestas tiene sentido.
7. Evita el sedentarismo todo el año, pero sobre todo en Navidad.
Combatir el sedentarismo es fundamental. Ni las vacaciones de verano ni las navideñas deberían poner freno al necesario movimiento de nuestro cuerpo. Mientras caminamos o hacemos cualquier otro ejercicio físico, no solo no ingerimos apetitosos manjares, sino que quemamos algunas de las calorías extra que hayamos consumido en las fiestas.
Consejo extra: incluir recetas saludables en tus menús
Resulta bastante difícil resistir la tentación de comer más de la cuenta en Navidad: platos deliciosos, raciones desmesuradas, golosinas, turrones, polvorones y un largo y calórico etcétera.
Sin duda, este no es el momento de "hacer dieta", sino de compartir sonrisas, abrazos y, por qué no, comidas, con nuestros seres queridos. Pese a ello, cuando ingerimos calorías de más (algo que sucede en Navidad), ganamos peso y puede que ello nos genere una inquietante sensación de culpa. Tal y como señaló en el canal ScienceDaily la dietista-nutricionista Patricia Nicholas, podemos evitar esta confusión psicológica (y fisiológica) si añadimos nuevos "favoritos" a los platos tradicionales navideños y recordamos que una dieta saludable también puede ser festiva.
Por Julio Basulto, para Eroski Consumer
s.p.
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