El orden de los factores (3) De crítica y autocrítica.
Juan Pedro Ciganda
Reconozco que a partir de comentarios amigos sobre alguna nota reciente, voy empezando a asumir mi personalidad selenita.
I
Mirando televisión argentina anoche veía cómo se exaltaba el valor positivo de la inflación de 0,17 en Paraguay (supongo que del último mes) comparada con el 55% de la misma, anualizada, en Argentina. Algún panelista decía, no sin humor, que habría que mudarse a Asunción.
Sin pasar siquiera por la esquina donde están los economistas que saben sobre estos entuertos, me pregunto cómo funcionan estas vainas.
Supongo que para hacer competitiva a la industria del país, dar una lucha por el incremento de esa actividad, algo se podría hacer. La fórmula que puede no fallar en política económica, apuntando a crear empleos, puede tener instrumentos no tan complicados, en principio.
Si el dólar en Uruguay costara 50 pesos, se redujeran los salarios y jubilaciones, el incentivo para la inversión sería mayor. La rebaja mencionada no habría que "decretarla" pues con la susodicha cotización de la moneda estadounidense, los ingresos fijos se achicarían automáticamente sin necesidad de norma alguna, a la luz esclarecedora de una inflación situada en el 20, 30 o 54%. Es factible que el déficit fiscal se achique rápidamente.
Se puede llegar a Paraguay.
Temer, antes de Bolsonaro, ya caminó en Brasil en esa dirección borrando de un plumazo derechos laborales y sociales.
La fórmula argentina macrista ha hecho el ajuste. Por supuesto que a esta altura, en la vecina orilla, ya nadie habla de la "herencia" recibida del peronismo que gobernó más de una década bajo el rótulo de kirchnerismo. Eso es gorila, antinacional y neoliberal y contrario al "proyecto nacional y popular" que permanentemente refiere Guillermo Moreno y algunos que están presos.
Sinceramente, como dice la Sra. Cristina, "dejamos al país sin deudas" y ahora, la barbarie macrista - que para la gente lo es, sin duda - generó el actual caos. Simplemente "no le habíamos pagado a los fondos buitres", que como eran acreedores "avivados", no merecían que se les pagara.
Los talentos peronistas habían decidido no pagarle a los referidos buitres, en el Banco Central quedaban las paredes y, por eso, incluso se hacían operaciones "a futuro", a como fuera.
Sinceramente, a su vez, la ex mandataria no explica mucho el asunto pero se indigna, porque fueron los oligarcas macristas, los que compraron dólares a once pesos y los vendieron a quince o dieciséis pesos unos meses después que se cayó el "cepo" cambiario, cuyo cepo era ya, a esa altura, un juego semántico, porque en Buenos Aires todo se manejaba en el mercado paralelo conocido como "blue". No había nada que no fuera "blue". Ni el tango.
El gobierno de "Cambiemos" soñó con las inversiones que lloverían sobre Argentina y, en el entretiempo, para poder pagar las cuentas y lograr - eventualmente - afrontar el presupuesto y arrancar de nuevo, apeló al Fondo Monetario Internacional.
Macri fracasó en toda la línea. Ni vinieron los inversores ni se reactivó otra cosa que la cifra de pobres (no muy distinta a la existente al irse el gobierno peronista) que ahora, eso sí, viven mucho peor. Macri tuvo el raro mérito de ser derrotado en todos los planos. Parecería que se creyó su propio cuento. Incluso el de que bajar la inflación, era un juego de niños y bailaba al son de "Sí, se puede".
De corrupción ni hablamos, aunque algunos intelectuales destacados del peronismo ya han sugerido suprimir al Poder Judicial y transformarlo en un servicio más, como meteorología o el de los que ordenan el tránsito. Todo ello dentro del concurso de epítetos que se pueden reducir con licencia poética sencilla en "más corruptos son ustedes".
II
La referencia a los vecinos atañe a la necesidad de que en Uruguay todos, sin excepción, hablemos claro. En esta breve serie de notas referí algunos presupuestos básicos que, me parece, tenían que estar en la mesa de trabajo y de explicitación, al tiempo de una era electoral de tres capítulos (junio, octubre, noviembre).
Incluso, acaso con ingenuidad, apunté que mis reflexiones iban a estar hechas más allá de simpatías partidarias.
La crítica y la autocrítica debían y deben ser, una tarea no solamente permanente sino especialmente calcificada, cuando los uruguayos tienen que optar. No se atisba mucho al respecto, aunque hay excepciones. Ni por el lado del frenteamplismo ni, obviamente, por parte de la oposición que, al fin y al cabo, hace quince años que no decide cosa alguna y no tiene por qué hacer esfuerzos de memoria para ver qué cosa dejó como recuerdo, herencia, patrimonio, al primer gobierno de Tabaré Vázquez.
Por ahora hay un modesto partido preliminar de fotos, folletos, spots y sonrisas. Es cierto que se está jugando "la previa", la que concierne a las primarias o internas de junio.
Yo reconozco que ansío poder ver aunque sea algún debate cruzado entre figuras políticas que, orejeando - como en el truco - confronten civilizadamente y le digan al público con un poco de nitidez, "cómo la ven".
¿Qué ideas concretas manejan para superar el déficit fiscal? Además de bajar los gastos en café, autos oficiales y especies similares. ¿Cuáles para multiplicar el empleo?
Casi con rubor digo que sería bueno enterarse cuáles son los planes para "reformar el Estado", tema más mencionado que Maracaná, pero que no se sabe, no contesta.
Aunque ya lo he subrayado con énfasis, ¡qué deseable sería que todo el mundo hablara claro para enterarnos si las fuerzas armadas son efectivamente parte de la vida democrática o un cosmos autónomo con valores y Constitución propia!
Cosa buena significaría que el potencial votante se entere, si para un ciclo de gobierno en que nadie tendrá mayorías parlamentarias, existe convicción de la necesidad de políticas de Estado que tengan que ver con educación, salud pública, inserción internacional, producción o aclarar que todo ello y muchas cosas más, "se irán viendo", porque total, hay tiempo y falta mucho para el primero de marzo del 2020.
No desistiré, pero prometo salir del romanticismo.
Mag. Juan Pedro Ciganda
UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias