Similitudes que sorprenden: ficción y realidad
22.08.2025
MONTEVIDEO (Uypress/José Luis Laqidara*) - Los medios de comunicación masiva de gran parte del mundo se han ocupado de comentar en el último tiempo el éxito obtenido en casi toda América y Europa, de la primera novela gráfica en idioma español, creada en Argentina y publicada originalmente como una serie de 106 entregas desde 1957 a 1959 en la Revista Hora Cero Semanal.
Esta obra cumbre de la ciencia ficción, escrita por el malogrado Héctor Germán Oesterheld (1919-1978) e ilustrada por Francisco Solano López (1928-2011), ha trascendido como "El Eternauta" a varias generaciones de lectores en todo el planeta y actualmente se exhibe como serie televisiva con gran impacto en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, México, Perú, Italia y España, entre otros países, según datos aportados por Netflix.
La edición definitiva, revisada y corregida, que actualmente ha ganado el interés de miles de jóvenes y adultos de todas las edades, conserva su vitalidad narrativa, vigor político y su peso iconográfico intactos, invitando a lectores y televidentes a disfrutar sus atrapantes contenidos.
Sin ánimo de comentar la trama y sus numerosas alternativas, rescato el hecho sobresaliente de relatar una inexplicable y desoladora invasión, que causó estragos incalculables y la muerte de los habitantes de la ciudad de Buenos Aires y sus cercanías -en la ficción-, con efectos devastadores, causantes de angustias, reacciones violentas, ataques inconcebibles entre vecinos, sospechas e incertidumbres entre los sobrevivientes y desesperación.
Esta obra, cuya lectura o visualización recomiendo a quienes puedan tener acceso en el lugar en que se encuentren, seguramente logrará mantener el interés permanente por conocer sus desenlaces y con ello, disfrutar la genialidad del guionista y el ilustrador de esta novela.
A partir de lo comentado, surgen sensaciones que de la misma forma pretendo compartir con quienes lean estas opiniones, basadas esencialmente en los principios, normas, ámbitos específicos de ejecución y acceso, expectativas y desazones que la protección de las y los consumidores conlleva desde su inclusión como parte de los derechos y obligaciones en las sociedades y sus diferentes niveles de desarrollo, aceptación social y falta de cumplimiento en cada ambiente en el que nos manejamos.
Quienes nos preocupamos por el acceso a los derechos por parte de las personas, sin distinciones de ningún tipo y, en particular, respecto a las relaciones de intercambio de bienes y servicios para el consumo, seguramente hemos conocido distintos escenarios generados durante todo el tiempo por las políticas, los factores de poder, las variables de la economía y los cambios operados en los mercados, las tecnologías y nuestros hábitos personales y colectivos.
Podremos en este sentido afirmar sin temor al error, que la protección de nuestros derechos como personas consumidoras ha variado, quiérase o no, según los perfiles ideológicos de quienes gobiernan nuestros países, la dependencia de los Estados respecto a los organismos multilaterales de crédito, las alianzas que fluctúan peligrosamente entre las naciones y las inveteradas luchas por la acumulación de recursos por algunos y el acceso a lo necesario para la subsistencia por parte de los otros.
Y aquí es cuando aparece una serie de cuestiones que dan sustento a las inquietudes que comento: ¿cómo puede compatibilizarse en cualquier país que, habiendo adoptado el sistema democrático de gobierno, con legislación y constituciones adecuadas a los principios señalados, puedan coexistir éstos con prácticas gubernamentales que las contradicen abiertamente? ¿Cómo podrán las instituciones públicas y las organizaciones no gubernamentales hacer efectivas las políticas de protección a las y los consumidores frente a medidas que desconocen los preceptos constitucionales, las normas y las prácticas habituales del consumo de bienes y servicios adoptados durante años por las poblaciones en forma regular?
¿Será entonces necesario revisar si todos estos derechos, en honor a los cuales hemos transitado por numerosos caminos para concretarlos, en beneficio de las personas más vulnerables frente a los poderes generados por la economía y la política persisten, o han perdido su valor para la sociedad?
Quizá sea necesario hacer un análisis comparativo de lo que sucede en los países de la región, de Europa central y el resto del planeta si se quiere, para tratar de entender si lo que hoy nos causa sorpresa por su crudeza y efectos, resulte ser una realidad inevitable, en la que, tal como hemos repetido muchas veces frente a casos como el señalado, se imponga el "sálvese quien pueda", olvidando la solidaridad, la empatía y el respeto por las instituciones y el prójimo. En este estado de cosas, la ficción planteada brillantemente por Oesterheld en "El Eternauta", estará más cerca de nuestras realidades que lo que hayamos podido creer.
*José Luis Laquidara. Abogado. Consultor en Derechos del Consumidor y Arbitraje. Asesor de la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable (FCCR)
https://consumoyciudadania.org/similitudes-que-sorprenden-ficcion-y-realidad/
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