Carta abierta al Sr. Presidente de la República
José W. Legaspi
23.04.2024
Copsa, el rol social del transporte suburbano, y el peligro inminente de su cierre para consolidar un monopolio
La empresa COPSA se ganó un lugar en la vida y el mejor recuerdo de mi familia porque desde que nací, allá por 1964, muchos fines de semana de mi infancia y todos los veranos, los pasábamos en el balneario El Bosque, km 22,500 de la Av Giannattasio, y si bien teníamos auto, el ómnibus pasaba por la esquina de nuestra casa, Av Gestido y Brisas del Mar. Era un componente habitual de la rutina diaria ver la nube de polvo que levantaban los COPSA cada vez que pasaban por allí, con la consiguiente bronca de mi madre, cansada del polvo que provocaba el balasto.
Así que cuando me propusieron entrevistar al gerente general de la empresa, lo hice con mucho gusto, conociendo como conozco la importancia de COPSA en la Ciudad de la Costa, "Costa de Oro" en mi niñez y adolescencia.
Varios elementos surgen de esa entrevista y trataré de ser ordenado y cuidadoso de las palabras, pues una vez finalizada sentí una gran indignación.
Primero que nada, cuando Javier Cardoso habla de los encuentros con el presidente de la república, Luis Alberto Aparicio Alejandro Lacalle Pou, sentí un alivio, que fue momentáneo y efímero, debo confesar. ¿Por qué?. Me explico.
En los años 90, el actual mandatario tenía poco más de 17 años, mi viejo, el "Morocho" Legaspi, cansado de ver como ancianos y niños caminaban bajo la lluvia y el barro desde la rambla hasta Gestido, se le ocurrió juntar firmas para que COPSA prolongara la línea 7E7 Rojo (en aquellos años) por la rambla hasta Solymar. Este ómnibus hacía su recorrido desde Montevideo por la Av. Rivera, bajaba a la rambla antes del puente Carrasco, cruzaba el Parque Roosevelt y bajaba por Paraguay hasta Calcagno y seguía por la rambla hasta el km 22,500, El Bosque, para subir hasta Gestido. Allí, según el horario, una frecuencia tomaba Gestido hasta Parque de Solymar y otra subía por Viña del Mar (paralela a nuestra Brisas del Mar) hasta Av. Giannattasio. La idea del viejo era que una frecuencia siguiera por la rambla, no subiera, para satisfacer las necesidades de la creciente población de esos 2 km y pico hasta Marquez Castro y/o más allá.
Animal político si los hay, el Morocho recorrió todos los bares, almacenes y comercios de la zona, consiguiendo más de 5 mil firmas. Daba gusto verlo llegar al final de la tarde con planillas llenas de firmas y número de cédula y/o credencial. Sabíamos que ayudar y gestionar lo hacía feliz. Y vaya si lo era.
Años después esas firmas y el trabajo de hormiga del Morocho contribuyó a llevar al actual presidente a la Cámara de Diputados por primera vez.
Usted y su familia deben acordarse, Sr Presidente.
Intuyo que por eso, entre otras cosas, se manifestó sensible a la exposición hecha por COPSA de la situación que atraviesa, y me pareció razonable y más que entendible que les hiciera saber el afecto especial que siente por la empresa, y que además se comprometiera a que se realizaran las gestiones para resolver el problema. Es más, se habló de una compensación a través de una partida por las pérdidas existentes hacia atrás, y de ajustar hacia el futuro.
Me consta que usted es un hombre comprometido con el terruño, como lo fue y es su señor padre. Hasta ahí y su compromiso de encontrar una solución, honró la mejor historia de su partido, el Partido Nacional, y permitame agregar, sentí que honraba también el sacrificio de aquél blanco independiente, del Movimiento Nacional de Rocha, Washington "el Morocho" Legaspi, que también creyó en usted.
Pero duró muy poco, la verdad.
Me resultó contradictorio, desagradable y hasta indignante, que personas de su entera confianza, como el ministro de Transporte, el Director Nacional de Transporte y las jerarquías del ministerio de Economía y Finanzas, no hayan respondido en tiempo y forma a su compromiso de encontrar una solución a la situación financiera de la empresa COPSA.
¿Promesa vana del primer mandatario? ¿desidia de sus funcionarios de confianza?
Me cuesta creer que usted prometa un compromiso en vano, por simple politiquería barata o por salir del paso. Mucho más me cuesta creer que sus subalternos actúen en contra de su palabra empeñada.
Usted a demostrado carácter y poder de decisión. Alcanza recordar su firmeza cuando se solicitaba, en plena pandemia, decretar la cuarentena total, o cuando hizo remover a un joven funcionario del MSP por responder al laboratorio Pfizer que no le interesaban por el momento al gobierno las vacunas de ese laboratorio porque se estaba discutiendo cuáles implementar en nuestro país. Demostró firmeza a la hora de remover a funcionarios de otros partidos en cargos de confianza por actitudes reñidas con el desempeño de la función pública.
