Esteban Valenti: ¿traidor? El maniqueísmo en la izquierda
Héctor Musto
12.03.2019
Pocos días atrás, el compañero Pedro Giudice escribió en su muro del Facebook una especie de carta abierta en la cual, con gran altura y respeto (siendo fiel a su manera de ser y trayectoria) critica con argumentos que me parecen en lo esencial compartibles, la decisión de Esteban de irse del FA (ver https://www.facebook.com/641399070/posts/10156423189134071?sfns=mo.)
Hasta aquí, todo bien: dos personas, de gran trayectoria común en la izquierda, toman caminos distintos y uno de ellos, muy poco mediático (Pedro), critica a otro, muy presente en los medios (Esteban). Pero como Pedro lo hizo en el FB, su aporte tomó estado público, cosa que, sin dudas, Pedro esperaba. Todo válido y legal, y no daría para mucho, excepto agradecer al "crítico" por discutir en términos políticos. Y no motivaría ese hecho ninguna línea excepto continuar polemizando con respeto.
Pero lo que motiva esta columna, es la reacción que observé en las redes: en FB y una red a la que pertenezco, el Proyecto Miramar (PM). Unos cuantos compañeros y compañeras continuaron la discusión con altura, reconociendo el aporte histórico e innegable de Esteban durante más de medio siglo a las luchas históricas de la izquierda y lamentando su decisión. Pero claro, otra gente, otros compañeros de ruta, todos frenteamplistas, inmediatamente cayeron en el insulto. El más duro, el de "traidor". Y esa calificación, no la acepto. Por dos motivos: por la calificación en sí misma, y por la liviandad lamentable con la que se tilda a Esteban.
Vayamos por partes. En primer lugar, quiero ubicar desde dónde me paro. Desde el '71 voto al FA, fui hasta el '74 militante del movimiento estudiantil "26 de Marzo", y en '77 me afilié a la UJC. Estuve exiliado en Italia desde el '81 hasta el '84 y pertenecí a la UJC y PCU hasta más o menos 1993, o sea, hasta la crisis. Desde esa época, voto al FA, dejé de militar orgánicamente, y mi voto ha ido (ya fuera del PCU) desde la 1001, la Vertiente Artiguista hasta el FLS. Y en los últimos años, fundamentalmente desde que salta la mentira de Sendic con su supuesto título y su gestión patológica e inmoral en ANCAP (sumado a las jodas de ALUR y De León), extremadamente crítico del FA. Y estuve cerca de irme. Y no sólo por ANCAP y ALUR. No. También me "desilusionó" enormemente el gobierno del Pepe, con su fiesta gastadora de recursos, su apoyo a la política de perdón a los militares (los "viejitos" y el nefasto Fernández Huidobro), su subida al carro a la agenda de derechos (de la que se apropió pero nació de los movimientos sociales), sus falta de seriedad al plantear leyes claramente anticonstitucionales, su estilo de filósofo trivial de boliche, el dejar "agarrados del pincel" mientras les sacaba la escalera a Lorenzo y Calloia, su perdón fiscal al Paco Casal, su careta de pobre para transformarse en un "personaje internacional", su búsqueda que, sería graciosa de no ser patética, del Nóbel de la Paz.
Y por si lo anterior fuese poco, también me molestaron y dolieron cosas de la interna del FA. Como la maniobra (hecha a medias entre el PCU y el MPP) para matar la candidatura a la Intendencia de Montevideo de Daniel Martínez para ganar la interna del 2009, el "aparatismo" patológico del FA, que llegó a una de sus cumbres cuando se defendió a Sendic, llegándose a afirmar por Constanza Moreira de que había que defenderlo "porque es uno de los nuestros", y otras joyitas del "aparato" que sería largo enumerar. Todas estas cosas, sumadas, hasta hace un año y medio (mes más, mes menos), me hicieron dudar de continuar votando al FA. Este no era el FA histórico, el de Seregni. Más bien, estaba muy lejos. Por no sumar la falta de iniciativa del gobierno actual y sus fracasos, que vienen de lejos, en enseñanza y seguridad, por mencionar solamente dos temas. O sea, repito, estuve a pocos centímetros de irme. ¿Con qué argumentos? En lo esencial, con los mismos de Esteban. Y este "alejamiento" lo hice público. Lo escribí en estas columnas, en Búsqueda, en algún reportaje para un canal por cable. Para resumir, estuve por irme. Ya hice público, también en estas columnas, que me quedé por la esperanza que me generan la renovación que se dio en el FA, y en particular, la opción por Mario Bergara.
