¿Qué tienen en común el feminismo, el veganismo, el animalismo, el anticuetismo y otros ismos políticamente correctos?

Marcelo Marchese

04.01.2020

Tienen en común una envidiable cobertura de prensa y un nada envidiable financiamiento de organizaciones internacionales o estatales. Véase, en el anticuetismo, que organismos del Estado hicieron al menos dos videos para advertir los riesgos sanitarios de tirar cuetes. Si estos organismos financian estas ideologías no es por azar.

También comparten una retórica intolerante que niega el debate de ideas, una literatura que no genera placer y una bazofia que se quiere contrabandear como "arte" y cuya principal virtud es aburrirnos hasta decir ¡Basta! pero todo esto, con ser cierto, sólo es lo más visible.

Algo más oculto que tienen en común es lanzar una oleada irrefrenable de culpa sobre la sociedad. Todo hombre debe sentirse culpable por los asesinatos que llevan a cabo algunos desequilibrados, pues la causa última de esos asesinatos sería el patriarcado, una ideología nacida de la condición de macho: "Muerte al macho" dice la consigna pintada en un cuerpo femenino nada exuberante. Nada tiene que ver, a la hora de explicar esos asesinatos, cuestiones psicológicas, todo sería resultado de una ideología milenaria según la cual la mujer está para beneficio del macho y como prueba, fijaos cómo el macho disfruta asquerosamente de una mujer ¿Solución ante esta conducta de desequilibrados? Endurecimiento de penas y propaganda a troche y moche, todo un bombardeo, aunque esas penas no siempre se aplicarán, pues una mayoría de desequilibrados, luego de matar a su exmujer, se suicidan, y aunque esa propaganda no los afectará, ni los afecta, pero sí que nos afecta a todos nosotros, que somos, en rigor, el VERDADERO objetivo de esa propaganda, o los penados por esa propaganda, pues esa propaganda ya oficia como castigo.

Si quieres comer carne, como comieron tus antepasados desde el fondo de la Historia, debes sentirte culpable ¿Cómo no sientes el sufrimiento de otro ser con ojos y sangre? La empatía vegana es una empatía egocéntrica, sólo siente piedad ante un ser que en algo se le parece, pues tiene ojos y sangre, pero no siente ninguna empatía con las remolachas y las lechugas, que con toda evidencia, sienten, pues están vivas.

Estrechamente vinculado con el sentimiento de culpa, o más bien, constituyendo la otra cara de la moneda, viene el ataque al deseo. No tocarás la carne de ella, no consumirás carne (es evidente el problema que tienen con la carne y aunque veganos y feministas no lo quieran creer, este discurso contra "los pecados de la carne" viene de lejos y de una Institución que ellos dicen atacar) no montarás a ese caballo, no tirarás otro maldito cuete, pues tu deseo por hacer todo eso perjudica a los demás. Tu deseo está interdicto ahora por el deseo de otros, que al mismo tiempo es un antideseo del deseo natural.

Todos estos ismos practican un radical olvido de la biología, pues con toda evidencia somos omnívoros, y si no fuéramos omnívoros no hubiéramos poblado el planeta, o nos hubiéramos extinguido. Este ataque a la biología está vinculado con un ataque a la verdad. Una de nuestras fortalezas radica en que somos uno de los animales de dieta más variada. El macho busca a la hembra y la hembra busca al macho siguiendo una ley inexorable, pues sexo es destino y la biología manda. Cuando el pene penetra en la vagina, pues uno y otra calzan misteriosamente a la perfección, no se está viviendo un acto violento, o sí, es un acto violento pues por unos momentos se ha violentado una intimidad y un cuerpo entra en otro cuerpo, por un momento sólo hay un nuevo cuerpo de cuatro piernas, y esa "violencia" consentida es placentera, es la necesaria muerte del yo por un rato, pues sin esa muerte del yo el yo sería intolerable y no habría vida.

Los ismos políticamente correctos tienen en común el futuro, en el sentido de que a futuro todas estas ideologías intolerantes ganarán fuerza. El respaldo que tienen viene determinado por un plan pensado hace tiempo y que se prolonga en el tiempo ¿Es imposible pensar que el veganismo y el animalismo actúan como ideologías introductorias, acaso sería más correcto decir "lubricante sexual", de una futura alimentación a base de pastillas que contengan "todo lo que el organismo necesita"? ¿Es imposible pensar que el culto al lesbianismo feminista y la furibunda campaña a favor del aborto tengan algo que ver con la "necesaria" reducción de la población mundial?

