Réplica a Beto Peyrou: Los Relatos de los Santos Inocentes

Henry Segura

06.05.2020

Réplica a Beto Peyrou: Los Relatos de los Santos Inocentes

 

Es una lástima el poco valor que le das a tus intervenciones en redes aunque se lleven por delante a buena parte de quienes están en "los medios públicos". Sobre todo porque no te beneficias de Edgar Morin, al que apelas para decir que mis planteos sobre tus aseveraciones parten de una premisa falsa sobre la cual construyo un buen sistema lógico. Quedé sin saber cuál era la falsedad de mi planteo, otra muestra de mi cortedad comprensiva analítica. Te pido permiso, entonces, para tratar de alinear mis apreciaciones siguiendo en parte y humildemente a las propuestas de Morin sobre la necesidad de analizar los hechos como parte de un sistema, y sobre todo analizar sus interrelaciones, para así apreciar la complejidad (y la relevancia) que suelen rodearlos.

Tus cinco líneas en Facebook sobre la importancia que el planteo realizado por el funcionario puesto al frente de los medios públicos, al que adhieres pidiendo tolerancia hacia el futuro, forman parte de un sistema operativo político que se ha instalado en este país. Está hecho de acusaciones hacia los demás sin mayores fundamentos y de manos que enseguida se esconden para mostrar la otra, que es la salvadora, la positiva, la que cambia el estado ruinoso de las cosas. Operan con apreciaciones genéricas y arbitrarias como la tuya en la que dices "es absurdo que los medios públicos, que todos financiamos, sean los medios del gobierno de turno". Porque no salís de esa línea de pensamiento para demostrar que el mismo es valedero, a partir de fundamentos concretos. No te puedes enojar, entonces, si te digo que al no analizar hechos concretos, te transformas en un arbitrario.

Tus cinco líneas en Facebook entran a formar parte de un discurso tendiente a desvalorizar lo realizado en los medios públicos. Tienen el mismo objetivo que las declaraciones del funcionario que tú amplificas, expresadas tanto en El País como en radio Sarandí. Mientras te enojas conmigo por sostener que se llevan por delante el trabajo de muchos colegas con nombres y apellidos (y te decís dolido porque algunos son conocidos tuyos), tu admirado daba cuenta de su lengua bífida, al asegurar que no quería destratar lo hecho por los periodistas y a los 5 minutos afirmar que durante los últimos gobiernos se ha hecho más que nunca un empleo partidista de los medios. Otra vez los hechos brillan por su ausencia y los nombres también. ¿Quiénes concretaron semejante mal uso? Infiero de Uds, los que afirman tales cosas: los periodistas que todos los días salen a producir coberturas, hacer las notas, para dar las caras y las voces ante el público. Pero estas ambigüedades le permiten al funcionario aterrizar cómodamente su plan de ataque para desalojar a los malos periodistas que han conducido a los medios públicos hacia el aparato publicitario frentista. Eso sí, para semejante cruzada, nombra como su escudero a un integrante del grupo de comunicación del partido Nacional. El método consiste en eso. Veneno y antídoto, pecado y hostia. Y sin derecho a terapia.

No podés decir que te atribuyo intencionalidades que sólo existen en mi imaginación. Si practicas ese juego de dobleces múltiples, donde nada es preciso y transparente, publicando una entrevista extensa y diciendo que estás de acuerdo con ella, puedo asumir que los dichos del entrevistado hacen carnadura en tu conciencia. 

¿O no? ¿O lo hiciste porque estabas aburrido un domingo de mañana? De eso que tú haces estuvieron llenas las redes durante la campaña electoral y permanecen durante esta especie de estado de sitio informativo en el cual vivimos la pandemia. "Digo una cosa pero no me atribuyan intencionalidades porque si no son arbitrarios etc. etc." Te confieso que me produce cierta desazón el resultado que esa forma de relacionarse tiene, sobre todo a partir de las redes: la multiplicación sistemática de la banalización del mal. Todo vale, no importa razonar sino juzgar, el dedo acusador es la principal herramienta operativa. Yo acuso. Me preocupa porque nos vacía de humanidad, de ver al prójimo como tal, de descubrir la felicidad genuina del estímulo provocado al extender una mano al otro.

Si hice todas estas conexiones a partir de tus cinco líneas de Facebook fue por culpa de Morín. Soy inocente.

Henry Segura

Columnistas
2020-05-06T05:47:00

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