¿Ciencia ficción?

Trasplante exitoso de primer corazón artificial con tecnología espacial

21.12.2013

PARÍS (Uypress) – El primer corazón artificial, compuesto por tejidos biológicos y componentes espaciales miniaturizados, ha sido trasplantado con éxito el pasado miércoles en el Hospital Georges Pompidou de París.

 

El corazón, creación del cirujano cardíaco Alain Carpentier y fabricado por su empresa, Carmat, fue implantado de forma satisfactoria, pero de todas maneras se ha llamado a tener cautela y esperar la evolución del paciente.

Según ha explicado Carmat,  esta primera implantación se ha llevado a cabo de forma "satisfactoria", y la prótesis "ha asegurado automáticamente una circulación normal del fluido fisiológico". Las pruebas clínicas para trasplantar el órgano se aprobaron recientemente en Francia, según explicó la Agencia Espacial Europea.

Este corazón protésico es una creación del cirujano cardíaco Alain Carpentier, quien fundó la compañía Carmat, filial de EADS, en el año 2008. El órgano es el resultado de 15 años de colaboración con el gigante aeroespacial EADS DS (anteriormente Astrium, la subsidiaria espacial de EADS), el Gobierno francés y un grupo de inversores.

Según RTVE, Carmat consiguió desarrollar su primer corazón completamente artificial a principios de 2013 con la combinación de los conocimientos de Carpentier, inventor de las válvulas cardíacas artificiales más populares, y de los ingenieros espaciales de Astrium especializados en la construcción de satélites.

El equipo se enfrentó al reto de desarrollar un dispositivo capaz de funcionar en las severas condiciones del sistema circulatorio humano, y de bombear 35 millones de veces al año durante un mínimo de cinco años sin interrupciones.

El corazón está compuesto por 900 minúsculos componentes que tienen que funcionar a la perfección. Al igual que con los satélites, el equipo utilizó sofisticadas técnicas de modelado y de simulación digital y preparó bancos de pruebas para llevar a cabo rigurosos ensayos y análisis.

Las autoridades sanitarias francesas han considerado que el corazón protésico es lo suficientemente fiable, y autorizaron los primeros implantes en humanos en tres hospitales de París.

El equipo se ha centrado en desarrollar un corazón capaz de latir como uno real, acelerando o reduciendo el ritmo cardíaco en función del nivel de esfuerzo de su receptor.

Una serie de sensores de última tecnología detectan el nivel de esfuerzo del paciente y envían la información a un computador en miniatura, que genera comandos para que los motores, del tamaño de un dado, bombeen más rápido o más lento, permitiéndole aportar más o menos oxígeno a los tejidos y controlar la presión arterial en función del nivel de actividad de la persona.

Por otra parte, el corazón protésico de Carmat ha intentado evitar el rechazo del organismo utilizando un pericardio animal (la membrana que rodea al corazón) tratado químicamente para reducir la respuesta inmune del receptor.

El dispositivo tiene dos cámaras separadas por una membrana, con el tejido biológico en la cara que está en contacto con la sangre del paciente, y poliuretano en la cara opuesta. El sistema de bombeo, compuesto por motores y fluido hidráulico, altera la forma de esta membrana. Las válvulas artificiales desarrolladas por Carpentier también utilizan este tipo de material biológico.

Cuatro hospitales en Bélgica, Polonia, Eslovenia y Arabia Saudita están habilitados para la operación.

Desde hace diez años, son implantados corazones artificiales en el mundo, pero se trataba de máquinas temporales, colocadas a la espera de un trasplante.

Con el corazón Carmat, "el objetivo es obtener una vida normal con un corazón artificial". Este corazón está destinado a los enfermos en situación cardíaca terminal, y demasiado mayores como para esperar un trasplante.

Sin embargo, no todo el mundo podrá beneficiarse de este corazón artificial: el aparato, de 900 gramos, es más pesado que un corazón humano (300 g), y solamente puede ser implantado en personas corpulentas: es compatible con el 70% de los tórax de los hombres, y 25% de los de las mujeres.

Otro obstáculo es el precio. Este corazón high-tech cuesta unos 220.000 dólares, más sus consiguientes gastos de operación.

 

dfp

 

Ciencia y Tecnología
2013-12-21T22:51:00

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