Claro, dicho esto, debo recordar también que no tuvo tal carácter o diligencia para actuar de la misma manera con los funcionarios o legisladores de su partido, acusados seriamente desde la justicia como Astesiano o Penadés.
Pero nadie lo puede culpar por tener una debilidad por aquellos que conoce (o mal conoce) desde hace tantos años.
A esta altura sentí que había una profunda contradicción entre sus promesas y los actos de sus funcionarios.
Pero a medida que avanzó la entrevista con Cardoso, surgió lentamente lo desagradable.
Y lo desagradable, como no podía ser de otra manera, tiene que ver con las dilatorias eternas a concretar una solución. No voy a abundar en los meses que pasaron desde la reunión de diciembre del año pasado "con los ministerios de Economía y Transporte, donde el jerarca de Transporte reconoce la pérdida existente y se manejó una cifra del entorno a los US$ 7 millones anuales, que a juicio de COPSA la pérdida del sector es mayor pero significó por lo menos algo".
¿No le parece excesivo, Sr Presidente, que se anuncie una propuesta en 15 días, para los primeros días de enero del 2024, llegue el mes de abril sin una propuesta concreta?
¿Usted ordenó esa "dilatoria"?
Usted, que sabe lo complejo de la situación, y demostró sensibilidad ante la misma ¿permite que sus funcionarios den largas a una empresa que es la primera de transporte colectivo de pasajeros del país, desde 1930?
Parece una verdadera tomadura de pelo, poco seria de quienes administran la economía y el transporte de los uruguayos en general, y de los canarios en particular, ya que COPSA entra donde empresas urbanas de gran porte ni siquiera se asoman.
Y finalmente, surgió la indignación. No era para menos.
Cuando Javier Cardoso narra el encuentro del sindicato de trabajadores de COPSA con el Director Nacional de Transporte, Pablo Labandera, y que este, les dijera "que un plan B era que una empresa urbana de Montevideo se hiciera cargo de los servicios".
Usted, Sr. Presidente, los amables lectores y quién escribe sabemos a que empresa urbana se refiere el jerarca.
¿Qué empresa urbana puede estar interesada en ampliar su negocio, al punto de hacerse cargo de la plantilla de trabajadores y las líneas de COPSA?
¿Necesito mencionársela? ¿Verdad que no?
Pero si le voy a decir un par de cosas más, con todo el respeto que me provoca su investidura.
Primero, si la mencionada empresa urbana se hace cargo de trabajadores y líneas de COPSA, gracias a la desidia de sus funcionarios (que parecen trabajar para esa empresa y no para usted), se estará consolidando una especie de monopolio del transporte, elemento inaudito en la tradición republicana y democrática de nuestro país, con lo que ello conlleva.
No necesito ser un especialista para imaginar la fuerza que dicha "empresa urbana" tendría a la hora de exigir e imponer sus condiciones al estado uruguayo o a las intendencias de la zona metropolitana, quedando todos a merced de sus planteos.
Eso NO PUEDE NI DEBE OCURRIR.
Y segundo, un consejo político que me permito darle gratis, sin pretender retribución alguna, salvo que me preste atención.
El presidente de esa "empresa urbana" que usted, los amables lectores, quién esto escribe y todo el Uruguay imaginan fácilmente cuál es, no dudó en decir, cuando gobernaba el Frente Amplio que era amigo personal de expresidente Tabaré Vázquez, y votante frenteamplista, es el mismo que cuando usted accedió a la presidencia de la República, afirmó que era blanco de toda la vida.
No necesito aclararle lo que esto significa. Y el mal que se le haría al país y a los uruguayos si se permite que esa empresa urbana se quede con los activos de una empresa que usted y yo queremos profundamente.
Para terminar, COPSA es una empresa suburbana que, según informes serios (CPA Ferrere) no recauda menos ni gasta más que las otras, usted y sus funcionarios saben, conocen y son conscientes de las pérdidas del sector.
La situación de COPSA es la misma que el resto del sector, con la única diferencia que ya no puede acceder a préstamos para hacer frente a sus obligaciones.
Lo que pide COPSA es que las reglas sean iguales para todas las empresas del sector. Parece más que razonable.
Solucionar la crítica situación de las empresas suburbanas es prioritario para sectores de la población que sólo pueden acceder al transporte colectivo en zonas muy alejadas de los centros asistenciales, escuelas, liceos y lugares de trabajo.
Usted siempre ha dicho de su preocupación por los más débiles de nuestra sociedad. Esta es una buena ocasión para llevar a la práctica ese principio.
Créame que honraría la mejor historia de su partido y la memoria de aquél blanco "de a pie" que supo ver en usted algo que lo llevó a juntarle los votos necesarios para salir diputado por primera vez en el año 2000.
Lo saluda atentamente.
José W. Legaspi
José W. Legaspi