Pero, explicado desde dónde veo la política, volvamos al tema. Esteban, ¿es traidor? Todos los que hoy dudan (tener en cuenta la cantidad de gente que votó FA en la pasada elección y que hoy no se definen, y muchos de los cuales no nos van a votar, ¿son traidores?
Agarrársela con Esteban es fácil. Es mediático, dice lo que piensa y hace lo que dice y piensa. Y fue un referente histórico del FA. Recordemos cuando todos aplaudimos cuando polemizó con Hebert Gatto cuando Batalla se fue del FA, y se mandó la genial de "cogobierno... ellos serán gobierno y ustedes co". Cuando (de su bolsillo) pagó una parte sustantiva de la campaña "paradoja" con el Corto Buscaglia. Cuando, los comunistas de aquel momento, siendo Esteban Secretario de Propaganda del FA, inventó (y fue él) aquello de "uruguayos, frenteamplistas, comunistas", en ese orden. Seregnismo puro. (Y no voy a hablar de su papel en los años '60s como dirigente estudiantil, luego del golpe en la clandestinidad en Argentina o de su rol en exilio en Italia, y menos que menos de su solidaridad humana, afectiva y hasta económica con los exiliados). A un tipo así, con esa historia, ¿se lo puede tildar de "traidor"?
Claro que, en mi opinión, ahora se equivocó, y fiero. Tanto que, de creer en las encuestas, desde que se fue, el FA creció y la intención a Mieres bajó. Pero, ¿es un traidor por tener la línea de aguantarse dentro del FA más alta que otros? ¿Qué tal si, en lugar de adjetivarlo así, a la ligera, sin tener siquiera en cuenta su historia, discutimos de política y le demostramos su error? Yo, en alguna columna en uy.press, lo intenté. Y lo seguiré haciendo. Intentando demostrarle que se equivocó. Y apostando a convencerlo, para que vuelva... cosa que no me cabe duda que hará si lo logramos.
Porque, con Esteban y con tantos otros desconocidos (son demasiados los que nos votaron y hoy por hoy no quieren hacerlo), tratarlos de "traidores" sólo los aleja. Igual a cuando los Tupamaros atacaron a los militares en forma indiscriminada: los unieron. Yo quiero convencerlos. Discutiendo de política. Mostrarles que se equivocaron, como alguna vez intenté, reitero, desde estas columnas. Pero jamás con el epíteto más fuerte que es el de ser "traidor". Entre otras cosas, porque no lo son. Ni Esteban, ni quienes piensan como él. Que son unos cuantos (mirar encuestas). Adjetivar, en lugar de discutir políticamente, es una muestra del maniqueísmo que anda, como un fantasma, en el FA. Así no vamos a crecer. Ni para el cuarto gobierno, ni para el futuro. Miremos, analicemos y discutamos con altura la posición de los Navegantes. Como lo hizo Pedro Giudice. Con el objetivo de atraerlos de nuevo. El "pseudo purismo frenteamplista" me hace acordar demasiado al Estalinismo puro y duro: o estás conmigo, o sos traidor: o el Gulag o te fusilamos. No, así no es. Así no crecemos. Y, guste o no guste, afirmo que cabezas como la de Esteban, pensante, polémica, nos hacen falta y no podemos perderlas.
Finalizo con una reflexión. No digo que sea el único, pero creo representar el pensamiento de Mario Bergara cuando digo lo que dije. Mario, como los que lo apoyamos en esta interna, estamos para polemizar, para discutir de política. Queremos un FA amplio, discutidor, que polemice en la interna y hacia afuera. Que intenta ganar voluntades dentro y fuera de los definidos por el FA. Porque el camino es largo. Ni empezó con esta interna ni va a terminar con esta elección. Estamos en esa. Nos irá bien, mal o regular en la interna. Pero el camino está claro: ganar voluntades y cabezas pensantes. Sin insultos facilongos y demagógicos y sin renunciar a los principios seregnistas. Lucha ideológica franca y leal, hacia adentro y hacia afuera. Ese es nuestro camino.
Héctor Musto
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias