La invasión de argentinos millonarios a Punta del Este

Alejandrina Morelli

25.08.2020

Cada dos o tres días recibo un llamado o mail de un argentino que quiere venir a vivir al Uruguay, lo cual significa que la propaganda que se está haciendo, basada sobre todo en el control de la pandemia, está dando resultados.

 

Con el paquete también se vende un Uruguay democrático y liberal que no aplica medidas restrictivas ante la situación sanitaria. Lo que no dicen, en general, es que esto es posible porque existe una oposición respetuosa de esas medidas que ha prestado colaboración sin perder su rol opositor y el cuestionamiento a las medidas políticas que está instrumentando el nuevo gobierno. Todo lo cual para los argentinos, en particular para los porteños y los bonaerenses, es bastante difícil de entender. 

"Estoy desesperado, vendí mi chacra para comprarme un departamento para vivir en Punta del Este todo el año, el 10 de marzo deposité lo que me pagaron en el Banco República y me vine a Buenos Aires a arreglar mis cosas cuando cerraron la frontera y ahora no puedo viajar. "Marcelo movió a todas sus amistades de la elite montevideana y no logró nada. "Tenés que pagar un abogado, o mejor dicho un estudio que te hagan la parte legal y contable y vas a poder viajar y tener la residencia porque tenés un campo productivo en Uruguay"- le contesté y le advertí que le cobrarían y muy bien. A la semana me llamó que ya tenía todo encaminado y a fin de mes viajaba y que, en efecto, tuvo que pagar una suma importante para solucionar su problema. 

A la semana me llaman Marcos y Leticia, un matrimonio con hijos grandes y varios nietos:" Nuestros hijos se van a vivir a Punta del Este con los chicos, así que pensamos irnos nosotros también"- me cuentan. Mi reacción en este caso fue la opuesta. "Ni se les ocurra - les dije- con lo que acá pagan un kilo de entrecot en Buenos Aires hacen toda la compra del supermercado. Además, calentar una casa pensada para el verano les comerá la jubilación." Creo que los desanimé. Por si acaso les pasé algunos costos a modo de ejemplo: boleto de ómnibus un dólar, una botella de Coca Cola de litro y medio dos dólares, kilo de vacío doce dólares, vino barato cuatro dólares. Creo que el kilo de vacío fue lo que los convenció y cambiaron el plan "vivir en Uruguay" por alargar la estadía en el verano de Diciembre a Abril y algunas vacaciones en invierno.

Acababa de cortar con Leticia cuando me llama Ana María, actriz, 35 años. "Me dicen que Maldonado se está transformando, que voy a tener posibilidades de trabajo como actriz y como están las cosas acá pensé...". Tardé un tiempo en darme cuenta a que se refería. "Es cierto que acaban de aprobar una Zona Franca Audiovisual donde esperan que se radiquen productoras de cine de todo el mundo, pero por ahora no han puesto un ladrillo"- le contesté sabiendo que pinchaba otro globo. Y le conté que para los actores de Maldonado la carrera sigue siendo empezar en grupos locales, seguir en Montevideo y dar el gran salto a los escenarios porteños y no tenía mucho sentido hacer el camino al revés.

Es que vivir en Punta del Este tiene sentido para los millonarios, para los que no dependen de su trabajo para vivir y menos para los que reciben una jubilación o renta en pesos. Por ejemplo, un grupo de familias argentinas que tienen apartamentos de alrededor de medio millón de dólares, en un edificio con piscina, spa, jacuzzi, sala de computadoras, micro cine y seguridad las 24 horas, entre otras cosas, se "atrincheraron" desde el comienzo de la pandemia. Los proveedores les llevan las compras,  pescado fresco y hasta  verduras orgánicas. Se autodenominan  "Los atrincherados de ..." nombrando al edificio en cuestión, y mantiene una activa vida social a puertas cerradas y  obligan a los que recién llegan a respetar la cuarentena antes de integrarse  al grupo.  Hasta suprimieron el servicio de mucamas para evitar que entre alguien de afuera que pueda traerles el virus.

Lo más interesante es el grupo de WhatsApp que formó Soledad Parodi, una argentina que vino a Punta del Este hace veinte años contratada por el Conrad para ocupar el cargo de Gerente de Relaciones Públicas y, aunque dejó el trabajo en el hotel cinco estrellas, siguió viviendo aquí. 

Se llama "Argentinas en PDE", y nuclea a las mujeres argentinas recién llegadas y las que ya llevan años aquí. La primera pregunta fue "¿Conocen una buena podóloga?". 

Después aparecieron los temas más serios ¿Se puede estar con coche argentino siendo residente uruguayo? Y aunque no podían creerlo la respuesta de las que conocen la legislación fue una y otra vez la misma "No, te lo incauta la Aduana y lo remata". No faltó la veloz empresaria que preguntara "¿Y podemos ir al remate a comprarlo?". 

Hay de todo un poco, como en botica, desde solicitudes de trabajo a teléfonos de técnicos en computación, preguntas sobre la residencia y lo que te permiten traer en la mudanza. 

Lo más interesante es ver los usos y costumbres diferentes en ambas orillas. En Uruguay, por ejemplo, hay Agentes de Seguros independientes que trabajan con todas las compañías y te van recomendando lo mejor para tu caso. "Igual que en Buenos Aires yo tengo en mi compañía de seguros una persona que se ocupa de defenderme si me pasa algo "- dijo una nueva vecina que no pudo entender el sistema. 

Los médicos y clínicas de salud ocuparon otra gran parte del chat, con recomendaciones de todo tipo, hasta que una señora porteña que aconsejó: "Miren chicas, a mí me atendieron muy mal acá, así que les recomiendo que si les pasa algo serio se tomen un avión privado y se vayan a Buenos Aires". En seguida imaginé mi muerte cercana porque no solo no tengo avión privado, sino que tampoco conozco un solo médico en Buenos Aires. 

En fin, el grupo va creciendo, con avisos de pollos de granja o panes caseros en medio de las propuestas para clientes VIP en los Sanatorios locales. De vez en cuando, alguna pide firmas contra la reforma judicial en Argentina y otra pasa una nota anónima en la que explica cómo se beneficia Cristina (¿?) con esa reforma que, en el fondo,  "pretende acallar a la prensa". Soledad insiste en que no se deben hacer comentarios políticos en un chat creado con fines solidarios. Pero la lección que más cuesta aprender al llegar aquí parece ser la del respeto por la opinión ajena. 

Otra argentina, ante el crecimiento del grupo que ya tiene casi 200 miembros, preguntó "¿Soportará el sistema sanitario a tanta gente?". Me tomé la paciencia de responder que este balneario está preparado para recibir 200.000 turistas cada verano y que todavía no se ha llegado a esas cifras. Se baraja que hay entre veinte y veinticinco mil argentinos que ya vinieron y otros tantos están en lista de espera planeando el salto. La última información de este peculiar chat es que los papeles de migraciones se pueden hacer todos por internet, la partida de nacimiento apostillada e incluso el certificado de antecedentes lo cual me despertó una sospecha: que este aluvión no es solo resultado de la libertad de moverse a pesar de la pandemia, sino que los Fernández están dando un empujoncito. Si los capitales ya están aquí, mejor que también estén los dueños a los que, de esta forma, les va a costar un poco más llegar a las marchas al Obelisco. 

 

Columnistas
2020-08-25T18:38:00

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