Aquí arribamos a otro problema, el mito de que somos muchos en el planeta, un disparate que olvida y niega todos los otros elementos de la ecuación ¿Somos muchos en función de qué? Nada puede frenar la reproducción de una especie sino un elemento externo, la especie no se puede negar a sí misma y cuando lo ha hecho, esa negación funcionó por breve tiempo. Nuestra primera ley no es sobrevivir, sino reproducirnos y como prueba evidente, cualquier hembra de cualquier especie da su vida en defensa de su descendencia. En este asunto de frenar la población mundial entra en juego con su discurso cierto ambientalismo que apela al control de los organismos internacionales, y al fortalecimiento del poder de los organismos internacionales para lograr su propósito, habida cuenta que "somos demasiados".

Aquí entra en juego otro ismo, el globalismo, y no cuesta mucho entender que las economías agrarias que usan de los animales la tienen bien jodida ante este discurso vegano y animalista y ambientalista. Así que el hombre del campo será desarraigado de su trabajo, que significa que será desarraigado de su cultura, y una única cultura mundial pretenderá imponerse.

Acaso haya que agregar en estas ideologías el "cientificismo" que sitúa a la ciencia como la máxima objetividad alcanzable y la panacea de todos nuestros problemas. La ciencia ha venido a ocupar el lugar que antaño ocupaban las religiones. Ha venido a ocupar el lugar de una necesaria creencia en un dogma, pues nos aferramos a dogmas como resultado del miedo. La ciencia, esta nueva religión que se impone, hará los nuevos alimentos sin necesidad de matar a las vacas, aunque no se consideró que si las vacas están es porque se crían para comer, antes había otra cosa que no era una vaca, la vaca fue resultado de una lenta y milenaria selección del hombre a partir de otra especie parecida, y lo mismo las palomas, los perros, el maíz, el trigo, la uva y la inmensa mayoría de las plantas ornamentales. Mira hacia afuera, todo lo que ves es resultado de la mano del hombre.

La ciencia, como ha demostrado un chino hace poco, que de momento es perseguido por la ley pero en el futuro será un héroe, ya ha logrado intervenir en embriones humanos. Con el tiempo harán a los humanos perfectos, con menos cuestionamientos, es decir, con menos deseos, con menos sexo, será dominado su instinto.

Asistimos a un fin de año tenebroso. No participamos del rito de elaboración de un nuevo fuego, rito al que accedíamos tirando cuetes, pues debe explotar el viejo año para que nazca el nuevo. Fuimos tan tontos de no encender los nuevos fuegos de la tierra y el cielo. La capacidad de estos organismos internacionales y sus cómplices conscientes o inconscientes nos ha arruinado la fiesta. Ya veremos que incluso el fuego, el dominio humano del fuego, será interdicto.

Para lograr este objetivo, ese futuro que se tiene planeado donde lo que dirás será interdicto no sea cosa de ofender al otro, donde comer será interdicto no sea cosa que mates a otro, donde tocar a otra estará interdicto no sea cosa que la violentes, donde tirar un cuete que molesta a otro acaso ni precisarán prohibirlo pues con la propaganda ya logran su objetivo ante poblaciones dóciles, para lograr esta maravilla de "paz" será necesario maniatar al arte, como se hace, será necesario maniatar al humor que todo lo subversiona, será necesario maniatar investigaciones científicas que no se suban al carro, como sucede, y será necesario incluso debilitar religiones que por propia necesidad unen a los hombres con antiguos rituales creados por el hombre, rituales que explican nuestra unión al cosmos y nos unen al cosmos.

Todos estos ismos lo que buscan es desligarnos del cosmos, desligarnos del otro y desligarnos de nosotros mismos, y operan a la interna de los movimientos sociales de los plebeyos como elemento disolvente que crea cizaña e impide ver lo sustancial. Cuando todos estemos desligados, estaremos debilitados, clavado cada cual a su cruz y propensos a aceptar lo que se avecina.

Te digo algo más: incluso erradicarán la letra x, cosa que lentamente a lo largo de los siglos viene sucediendo, pues la x es la letra que une dos cosas: sexo, nexo, como su propia grafía demuestra.

Toda erosión del lenguaje erosiona el pensamiento y la humanidad no precisa perder letras, en rigor, lo que precisa es redescubrir las letras que el progreso ha sepultado.

Marcelo Marchese
2020-01-04T07:27:00

Marcelo Marchese

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