CONTRATAPA
Una niña llamada Malva Marina: el lado oscuro de Neruda
24.03.2021
MONTEVIDEO (Uypress) – Cada cierto tiempo la historia de Malva Marina vuelve como la aurora y el ocaso, haciendo más dramática la vapuleada imagen del hombre Pablo Neruda. De eso nos habla el chileno Alejandro Carreño.
No hay una explicación razonable que justifique el inhumano abandono en que la niña y su madre vivieron, y del que el Premio Nobel jamás se hizo responsable. El misterio del abandono de Malva Marina Trinidad, y su madre, la neerlandesa María Antonia Hagenaar Vogelzang, Neruda se lo llevó a su tumba y lo marcó de manera indeleble, pues nunca lo explicó y ni siquiera aparece en Confieso que he vivido, sus memorias publicadas en 1974, como si jamás hubiesen existido y no fuesen más que una horrible pesadilla. Pero las pesadillas sí existen y son como la voz de la conciencia atormentada que despierta cada noche como un Pepe Grillo implacable. Ignoro si alguna vez Pepe Grillo le habló a Pablo Neruda. Nunca lo dijo. Pero sí dijo lo que era Malva Marina para él: "Mi hija, o lo que yo así denomino, es un ser perfectamente ridículo, una especie de punto y coma, una vampiresa de tres kilos". La cita es un extracto de una carta que el poeta escribe el 19 de septiembre de 1934 desde Madrid, donde residía enviado por la Cancillería, a Sara Tornú, esposa del poeta argentino Pablo Rojas Paz, con la que habría tenido un romance.
La dolorosa e irreversible enfermedad de su hija despertó en Neruda el lado oscuro de su alma. La vergüenza, el desprecio y la indiferencia socavaron su condición de poeta sensible y comprometido socialmente y con el dolor ajeno. El Neruda del Winnipeg, conmovido por los sufrientes del régimen franquista, olvidó a la sufriente de su sangre y su madre: "El 12 de octubre de 1936 Neruda participa en Cuenca en un homenaje donde lee su poema Canto a las madres de los milicianos muertos, admirable y conmovedor, y que tanto contrasta con su frialdad ante la miseria que está dispuesto a hacerles sentir a Maryka y a su hija" (Matilde Sánchez, La historia de cómo Neruda abandonó a su hija hidrocefálica, Clarín de Buenos Aires, 26 de febrero de 2018). A partir de los dos años de Malva Marina, madre e hija vivieron el abandono del padre y marido. Más aún, cuando muere la niña el 2 de marzo de 1943 en Gouda, Holanda, María Antonia le comunica a Neruda la muerte de su hija a través del Consulado de Chile en La Haya y le pide reunirse con él. Llamado que los ecos del silencio del poeta respondieron... CONTINUAR LEYENDO
Imagen: Pablo Neruda/Infobae
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