Hermanos blancos y colorados

Juan Pedro Ribas

24.10.2019

No sé si ustedes saben, pero por las dudas se los digo, fui en mi juventud simpatizante de ambas grandes colectividades políticas.

El distanciamiento no altero mi afecto a tantos amigos y conocidos, por nombrar algunos el Negro Beltrán, su padre y hermanos, el Cuquejo, Felipe De Haedo y varios más.

También en las otras filas Pais, Baliero, Stirling, el Dr. Alonso Mora y Nahum Bergstein; y fundamentalmente para gran parte de la audiencia que me acompaño en las madrugadas de Sarandi Sport "En positivo".

Admito que el sistema me ha dejado afuera, pese a los reconocimientos nacionales e internacionales que he recibido como humilde servidor de la paz y la no violencia, como diría mi abuela "por algo será, algo mal habrás hecho".

Afuera de todo, hasta del Frente Amplio, donde cuento con amigos muy importantes, vale acotar que no tenía ninguna expectativa ni tampoco pedí nada nunca.

Pero doblando el codo de la vida, sin rencores, quiero rendir un tributo a la gente, realizar un aporte, formular un aviso como lo hice hace veinte años cuando narre lo que se venía en cuanto a violencia y hechos de sangre.

Para ello voy a recurrir a mi amigo Esteban Valenti, porque es el único medio que no me ignora y haré llegar la presente a quien pueda y a los integrantes de los sistemas de la comunicación cuyos grandes medios me ignoran sistemáticamente.

Por favor no se dejen llevar por los exacerbados que en la disputa electoral señalan con el dedo acusador, amenazan y prometen dureza con el seño adusto.

No entren en el juego de pobres contra pobres, sean ustedes componentes de la clase media humilde o de la clase media aspiracional.

No crean que los "Alienígenas" los cabecitas negras, los descalzos, son los sucios, feos y malos de la película que no quieren trabajar, yo les digo que dan la vida por un trabajo.

No crean que el capital no se "derrama" por culpa de ellos y que la miserable ayuda que reciben es la que causa la desgracia social, más bien analicen la opulencia y las conductas; los gastos y sueldos que benefician a jerarquías de empresas privadas, por ejemplo, de la salud y del transporte, subsidiadas por el Estado, el 1% del Producto Bruto Interno que le corresponde a la familia militar, la acumulación de bienes inmuebles en manos de privilegiados, los gastos superfluos de la Administración Pública, temas sobre los cuales no reiteramos una eterna cantilena.

A los religiosos que no crean que ser trans es un delito o abortar es un asesinato, no odien, Cristo no odiaba, no excluía, al contrario, ni pedía plata a los pobres para hacer campaña política, no vayan a nuestros barrios mandados por los fundilludos que están cómodos a declararnos una "guerra santa".

Vean hermanos, sucedido el episodio electoral ustedes volverán a ser "tan nadie" como nosotros y dentro de nosotros hay gente que toma nota, que es inteligente, que se prepara, que se contacta con otras organizaciones sociales, indígenas, sin tierra, sin techo, son muy capaces, solo tienen el estigma de estar integrados a la pobreza estructural o circunstancial que no buscaron.

Pero como está ocurriendo en Latinoamérica en su momento quizás sientan la necesidad de pedir cuentas.

Yo me pregunto quienes fueron los dirigentes convencionales que le dijeron al diario El País que descartaban cualquier insurgencia en nuestro país, no hay dirigentes convencionales dueños de las insurgencias, recuerdo que en el año 2002 cuando comenzó un incipiente levantamiento durante el gobierno de Jorge Batlle solo fuimos a encararlo  y a calmar las aguas, la periodista de Canal 12, Adriana Rivas, yo y el colectivo social sin absoluta presencia de dirigentes.

Está bien que tranquilicemos a la población, porque existe en nuestro país un gran entramado social, que contiene y aporta, pero eso no es un cheque en blanco para aplicar el rigor como en Chile y Argentina, con la tranquilidad de que no va a haber reacción.

Reitero, no caigan en la trampa de pobre contra pobre generada por quienes nunca se preocuparon por la desigualdad.

No colaboren con su humilde soplido para los grandes vientos que están sembrando.

Sean prudentes para que luego de sucedido el episodio electoral no se recojan tempestades y que podamos volver a encontrarnos por la calle, confundirnos en un abrazo fraterno, porque nosotros las mayorías integramos e integraremos siempre el partido de los humildes e ignorados.


Juan Pedro Ribas

Columnistas
2019-10-24T12:32:00

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